El Informador

Las elecciones y los retos por venir para las autoridade­s electorale­s

- Marcos del Rosario Rodríguez / Director del Departamen­to de Estudios Sociopolít­icos y Jurídicos del ITESO.

Con la creación del otrora Instituto Federal Electoral (IFE) en el año 1990, ahora Instituto Nacional Electoral (INE), se instauró un sistema electoral solvente y eficaz, en el que la organizaci­ón y validación de las elecciones pasa por la ciudadanía. Se debe recordar que anteriorme­nte era el propio Gobierno federal, a través de la Secretaría de Gobernació­n, quien asumía la función de llevar a cabo los comicios a nivel federal, y la Cámara de Diputados era la encargada de validar los resultados electorale­s.

Nuestro sistema electoral es el producto de una desconfian­za pública emanada de las elecciones fraudulent­as de 1988, en las que la voluntad del electorado sucumbió ante los intereses del entonces partido hegemónico. Por ello, para evitar que los intereses políticos determinar­an el destino democrátic­o de nuestro país, es que se pensó en crear un órgano dotado de autonomía plena para que su actuar fuera objetivo e independie­nte, y de esta forma garantizar la expresión de la ciudadanía.

Posteriorm­ente, en el año de 1993 se fortaleció el sistema electoral con la creación del Tribunal Federal Electoral, que a la postre, en 1996, se transforma­ría en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), órgano jurisdicci­onal con facultades constituci­onales diseñado para hacer valer los resultados emitidos en las urnas y proteger los derechos políticos de la ciudadanía.

El INE junto con el TEPJF, a lo largo de su existencia, han sido piezas fundamenta­les en la construcci­ón de nuestra Democracia Constituci­onal. En buena medida la igualdad sustantiva entre mujeres y hombres; los derechos de las comunidade­s indígenas, de los grupos en situación de vulnerabil­idad y otros derechos de índole político, se han fortalecid­o de forma progresiva con la acción de estos órganos. Lo cual no implica que no existan aspectos que deban ser reformados en aras de mejorar su funcionali­dad y de que respondan de mejor forma a las necesidade­s ciudadanas.

Bajo este modelo, desde su creación, el INE ha organizado más de 330 elecciones de distintas dimensione­s y alcances. Sin embargo, los comicios de 2024, a diferencia de los anteriores, serán los más grandes y complejos en la historia de nuestro país, toda vez que se disputarán más de 20 mil cargos de elección popular, 19 mil 746 cargos locales y 629 federales, incluyendo la Presidenci­a de la República.

Además de lo anterior, las autoridade­s electorale­s, incluyendo las locales, tendrán que enfrentar otros retos que, de no ser solventado­s oportuname­nte, pueden poner en riesgo la vigencia de los principios constituci­onales y los derechos políticos de la ciudadanía.

Entre estos desafíos se encuentra la utilizació­n de recursos públicos por parte del Titular del Poder Ejecutivo, particular­mente en el espacio denominado “la mañanera”, en el cual no sólo ha dispuesto de forma ilícita de tiempos anticipado­s de precampaña y campaña, sino que se ha utilizado la propaganda gubernamen­tal que le correspond­e como Presidente de la República para construir la plataforma política de la candidatur­a de Morena, garantizan­do con ello un posicionam­iento entre los militantes y simpatizan­tes de dicho partido gracias a los recursos públicos que tiene el Gobierno federal, lo cual pone en riesgo la equidad de la contienda electoral. Lo anterior ha ocurrido pese a los esfuerzos tanto del INE como del TEPJF, cuyos resolutivo­s han buscado erradicar esas conductas.

Otro problema por dilucidar es lo concernien­te al financiami­ento público y privado que reciban los candidatos y partidos políticos durante las precampaña­s y campañas, los cuales deben estar bajo los límites establecid­os para evitar inequidade­s en el proceso.

En lo correspond­iente al financiami­ento público, que deberá ser un 70% del total de las aportacion­es recibidas, se tiene que llevar a cabo una labor de fiscalizac­ión adecuada por parte del INE para que los recursos públicos y programas sociales sean utilizados de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 134 constituci­onal, es decir, que tengan un cara cter institucio­nal y fines informativ­os, educativos o de orientacio n social. En consecuenc­ia, dichos apoyos no pueden ser orientados para favorecer o condiciona­r el voto a favor o en contra de un candidato o partido determinad­o.

De igual maneral, en lo que respecta al financiami­ento privado, que será del 30% del total de los recursos recibidos, se tiene que poner un énfasis adicional con el objetivo de identifica­r aquellas aportacion­es que puedan provenir del crimen organizado, las cuales invalidarí­an cualquier candidatur­a o resultado del proceso electoral.

Pese a que los problemas referidos son relevantes, sin duda el conflicto más complejo para todas las autoridade­s en las próximas elecciones es lo relativo a la violencia creciente e incontenib­le que azota a buena parte del territorio nacional, así como la presencia e influencia cada vez más acentuada de grupos del crimen organizado, quienes en cientos de comunidade­s a lo largo del país designan de forma impositiva a las y los candidatos que contenderá­n en los comicios.

Además de lo anterior, mediciones recientes indican que, en al menos nueve entidades de la República mexicana, la presencia y el dominio de los grupos del crimen organizado es tal, que existe un temor fundado de que durante la jornada electoral se impida al electorado ejercer su derecho al voto de forma libre y pacífica, y sea obligado a votar en un sentido determinad­o conforme a los intereses de los grupos delincuenc­iales.

En este contexto existe un riesgo latente de que las elecciones no puedan celebrarse en algunos distritos electorale­s y municipios del país, con lo cual se podría estar en supuestos de nulidades de elección.

Recienteme­nte, las y los magistrado­s de la Sala Superior del TEPJF manifestar­on su preocupaci­ón por la influencia del crimen organizado en las próximas elecciones, problemáti­ca que debe reconocers­e y atenderse antes de que pueda llegar a tomar control desde la Presidenci­a de la República.

Este reto demanda una coordinaci­ón eficiente entre las autoridade­s electorale­s y de seguridad pública, ya que, como se señaló, si no se dispone de protocolos adecuados será muy probable que el libre ejercicio del derecho al voto, y en consecuenc­ia la voluntad del electorado, se vea afectado sensibleme­nte.

Hoy más que nunca la ciudadanía debe ser consciente de que sólo saliendo a votar, denunciand­o conductas irregulare­s, y haciendo valer las libertades y los derechos políticos de toda la ciudadanía, se podrá preservar nuestra democracia, que tanto ha costado forjar.

Hoy más que nunca la ciudadanía debe ser consciente de que sólo saliendo a votar, denunciand­o conductas irregulare­s, y haciendo valer las libertades se podrá preservar nuestra democracia

 ?? EL INFORMADOR • L. MARTÍNEZ ??
EL INFORMADOR • L. MARTÍNEZ

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico