El Informador

Ante la enfadazón de las campañas, el humor presidenci­al

- @enrigue_zuloaga Carlos Enrigue

Me parece más que evidente que, fuera de los elaborador­es de encuestas y los comentaris­tas de éstas, no hay nadie, absolutame­nte nadie, a quien le hayan interesado las campañas políticas.

La prueba más clara es que a la que más parece favorecer el tema, la doctora Claudia Sheinbaum, candidata por el partido en el gobierno y por ese solo hecho favorita, entre otras cosas, por la ilimitada cantidad de dinero de que dispone, ante la aburrición de las pre pre campañas, para desenfadar­se del tema se casó con Dulces nombres (el marido se llama Jesús María) y, obviamente, se encuentra gozando de las delicias de amor de aquí a que pueda poner la mano sobre la mesa y disponer.

La siguiente candidata, ingeniera Xóchitl Gálvez, se siente hablando sola, porque pocos le hacen caso y lo más entretenid­o que le ha sucedido en la campaña es que los guardias de palacio – se cree, pero no se sabe con certeza, que por órdenes de nuestro amado presidente Andrés Manuel López Obrador– no le abrieron la puerta, y ella y su amparo se fregaron y no entraron a palacio, con lo que tuvo que echarse sola su discurso a medio Zócalo donde la única escucha fue su bicicleta. También la distrajo un viaje en que fue a chivear, aprovechan­do que el dólar está baratísimo y pudo demostrar ante el presidente gabacho sus dotes en el idioma de Shakespear­e, criticada como siempre por los periodista­s a modo del régimen; pero que tú digas qué campaña tan divertida, pues no.

La campaña del amigo de Samuelito que pusieron ahora que el señor gobernador no pudo ser postulado porque, de haberlo hecho, le hubieran destapado muchos temas de los que él no quiere ni hablar y con la conformida­d de Dante, designaron como candidato al señor Álvarez Máynez y lo hicieron no como los otros enfadosos, sino en una sesión de carne asada, combinada con una fuerte tanda de chelas, simplement­e para hacer que constara la alegría del nombramien­to y la han continuado, según un video en el que glorifican­do al dios Baco, aparece el candidato con una melopea de cuarto grado en la escala de Richards y cuyo grado desconozco en los términos de la Organizaci­ón Mundial de la Salud. A mí este partido me cae gordo por cómo se portaron con Enrique Alfaro, pero se han enfadado menos porque designaron después y no han parado los festejos.

Pues viendo el desastre en que estábamos y como al señor presidente sí le interesa el tema de las campañas y para reactivarl­as, según dijo, lanzó veinte iniciativa­s que él sabe que no pasarán pero que no le importa, que son pa’ divertirse y se las encargó a Nacho Mier, que si pudo hacer que en su momento aprobaran Fobaproa, que era una barbaridad, éstas le quedan chicas y rendirá buenas cuentas.

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