Es necesario analizar el origen de la corrupción
VOZ DEL EXPERTO OLIVER MEZA CANALES, profesor del Instituto de Investigación en Políticas Públicas y Gobierno del Centro Universitario de Ciencias Económico-Administrativas de la Universidad de Guadalajara.
Para Oliver Meza Canales, profesor investigador del Instituto de Investigación en Políticas Públicas y Gobierno del Centro Universitario de Ciencias Económico-Administrativas de la Universidad de Guadalajara (UdeG), el primer paso para poder generar una verdadera política de movilidad y seguridad vial y tránsito, en cumplimiento de la ley y sus normas, es necesario conocer de dónde viene la corrupción.
Dijo que deben comenzarse a analizar los vacíos que quedaron establecidos en la Ley aprobada en octubre de 2022 que permiten implementar este tipo de “operativos” movilizando a los agentes viales y a las grúas para beneficio propio, pues señaló, la ley y su reglamento deben especificar las condiciones en las cuales pueden operar, incluyendo quiénes pueden participar y de qué manera.
Luego, indicó, debe conocerse de dónde viene y cómo opera la red de corrupción, si se trata sólo de algunos grupos de agentes viales o si son solapados por sus mandos superiores por algún beneficio o ganancia, pues de esta forma puede conocerse cómo proceder para la aplicación de una política pública efectiva.
Entre los puntos que pudieran aplicarse, dijo, se encuentra una línea de denuncia inmediata, a la cual pueda llamar la ciudadanía en el momento en que está siendo extorsionada. “Pero si la red no está sólo en los elementos, sino que se trata también de las autoridades estatales superiores, entonces este tipo de mecanismos no sirven. Y esa es precisamente la dificultad de las políticas anticorrupción, que no sabemos en este momento frente a qué estamos, y mientras no se investigue y se conozca de dónde viene la corrupción, no sabremos qué tipo de medidas tomar”, lamentó el académico. Agregó que debe romperse el “círculo vicioso” de prestarse al cohecho. “El policía vial debe hacer cumplir la norma y el ciudadano debe cumplir lo dispuesto, también a cabalidad”, para evitar que al infringir la ley se ofrezca o se pida una “mordida”.