Beneficios de los trabajadores sindicalizados
De acuerdo con Manuel Benítez, presidente de la Academia Jalisciense de Amparo y Derechos Humanos AC, la transparencia de los recursos es uno de los principales problemas que reporta el sindicato de trabajadores de Pemex, pues parte de lo establecido en los contratos es que algunas de las prestaciones se dejan a criterio de los patrones.
En dicho contrato, por ejemplo, se estableció un incremento salarial de 4.16% y de 2.28% a partir del establecimiento del contrato colectivo 2023-2025 (con retroactivos desde agosto de 2023), lo cual para Cristian Emilio Martínez, colaborador de la organización México Cómo Vamos, representa un “apapacho” a sus trabajadores para que no sientan la inflación en sus bolsillos, y que a su vez representa un gasto mayor para Pemex, que actualmente no se encuentra en sus mejores números.
Entre los privilegios también se encuentran vacaciones que van de los 21 a los 38 días, aguinaldos de 60 días (que no son vistos en ninguna otra industria), y hasta atenciones médicas particulares pese a contar con seguridad social por parte del Estado Mexicano.
Todo prevalece pese a que el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, ordenó en julio de 2019 retirar tales privilegios como parte de la “austeridad republicana” que ostentaba al inicio de su mandato.
Para Jaime Tamayo, jefe del Departamento de Estudios Sobre Movimientos Sociales del Centro Universitario de Ciencias Sociales de la UdeG, la carga que representa el sindicato no es precisamente por los sueldos o prestaciones de los trabajadores, pues dijo, estas son batallas ganadas a lo largo de los años.
Lo que para él representa un peligro es la corrupción que no pudo resolverse, ni con el cambio de administraciones ni con el cambio de titulares.
“Ellos ya se habían comprometido a acabar con la corrupción sindical y a democratizar los sindicatos. Hubo algunos avances por las acciones de la Secretaría de Trabajo, pero al final ha quedado en el poder el mismo grupo o personas cercanas a Carlos Romero Deschamps, a quien se le adjudica la caída dela paraestatal.
“El pasivo laboral de Pemex, en el fondo, es producto de los malos manejos. Se trata de un contrato colectivo (el del sindicato) muy oneroso para Petróleos Mexicanos. Al final sí representa una parte importante de los pasivos de la empresa, estamos hablando de más o menos un tercio o como menos de dichos pasivos”, consideró por su parte Oscar Ocampo Albarrán, coordinador de Energía y Medio Ambiente del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).