No todo es fiesta y felicidad
LAS VEGAS.- Aunque los beneficios de recibir un Super Bowl en la ciudad se cuentan por millones (particularmente de dólares), la realidad es que un evento de este tamaño no viene sin inconvenientes, y eso es lo que están viviendo los habitantes de Las Vegas.
En el día previo al gran juego, la calle más emblemática de la Ciudad del Pecado se convirtió en un verdadero estacionamiento gracias a las fuertes medidas de seguridad y viales que se han implementado para el evento.
El sonido de los claxons opacó el sonido de los cientos de aficionados de los Chiefs y los 49ers que no dejaron de gritar en favor de su equipo.
Los fanáticos pasaron por encima de las filas de autos, prácticamente varados en la zona en la que sólo pudieron ver cómo las luces del semáforo cambiaban a verde sin poderse mover.
Mientras que los aficionados de la NFL disfrutaban de la oportunidad de tomarse fotografías en los distintos escenarios dispuestos a lo largo de la emblemática vialidad de Las Vegas, los locales no han estado tan contentos, pues se han enfrentado a falta de información y a transportes públicos saturados.
“Es increíble, puro fanático en esta zona”, se escuchó decir a un hombre que compraba en una zona exclusiva de la ciudad al tomar el Tram.
La empleada de un centro comercial aseguró que aunque disfruta del evento y la NFL, esta fue una semana complicada y que permaneció atorada en el tráfico hasta 30 minutos tan sólo en el Strip, una vialidad de 6.8 kilómetros de longitud.
Pero la casa nunca pierde y aunque se vivió una semana caótica, a partir del lunes todo regresará a la normalidad, aunque en Las Vegas se quedarán con un premio de por lo menos 700 millones de dólares.