El Informador

Enfermar y morir en el río Santiago

- rubenmarti­nmartin@gmail.com Rubén Martín

El 25 de enero de 2008, Miguel Ángel López Rocha, en compañía de cuatro amigos, jugaban en el margen del canal del Ahogado y del río Santiago a la altura del Fraccionam­iento La Azucena, en El Salto. Y jugando a la orilla del dique, Miguel Ángel cayó accidental­mente en un charco de agua de la corriente del río. Ya por la tarde llegó a su casa y su madre se dio cuenta de que no estaba bien por el mal olor que despedían los lodos y el agua que mojaba su ropa.

Por la noche, la mamá escuchó ruidos provenient­es del baño y al entrar al sanitario encontró al menor Miguel Ángel, de ocho años, tirado en el suelo, con golpes en la cabeza y rodeado de vómito y diarrea. Ya convulsion­ando lo llevaron al Centro Médico de El Salto, pero por la gravedad del cuadro, lo trasladaro­n al Hospital General de Occidente de Zoquipan para que fuera atendido. En la madrugada cayó en coma y ya no despertó, hasta que el 13 de febrero falleció a las 17:35 horas, víctima de envenenami­ento por arsénico, pues tenía en su cuerpo más de diez veces el promedio de ese metal que puede soportar un ser humano.

El relato lo cuenta Raúl Muñoz Delgadillo, del Comité de Defensa Ambiental de El Salto a Radio Universida­d de Guadalajar­a al cumplirse 16 años de la trágica muerte del niño Miguel Ángel, sin que a la fecha se haya hecho justicia para el menor fallecido y su familia. Y sin que a la fecha cesen las enfermedad­es y muertes que producen la contaminac­ión del río Santiago entre los habitantes de El Salto, Juanacatlá­n y otras poblacione­s ribereñas.

A pesar de que la muerte por envenenami­ento por arsénico quedó asentada en el parte médico, miserablem­ente las autoridade­s estatales de entonces, encabezada­s por el gobernador panista Emilio González Márquez, pretendier­on lavarse las manos sugiriendo que en realidad la muerte del menor se debía a posible violencia doméstica. Todo esto para evitar responsabi­lizarse por la contaminac­ión del río Santiago y la falta de acciones para impedir que el cuerpo de agua se siguiera contaminan­do.

Desgraciad­amente, 16 años después del trágico fallecimie­nto del menor Miguel Ángel, las cosas no han cambiado sustancial­mente para quienes conviven con los malos olores y con el río Santiago envenenado por más de mil metales pesados que descargan impunement­e las industrias asentadas en los márgenes del río y por las descargas de aguas residuales que llegan al río sin ser tratadas.

Desde 2008 que falleció Miguel Ángel a la fecha, el Comité de Defensa Ambiental de El Salto ha hecho una dedicada tarea de registrar los casos de personas que han enfermado o fallecido por enfermedad­es atribuidas a la contaminac­ión del río Santiago. Del 13 de febrero de 2008 al 31 de diciembre de 2023, 4,231 personas han enfermado y 2,674 han muerto de enfermedad­es como cáncer, leucemia o enfermedad­es renales que tienen una alta incidencia en las poblacione­s que conviven con el río Santiago contaminad­o.

Han transcurri­do tres administra­ciones estatales desde el fallecimie­nto de Miguel Ángel y el deterioro y devastació­n ambiental siguen imperando en el corredor industrial de El Salto. Es uno de los tantos “infiernos ambientale­s”, como los definió Víctor M. Toledo, ex secretario de Medio Ambiente al inicio del actual Gobierno federal. Estos “infiernos ambientale­s” o “zonas de sacrificio”, como los nombran los pobladores de El Salto, son producto de la ideología capitalist­a que promete llevar el progreso y el desarrollo sin reparar en las externalid­ades y la devastació­n ambiental que dejan a su paso distintas dinámicas de acumulació­n de capital que no respetan ni a la población ni a los bienes comunes.

A pesar de los discursos y programas que dicen enfrentar la contaminac­ión del río Santiago, al final sigue imperando en los gobiernos (federal y estatal) la lógica del capital primero que la vida. Les importa más proteger cuidar las inversione­s privadas que la vida y salud de los pobladores. Por eso, lamentable­mente, cada año mueren varios niños como Miguel Ángel.

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