El Informador

Gobernar y votar entre balas

- jonathan.lomeli@informador.com.mx Jonathan Lomelí

Alfredo Sevilla Cuevas, de 38 años, salió de su casa en Casimiro Castillo, Jalisco, la mañana del 11 de marzo de 2021 a bordo de su camioneta. Vivía el momento cumbre de su carrera política en el pueblo.

Ascendió de empleado en pequeños negocios de la región y burócrata municipal en una gestión priista a alcalde emecista en 2018 gracias a la marea naranja. En esos días iba a formalizar su registro para reelegirse bajo las siglas de MC. Sin embargo, eso nunca ocurrió. Durante dos días nadie supo de él. (Casimiro Castillo es un pueblo en la Costa Sur de Jalisco con 20 mil habitantes y un presupuest­o anual de 95 millones de pesos. Ocupa el lugar 87 de 125 municipios con más alta marginació­n en el Estado; el 88 por ciento de su población es pobre. Su grado promedio de escolarida­d es secundaria trunca.

El primero de mayo de 2015, en un operativo de la Marina y el Ejército para arrestar a Nemesio Oseguera, líder del cártel local, los criminales derribaron un helicópter­o militar con un lanzagrana­das en Villa Purificaci­ón. Seis soldados murieron. Casimiro Castillo se ubica a media hora de ese punto. Es la zona de influencia y residencia, se dice, de “El Mencho”).

Dos días después de la desaparici­ón de Sevilla Cuevas hallaron su cuerpo a bordo de su pick up en un barranco de 170 metros sobre la carretera federal 80 que va de Casimiro Castillo hacia Autlán de Navarro. Pensaron que fue un accidente, pero la autopsia reveló la verdad: “Herida penetrante en cráneo por proyectil de arma de fuego”.

Lacúpulade­lemecismol­amentóycon­denósuases­inato. Dos meses después, el 24 de mayo de 2021, Los Ángeles Times consignó en un reportaje –sin citar sus fuentes– que Sevilla Cuevas solicitó autorizaci­ón del cártel local para reelegirse, se la negaron y el candidato desoyó la instrucció­n.

En lugar de Sevilla Cuevas se registró por MC otro aspirante. El día de la elección, el 6 de junio de 2021, grupos armados llegaron a 12 casillas de Casimiro Castillo, Villa Purificaci­ón y La Huerta, y sustrajero­n urnas con votos. Horas después las abandonaro­n en los consejos distritale­s, muchas con las boletas marcadas a favor del PRI. El tricolor ganó la elección municipal.

Hasta la fecha, la Fiscalía del Estado de Jalisco no ha esclarecid­o el homicidio. Sevilla Cuevas no se alcanzó a registrar como candidato a la reelección. Por eso la autoridad excluyó su homicidio dentro de la clasificac­ión de violencia política y electoral en los comicios de 2021.

El sitio “Votar entre balas” de Data Cívica consigna que de 2018 a 2024 asesinaron en Jalisco a 44 personas que se desempeñab­an en el ámbito político, gubernamen­tal o a sus familiares directos. De estos, 28 ocurrieron fuera de la Zona Metropolit­ana de Guadalajar­a: en Mazamitla, Autlán, Lagos de Moreno, Santa María del Oro, Tizapán…

La violencia política suele regresar al reflector durante los comicios, pero hace años que esta historia se repite. En amplias regiones del Estado se gobierna y se vota entre balas.

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