Correr por un objetivo
Diversos son los motivos por los que una persona decide participar en un medio maratón, sobre todo porque se trata de una prueba que demanda el mayor esfuerzo posible tanto mental como físico.
Sin embargo, para Liliana Farfán, el ser partícipe de esta fiesta deportiva la acerca a su objetivo de poder guiar en un futuro a las personas con discapacidad visual, porque asegura, son dignas de admiración.
“Para mí es muy especial correrlo. Más allá de mi marca personal, mi meta en esto de las carreras es poder guiar a una persona con debilidad visual. Cada que voy a correr, siempre salen primero ellos, el poder verlos en su regreso con las personas que los guían, se me hace muy espectacular e inspirador. A mí me gustaría llegar a la meta acompañando a una persona con esta discapacidad y saber que ambas lo logramos”, expresó Farfán.
A sus 22 años, Liliana ha tenido que cambiar algunos hábitos de su vida cotidiana para poder estar en óptimas condiciones al momento de competir. Dejó de lado las fiestas o cualquier cosa típica de la gente de su edad para tomar la decisión de adentrarse al mundo del atletismo y sentir la satisfacción de superar sus propios límites.
“Desde que decidí correr por primera vez opté por ya no salir tanto a fiestas, porque el alcohol sí influye demasiado. Entre mis hábitos, también incluí el comer balanceado, dormir temprano y más horas, mantenerme bien hidratada. Salgo a correr de cuatro a cinco veces a la semana, procurando alcanzar los 15 kilómetros y me preparo en el gimnasio para mantener la fuerza en las piernas”, compartió.
“Todo esto impactó de muy buena manera en mí, es algo que quiero hacerlo todo el tiempo y me gustaría ser un ejemplo para más personas. Cruzar la meta es algo indescriptible; la primera vez que lo hice me dieron muchas ganas de llorar, porque rompes tus barreras y tus propios miedos”, finalizó Lili.