Feministas colocan su propia bandera tricolor
La Marea Morada se encargó de coser una bandera para sustituir la ausencia del símbolo nacional El Gobierno recibió a las mujeres con paredes metálicas que fueron utilizadas como tenderos
CIUDAD DE MÉXICO.- Miles de cientos de mujeres marcharon ayer contra la violencia desde el Ángel de la Independencia, el Monumento a la Revolución o la glorieta de la Mujeres que Luchan con rumbo al Zócalo de la CDMX en donde hallaron vallas y una asta sin la Bandera de México.
A manera de protesta, las feministas colocaron una bandera tricolor gigante a la que le escribieron frases y un símbolo de Venus en el centro: “La patria es de todas y de todos, si él nos quita nuestra bandera nosotras nos hacemos nuestra patria por eso cosimos 10 metros de bandera”, contó Angélica Díaz trabajadora del Gobierno de la Ciudad de México.
La Marea Morada contra la violencia machista se hizo presente una vez más. La rabia movilizó a miles de mujeres que advirtieron que “ya nadie las volverá a callar”. En una Ciudad amurallada para hacer oídos sordos a su sufrimiento, ellas se impusieron y salieron para demandar justicia por sus muertas y desaparecidas, a denunciar a sus agresores y exigir un país más justo e igualitario para todas.
Vestidas de tonalidades púrpura parecidas a las flores de jacaranda y con glitter verde en el cuerpo, miles de mujeres marcharon por las calles de la capital del país bajo la consigna: “¡Esto ya no es un país, es una fosa común donde ayer enterré a mi hermana y mañana puede ser la tuya!”.
Llegaron a un Zócalo en el que la autoridad no colocó de nueva cuenta la Bandera monumental que por ley debe izar todos los días. No importó, ellas desplegaron su propia bandera y en la base colocaron un tendedero con la imagen de sus agresores, violadores y deudores alimentarios para exigir justicia. Más allá de que las paredes metálicas de tres metros que el Gobierno federal instaló para proteger el mobiliario capitalino fueran un obstáculo para su lucha, cientos de mujeres las usaron como tendederos o lienzos donde plasmaron sus peticiones por una vida libre de violencias.