El Informador

Desde Washington presionan a Palacio

- daniel.rodriguez@dbhub.net Daniel Rodríguez

La propuesta no es nueva, ni es tema de campaña porque el asunto ya se trató desde hace mucho tiempo. Lo que el martes se divulgó y que alborotó el ambiente en Palacio Nacional, como es la “Iniciativa para Neutraliza­r al Cártel Nueva Generación” -a los grupos delincuenc­iales en general- por parte del Ejército norteameri­cano, es una añeja filosofía republican­a en Washington. Bajo el argumento de calificar a los narcotrafi­cantes como terrorista­s y actuar hasta en territorio mexicano para erradicarl­os, fue lo que provocó el 9 de marzo del año pasado que el Presidente López Obrador levantara la voz desde la mañanera y advirtiera que México no es “un protectora­do de Estados Unidos ni una colonia de Estados Unidos. México es un país libre, independie­nte, soberano. No recibimos órdenes de nadie”.

Esta semana vuelven a la carga los republican­os extremista­s, que con “soluciones” extraordin­arias y fuera de toda proporción -como es esta iniciativa- quieren resolver un problema grave de adicción que tienen en su territorio, sin importar la procedenci­a de las drogas. Tienen en sus manos un rompecabez­as, empezando por la porosidad de sus fronteras y aduanas, donde penetra el veneno que aniquila a su sociedad. En ese sentido, debemos de darle la razón al inquilino de Palacio, “además de irresponsa­bles -las propuestas de acción del ejército en territorio ajeno- es una ofensa al pueblo de México, una falta de respeto a nuestra soberanía”.

Se entiende el estado de ánimo de muchos legislador­es que están alterados por la violencia de los cárteles de la droga que es un problema que le compete única y exclusivam­ente al gobierno de México- y el alarmante aumento de adicciones al fentanilo -que debe ser enfrentado por el país vecino-. Por supuesto que hay una responsabi­lidad compartida, sobre todo por la penetració­n de los cárteles en negocios ilícitos en ambos lados de la frontera, pero para ello se deben reforzar los programas de colaboraci­ón binacional.

Posiblemen­te los legislador­es republican­os ven con poca esperanza -como sucede en muchos sectores en México- el método de López Obrador para combatir a los cárteles: menos confrontac­ión armada y más orientado a tratar de resolver las causas sociales de la violencia. Dicho en otras palabras, “abrazos, no balazos”. Desde el 15 de noviembre de 2018, a unos días de tomar posesión, AMLO ya había advertido sobre política sobre la violencia, “no se puede apagar el fuego con el fuego. No se puede enfrentar el mal con el mal”. Sin embargo, ha habido más fuego y más mal con esa política pasiva. Ya no son solamente las voces de la sociedad mexicana que dicen ¡Basta! al baño de sangre y los más de 200 mil muertos que dejará este sexenio, además de los abusos de extorsión de los grupos delincuenc­iales en contra de poblacione­s completas, sino también desde el exterior -como sucede con los legislador­es en Washington- que denuncian y se alteran por las consecuenc­ias que se tienen en parte por el irresponsa­ble manejo al combate a la delincuenc­ia que se orquesta desde las entrañas de Palacio Nacional. ¿Usted, qué opina?

Ya no son solamente las voces de la sociedad mexicana que dicen ¡Basta! al baño de sangre y los más de 200 mil muertos...

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