Estancias breves incrementan en grandes ciudades
La demanda de rentas de corta estancia sigue creciendo en las grandes urbes como Ciudad de México, Guadalajara o Monterrey, debido, principalmente, al flujo tanto de nómadas digitales como de viajeros. “Cada vez más extranjeros llegan a México, por lo que se abren muchas oportunidades para el sector de arrendamiento”, indicó Caterine Castillo, especialista en tecnología para el mercado inmobiliario, quien considera que deben eficientar. los procesos de alquiler, así como quitar trabas que entorpecen la renta de propiedades.
Entre las ventajas que resultan atractivas para los arrendadores se encuentra poder cobrar precios por noche y así obtener ingresos mensuales más elevados, en comparación con el esquema tradicional. Las llamadas temporadas altas (como Semana Santa, verano o Navidad) permiten cobrar una tarifa mayor debido a la demanda. Mientras que en épocas de baja ocupación, los propietarios pueden hacer uso personal del inmueble.
Además, las plataformas especializadas en cortas estancias permiten conocer un poco a los futuros inquilinos pues, por lo general, cuentan con valoraciones por parte de otros dueños, así como con filtros de registro.
Sin embargo, este esquema también presenta inconvenientes, relacionados sobre todo con los ingresos y la gestión de las unidades. Si bien cobrar tarifas por noche representa una ventaja respecto a la renta tradicional, nadie asegura que la casa o departamento se alquilará durante todo el año.
Incluso, en temporadas de baja demanda puede ser necesario bajar el precio para atraer a más usuarios.
Los clientes que optan por esta modalidad prefieren, sobre todo, inmuebles con amenidades como terrazas, balcones, gimnasio o alberca.
De no contar con estas, el proceso de alquiler se complica. Comúnmente, en este tipo de renta son los propietarios quienes se encargan de cubrir los gastos de luz, agua, gas e internet, contrario a las de uso habitacional, en las que los arrendatarios asumen el pago de dichos servicios.
El sistema de corta estancia exige más tiempo de los propietarios. Es necesario estar al pendiente de los requerimientos o problemas de los inquilinos, así como ocuparse de la limpieza cada que ingresa alguien nuevo y llevar a cabo una revisión periódica de las condiciones del inmueble. Entre más personas hagan uso de la propiedad, hay mayor posibilidad de afectaciones.
Decidirse por uno u otro esquema depende de diferentes factores, entre ellos se consideran la ubicación del inmueble y las condiciones en que se encuentre, además de los objetivos del propietario: si busca generar más dinero por el alquiler de la vivienda destinando tiempo a su gestión o si prefiere mayor estabilidad y menos riesgo con inquilinos a largo plazo.