Fracasa México en Serie del Caribe; ya sólo busca no terminar último
El equipo representativo de México ha fracasado en su intento por llegar a las semifinales y a partir de ello estar en la Gran Final de la edición 66 de la Serie del Caribe que se disputa en Miami, Florida.
La novena azteca conformada por 14 Naranjeros de Hermosillo y reforzada con 14 peloteros de los diversos conjuntos de la liga invernal de nuestro país, fue vencida de manera contundente el día de ayer por el representativo de Venezuela en este caso los Tiburones de la Guaira al son de 1-6, aunque debiendo señalar que el conjunto mexicano tuvo la ventaja por la mínima diferencia hasta la sexta entrada pero terminó por desfondarse en el pitcheo de relevo, que ha sido el talón de Aquiles, y cayó de manera abrumadora.
Así las cosas, habiendo sumado su cuarta derrota de cinco juegos disputados, México ha quedado fuera del selecto grupo de cuatro finalistas que se mantienen en la pelea por el título de este importante certamen caribeño.
El conjunto mexicano dirigido por Juan Gabriel Castro, si bien no ha sido apaleado por sus adversarios, siendo la diferencia más amplia la del juego de ayer ante Venezuela, no podía esperar colarse a las finales con cuatro descalabros, pues hay que recordar que sucumbió en su primer cotejo ante Curazao por 5-6, y al día siguiente, el segundo compromiso, cayó frente al representativo de Puerto Rico por 02. El sábado su victimario fue el conjunto de Panamá, quien lo doblegó por 4-3.
Como ya se afirmó, en sus cuatro derrotas el escuadrón mexicano no se vio lo mal que pudiera reflejar la tabla de posiciones, dado que el conjunto ha lucido bien a la defensiva, en tanto la que no ha sido lo excelsa que debiera es la línea ofensiva que ha regateado la demostración de poderío al dejar en muchas ocasiones gente en los senderos. Pero quizá lo cuestionable es que se debió revisar más y mejor la administración por el desempeño con claroscuros del cuerpo de pitcheo.
El equipo no lució para haberse etiquetado como un conjunto fallido, y esto lo puso en relieve en el tercer evento, cuando enfrentándose a Panamá, llegó a la última entrada ganando por tres carreras a una, y justo en ese momento surgió el polémico incidente en el que Juan Gabriel Castro mandó llamar a su cerrador estelar, el muy probado y buen cerrador Luis Márquez, quien fue impedido de desempeñar su trabajo ya estando en la loma, al protestar el manager panameño que este pelotero no estuviera inscrito o anotado en la tarjeta de cortesía que se entrega antes de iniciar los juegos a los managers de los equipos correspondientes por sus pares.
El asunto es que no está reglamentado que sea motivo para no poderlo dejar jugar, dado que el lanzador está en el roster oficial del conjunto que representa a México en esta edición del Serial Caribeño, máximo que ha lanzado en varias ocasiones durante el mismo certamen, y se trató entonces de una decisión arbitraria. Un tema que habrá de revisar posteriormente junto con otros muy polémicos en el seno de la Confederación.
Pero por otra parte, habrá que también afirmar, faltó decisión, no sé si en el manager Castro o en algún delegado representante ante el certamen de la Liga Mexicana del Pacífico, que es finalmente la responsable de la administración del esfuerzo del equipo que lleva la franela azteca en el torneo, para fajarse y en un momento dado incluso retirar al conjunto del campo de juego.
Lo que pasó ya lo sabemos, se llamó a un sustituto para el relevo de cierre que llegó frío y no obstante que le permitieron algunos lanzamientos extras para tratar de estar en forma, no fue suficiente y le anotaron las carreras que le dieron la voltereta a la pizarra.
Así llegó México al cotejo contra Venezuela a vencer o morir dado que la diferencia entre seguir adelante a la semifinal estribaba en ganar los siguientes dos enfrentamientos, además de contra Venezuela, el subsecuente contra Nicaragua o despedirse del torneo.
México todavía debe de jugar el día de hoy en un sexto y último cotejo frente a su similar de Nicaragua en un duelo en que buscará la victoria como aliciente de honor, dejando claro que no ha sido una actuación catastrófica, pero los números son esos y ya sólo aspira a quedar colocado en una posición con menos deshonra.