Dios nos cuenta su plan
Seguimos caminando en el desierto cuaresmal, casi en el corazón de este tiempo especial para la conversión y el encuentro con Dios. Seguramente alguna vez han tenido la experiencia de abandonar un proyecto, de sentir el cansancio por ser constantes, y quizá decides dejar trunca esa carrera, ese hábito saludable, ese matrimonio que tambalea. Y quizá la mayoría de las veces lo único que hace falta es mirar al futuro con mucho realismo y verte disfrutando haber triunfado. Pues algo así el Señor nos presenta este domingo con el pasaje de la Transfiguración, nos muestra un anticipo de la meta triunfante de este desierto cuaresmal: la resurrección. Y nos revela su plan para que podamos ser salvados: Este es mi Hijo, escúchenlo.
¿Cuál ha de ser nuestra actitud o respuesta? Es la que nos enseña Abraham en la primera lectura: no negarle nada a Dios. Porque la lógica del mundo nos dice que al entregar pierdes, pero en el plan de Dios que no escatimó en entregarnos a su propio Hijo, cuando entregas siempre ganas.
También hay que aclarar que aunque seamos nosotros los que nos esforzamos, no se trata de mérito, sino de don porque es de Dios la iniciativa, por ello es su plan. La salvación es un don, entonces junto con nuestros buenos propósitos y esfuerzos en Cuaresma, estamos llamados a dejar que Dios obre en mi. Cuaresma es también un ejercicio de confianza.
Ahora, Él es tan bueno porque nos hace libres, mas no violenta nuestra libertad. Quiere que lo vayamos conociendo, por eso le pide a sus amigos que no cuenten lo que vieron en el monte. Nos tiene paciencia, pero quiere que no te pierdas su mayor acto de amor que celebraremos en Semana Santa.
El mensaje de hoy es de esperanza, es Dios diciéndonos, “aguanta, falta poco, ya se acerca la hora de tu liberación”. Y nos da la clave: seguir su Hijo muy amado. Feliz Domingo.