DeSantis, una espera que no prosperó
NASHUA.- Durante meses, la principal competencia de Trump para la candidatura republicana pareció ser el gobernador de Florida.
Recién salido de una aplastante victoria en la reelección en noviembre de 2022, Ron DeSantis era una estrella conservadora en ascenso y uno de los únicos puntos brillantes de su partido en el doloroso ciclo de las elecciones intermedias.
Algunas encuestas mostraron que los votantes lo preferían a él más que a Trump, a quien se culpaba de respaldar a candidatos de ultraderecha que costaron a los republicanos escaños que podían haber ganado.
Pero DeSantis optó por esperar hasta mayo de 2023 para lanzar su campaña, lo que dio al ex presidente y a sus aliados una ventaja de seis meses.
Los principales asesores de Trump lo instaron a no atacar a DeSantis hasta más adelante en la carrera, pero Trump, quien rechazó su consejo, salió desde el principio con su burlón “DeSanturrón” (“DeSanctimonious”, un juego de palabras con su apellido y “sanctimonious”). Los anuncios del Super PAC comenzaron.
“Apostamos a lo grande”, dijo Taylor Budowich, director general de MAGA Inc. “Decidimos ir tras él muy pronto y definirlo antes de que pudiera definirse a sí mismo”. A finales de enero pasado, DeSantis se retiró de la carrera presidencial y respaldó al ex presidente, Donald Trump.
Para los principales asesores de Trump, vencer a DeSantis fue algo personal. Un puñado había trabajado anteriormente para el gobernador y algunos se vieron afectados negativamente por sus acciones. Incluso aquellos que se marcharon en buenos términos estaban íntimamente familiarizados con sus fortalezas y debilidades.
El ridículo fue también parte de la estrategia, incluido un memorable anuncio de MAGA Inc. sobre “dedos de pudín” que destacaba informes desagradables sobre los hábitos alimenticios de DeSantis y acusaciones de que DeSantis usaba tapas en sus botas.
“DeSantis puede hablar desde aquí todo el tiempo”, dijo Gary Leffler, un contratista general de West Des Moines, Iowa, señalando su cabeza.
“En cuanto a los hechos, a las políticas y todo lo demás, es bastante sólido”, pero Trump, agregó Leffler mientras se llevaba el puño al corazón, “habla desde aquí. Y eso es algo que DeSantis no tiene”.