Los Bukis abogan por la paz entre tanto pecado
Los memes no mienten. Teniéndolo de frente, aguardando a que le hagan una pregunta, Marco Antonio Solís sí tiene un halo de Cristo, uno nacido en Michoacán que se le parece por la melena, el porte y hasta la actitud.
El músico reconoce haber visto esas imágenes graciosas de estampitas religiosas con su figura y ríe. Es un juego común en sus redes. Hace unos días, publicó en X: “Hoy le pido a Dios sólo una cosa: que sane en ti eso de lo que no hablas con nadie”. Y alguien le respondió: “Gracias señor Yisus músico”.
Por eso es raro hablar con él de su siguiente gran paso como artista: hacer historia en la “Ciudad del Pecado”, junto a los que serían sus “discípulos”, los integrantes de Los Bukis.
La agrupación será la primera banda de habla hispana en hacer una residencia en Las Vegas, en mayo, julio y septiembre; se presentarán en el auditorio Dolby Live del Park MGM, con capacidad para cinco mil 200 personas. Los boletos salen a la venta el viernes 2 de febrero.
Cabe señalar que la elección de esta agrupación para esta residencia tiene lógica, no sólo porque celebra 50 años de trayectoria, sino porque en 2021, cuando hizo su gira del regreso, ésta fue la sexta más visitada del mundo, según Pollstar.
Pide letras menos violentas
En un tono más profundo, Marco Antonio reflexiona sobre lo que ha sido sortear al demonio en esta industria para su banda y él durante cinco décadas.
Ahí sale a tema un joven mexicano que el año pasado fue número uno del mundo en los charts. Y aunque ese chico se llama Peso Pluma, no lo menciona directamente, pero sí habla de lo que le parece su música: “De las expresiones que hay ahora, con lo que particularmente no estoy muy de acuerdo son las letras violentas, porque ya de por sí vivimos en un mundo muy violento. La música más agresiva genera más agresividad. Los Bukis teníamos el propósito de esto, una música melódica que pudiéramos decir pasiva, tranquila, que genera serenidad, paz, alegría, reflexión porque todo eso vale en las letras y en las melodías; es un acompañamiento”, señala.
De hecho, en un tono mesiánico, les habla a los jóvenes denominados “tumbados” sobre redimirse, porque cree que hay un lugar en el infierno del olvido musical para los que no respetan a su público y promueven la violencia con su música.
“Piensen en lo que va a durar mucho tiempo, no se vayan con la corriente por lo monetario, la fama. Los pasos cortos pero sólidos los llevarán a un camino más largo. Piensen antes de hacer: si salen con algo que no tiene trascendencia, pierden credibilidad con el público”.