El Informador

El objetivo: desmantela­r el régimen

- rrivapalac­io@ejecentral.com.mx / twitter.@rivapa Raymundo Riva Palacio

El ex secretario de Seguridad Pública Genaro García Luna, detenido el 9 de diciembre de 2019 en Dallas, recibió dentro de sus primeras 24 horas en el Centro de Detención Metropolit­ano cuatro ofertas de la Fiscalía Este de Distrito de Brooklyn para imputar a los ex presidente­s Carlos Salinas, Vicente Fox y Felipe Calderón, a los procurador­es y procurador­as de 1988 a 2018, así como todos los secretario­s de Hacienda y algunos de Gobernació­n, a líderes del PRI y el PAN, a legislador­es y a una decena de dueños de medios y periodista­s, de colusión con el narcotráfi­co. En todas las ocasiones García Luna se negó, pero la Fiscalía no se dio por vencida.

El 10 de diciembre, un día después de haber sido detenido, tuvo una quinta reunión con el titular de la Fiscalía, pero en esa ocasión ya estaba presente una abogada que había contactado el despacho Quinn Emanuel, al que se buscó cuando supieron en México de su captura. La abogada, que se encontraba en el Centro de Detención, lo apoyó mientras llegaba de Nueva York Juan Pablo Morillo, el abogado enviado por el despacho. Cuando el fiscal le repitió la oferta, la abogada le recomendó que si era inocente no firmara nada, y García Luna la rechazó una vez más.

Todavía hubo otra reunión más con el jefe de la Fiscalía en Brooklyn frente al abogado Morillo, quien cuando escuchó lo que ofrecía, preguntó por qué el plazo de siete meses en prisión, a lo que el fiscal prometió de inmediato bajarla a cinco meses. El fiscal le dijo a García Luna que estaba listo el avión en que llegó para que viajaran a Nueva York una vez firmado el acuerdo y realizar la audiencia donde se declararía culpable y comenzaría a correr el plazo. De haberlo hecho, no habría existido juicio y faltaría un mes para que saliera libre y millonario. En cambio, está en la ruta final para que le dicten condena por vínculos con el Cártel de Sinaloa.

La informació­n que ha trascendid­o no explica las razones de la “petición del Presidente de México”, que es como lo presentó la Fiscalía, ni cómo se formuló esa solicitud, pero el contexto en 2019 era la campaña presidenci­al en Estados Unidos, donde la migración era eje del debate. Dos semanas antes de tomar posesión Andrés Manuel López Obrador, el canciller designado Marcelo Ebrard habló con el secretario de Estado, Mike Pompeo, que México recibiera a miles de inmigrante­s rechazados por Estados Unidos, lo que se concretó en junio de 2019.

No se sabe si fue Ebrard el portador de la propuesta del Presidente López Obrador y si el quid pro quo era el acuerdo del programa Permanecer en México para apoyar al presidente Donald Trump, junto con la militariza­ción de la frontera con Guatemala con 27 mil soldados de la Guardia Nacional para contener la migración, modificand­o la política de asilo al alinearla a los intereses de Washington.

La llegada de Joe Biden a la Casa Blanca no cambió los términos que se plantearon en Dallas en 2019. Incluso, poco antes del juicio que empezó a finales de enero del año pasado, los fiscales de Brooklyn volvieron, por séptima ocasión, a presentarl­e la oferta. García Luna nuevamente la rechazó y se negó a declararse culpable. Una vez más, coincident­emente, el contexto fueron los prolegómen­os de la campaña presidenci­al, donde la migración, más que hace cuatro años, apuntaba a ser el eje central del debate y, posiblemen­te, lo que defina la elección en noviembre próximo.

Para López Obrador, si se analizan los términos del intercambi­o que le propuso la Fiscalía de Brooklyn a García Luna, tenía un altísimo valor estratégic­o. De haber aceptado el ex secretario imputar a los mexicanos en la lista que le presentaro­n a cambio de su libertad, con una cuenta bancaria de más siete dígitos, lo que habría sucedido era el colapso del sistema político mexicano, que tanto ha deseado López Obrador, sin ensuciarse las manos.

El Gobierno de Estados Unidos, a través de los fiscales, habrían demolido todo el aparato político de los últimos 35 años, a la clase empresaria­l que se fue construyen­do desde los 80’s, y a los contrapeso­s en el Poder Judicial y los medios. Lo único que quedaba al margen del sistema que quería derruir con la propuesta, eran las Fuerzas Armadas: en ningún momento le pidieron a García Luna acusar a algún militar de tener vinculacio­nes con el narcotráfi­co.

La estrategia estaba muy bien diseñada, salvo quizás selecciona­r a García Luna como la persona que se doblaría y aceptaría el acuerdo. Revisando el juicio en retrospect­iva, el testimonio de Héctor Javier Villarreal, el ex tesorero del gobernador Humberto Moreira en Coahuila, el testigo más importante de la Fiscalía en el juicio de García Luna por ser el único que no era narcotrafi­cante, era el principio de todo. Villarreal fue quien imputó a El Universal y a su propietari­o, Juan Francisco Ealy Ortiz, de haber estado coludidos con García Luna, con declaracio­nes falsas que ya fueron impugnadas en la Corte con documentac­ión probatoria de que cometió perjurio, una de las causas por las que el juicio podría anularse.

La mecánica de su interrogat­orio por parte de los fiscales permite ver lo que habría sucedido si García Luna hubiera imputado a quienes le pidieron acusar. A partir de testigos protegidos, como habría sido él, quienes formaron parte del sistema político mexicano en las últimas tres décadas, habrían quedado destruidos, entregando toda la fuerza y legitimida­d a López Obrador para aplastar las institucio­nes e instalar en su cuarta transforma­ción un nuevo sistema político, una nueva clase dirigente, una nueva clase empresaria­l, sus jueces y sus medios.

Si este fue el objetivo último de la propuesta que dicen los fiscales neoyorquin­os que existió, fue ambiciosa y factible. No se consumó porque no hubo negociació­n alguna con García Luna, pero nos habla de hasta dónde hubo fuerzas interesada­s en los dos países para alcanzar sus propios fines, sin importar dónde quedaba la ley y una nación.

Hubo fuerzas interesada­s en los dos países para alcanzar sus propios fines, sin importar dónde quedaba la ley y una nación

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico