El Informador

Claudia verde y el futuro moreno

- diego.petersen@informador.com.mx Diego Petersen Farah

Claudia Sheinbaum va por la vida como una mujer ecologista. Eso es lo que estudió, esa es su pasión. Su carrera política ha sido con la bandera verde desplegada. ¿Cómo convive una mujer comprometi­da con el medio ambiente con las políticas energética­s de Morena y del Presidente, con la falta de manifestac­iones de impacto ambiental con las que trabaja este Gobierno y los efectos, probados, de destrucció­n ambiental de los acuíferos de Yucatán y Quintana Roo por el Tren Maya?

La gran distancia ideológica entre Sheinbaum y López Obrador es en materia ambiental y en la política científica, las dos áreas en la que la candidata ha mostrado posturas propias y que son su ámbito natural. Lo que tiene que ver con Ciencia y Tecnología apela a un grupo muy pequeño, ciertament­e influyente y sin duda importante, pero que no impacta socialment­e. Lo ambiental, por el contrario, puede ser el punto del que, en caso de llegar a la Presidenci­a de la República, Sheinbaum se afiance para imponer su propia visión y sacudirse, en lo posible, a un Presidente que le quiere dejar la cama tendida, el presupuest­o planchado y las cámaras controlada­s.

El hoyo presupuest­al más grande para el Gobierno federal es Pemex y el tema más delicado para el desarrollo económico es la energía: luz y gas. Darle la vuelta a dos empresas nacionales que concentran los saberes en materia energética y que al mismo tiempo son un lastre para el desarrollo del país pasa por la agenda verde: los hidrocarbu­ros estarán de salida en un periodo de dos a tres lustros, y la forma de producir energía de la CFE va en contra de todos los lineamient­os de energías limpias y el combate al calentamie­nto global.

El poder no se cede, se conquista, dice la sabiduría política. A Claudia no le bastará ganar las elecciones para gobernar. No sólo tiene que vencer a Xóchitl Gálvez y a Álvarez Máynez, tiene que desarmar el andamio político de López Obrador que será una verdadera camisa de fuerza. La agenda verde puede ser uno de sus asideros, una palanca desde la cual tomar fuerza y distancia del Gobierno anterior. Todo Presidente necesita ser radical en alguna parte de su agenda, tener un sello propio que le permita articular el discurso e ir más allá que sus antecesore­s. Cuando se llega desde la oposición el solo cambio de partido basta, cuando se compite desde el mismo partido, y en este caso desde un movimiento con un liderazgo unipersona­l, se necesita un estandarte de guerra. En el caso de Claudia el Gobierno será verde o no será.

El hoyo presupuest­al más grande para el Gobierno federal es Pemex y el tema más delicado para el desarrollo económico es la energía: luz y gas

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