El Informador

Un juego que tiene todo

Alrededor de los protagonis­tas del Super Bowl existen varias narrativas a las que se les busca un epílogo

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LAS VEGAS.- El primer Super Bowl en Las Vegas tiene todo lo que un guionista imaginario de la NFL hubiera querido.

Por un lado, Patrick Mahomes y los Chiefs de Kansas City (sin cartel de favoritos con su marca de 14-6) en busca de convertirs­e en el primer equipo que repite como campeón en 19 años y que pretenden avalar su condición de dinastía con un tercer título del Super Bowl en cinco años.

Por el otro, el regreso de Brock Purdy después una lesión y de haber sido el “Sr. Irrelevant­e” que tiene ahora a los 49ers de San Francisco al borde de empatar el récord con un sexto título del Super Bowl, poniendo su nombre al lado de los legendario­s quarterbac­ks Joe Montana y Steve Young.

Y desde luego, no se puede pasar por alto todo el brillo y glamour de la ciudad y lo irónico de que un Super Bowl se dispute en la meca de las apuestas, algo que solía ser un tabú en la NFL.

Para los Chiefs, nada que no sea alzar otro trofeo Vince Lombardi sería aceptable, así que cargan más presión.

“Esa expectativ­a se ha convertido en una exigencia en este punto”, reconoció Travis Kelce. “Tengo claro que los años en los que no ganamos desde que logramos el primero se sintieron como las derrotas más duras de mi vida. Así que se trata de mantener la mentalidad cada año, y saber llevar tus expectativ­as, asegurarte que nadie ponga más expectativ­as que nosotros mismos. Hemos venido a ganar, eso que ni se dude”.

Esta es la revancha del partido que los Chiefs ganaron hace cuatro años para darle al entrenador en jefe Andy Reid su primer campeonato. El estratega de los Niners, Kyle Shanahan, ha estado cerca dos veces, pero en cada una su equipo dilapidó amplias delanteras; era el coordinado­r ofensivo cuando Atlanta dejó ir una diferencia de 25 puntos ante Nueva Inglaterra hace siete años, y en el Super Bowl LIV perdió una ventaja de 10 puntos.

Jimmy Garoppolo era el quarterbac­k del equipo la última vez. Ahora le toca a Purdy, quien desafió todo lo que tenía en contra y sigue dejando mal a sus detractore­s.

Purdy no pierde el tiempo en buscar tapar bocas. Es alguien muy maduro para sus 24 años, lo que le permite jugar con aplomo.

“Se trata de hacer mi trabajo bastante bien durante tres horas ante la defensa de los Chiefs de Kansas City”, indicó Purdy.

“Esa es mi mentalidad. Quiero hacer todo lo posible para que mi equipo gane. Me enfoco en lo que queremos hacer esta semana, no estar distraído con todo el ruido afuera”.

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AFP EN EL REFLECTOR. El mano a mano entre Brock Purdy (izq.) y Patrick Mahomes roba la atención.
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