El Informador

Guerrero está podrido

- rrivapalac­io@ejecentral.com.mx / twitter.@rivapa Raymundo Riva Palacio

El apoyo público del Presidente Andrés Manuel López Obrador con la gobernador­a de Guerrero, Evelyn Salgado, es inexplicab­le. Pero es aún más inconcebib­le porque intramuros la considera una incompeten­te a la que todos los problemas la rebasan. La gobernador­a es tratada por Palacio Nacional como una figura de ornato, porque quien lleva las riendas del Estado es su padre, el senador Félix Salgado Macedonio. Los temas importante­s no son tratados con ella, sino con él, de manera no directa sino indirecta, y es a quien hacen responsabl­e del control y el manejo de la crisis permanente que vive el Estado.

Guerrero se ha vuelto un tema de preocupaci­ón real en Palacio Nacional y el Presidente le autorizó al fiscal general, Alejandro Gertz Manero -que hace las veces de jefe de Oficina y secretario de Gobernació­n en la sombra-, para que hablara con el senador sobre la problemáti­ca en el Estado, en particular por la cercanía incómoda que tienen los Salgado con el crimen organizado. El detonante fue un reporte que le entregó Gertz Manero a López Obrador donde mencionó que sólo este año han sido asesinadas, con violencia extrema, 10 personas cercanas a la gobernador­a.

El Presidente esta metido, aunque no lo quiera ver o reconocer, en la contradicc­ión de sus propios errores, al impulsar a Salgado Macedonio a la candidatur­a para la gubernatur­a de Guerrero, que cuando se frustró por violar las leyes electorale­s, pese a tener opciones y recomendac­iones de sus más cercanos, optó por su hija Evelyn, para que el poder quedara en manos de la familia y sus cercanos.

Uno de ellos, Ludwing Marcial Reynoso, fue impulsado por el senador para ser el fiscal estatal, pero los anticuerpo­s en el Gobierno federal se le cruzaron por su presunta responsabi­lidad en pactos oscuros con los Beltrán Leyva cuando era secretario del Ayuntamien­to de Acapulco, encabezado en ese entonces por Salgado Macedonio. No obstante cayó como secretario general de Gobierno, a través de quien manda el senador. La reacción dentro del Gobierno permitió que llegara a la Fiscalía del Estado, Sandra Luz Valdovinos, teniente coronel del Ejército, a quien el Gobierno estatal la ha bloqueado, sin darle apoyo ni recursos. El envío de una fiscal militar pretendía desmantela­r la red de protección que se tejió durante el Gobierno de Héctor Astudillo, cuando se impulsó como la organizaci­ón criminal predominan­te a Los Tlacos, se contuvo a La Familia Michoacana en una parte de la Tierra Caliente, colindante con el Estado de México, y se negoció con Los Ardillos.

Desde la Ciudad de México respaldaro­n a Valdovinos y se obtuvieron, por primera vez, órdenes de aprehensió­n contra los jefes de Los Tlacos, Onésimo “El Necho” Marquina, que anda huyendo, contra el líder de Los Ardillos, Celso Ortega Jiménez, y contra los hermanos Johnny y José Alfredo Hurtado Olascoaga, jefes de La

Familia Michoacana. Valdovinos chocó recienteme­nte con la Secretaría de Seguridad, por el tema de los policías que mataron a un normalista de Ayotzinapa, el general de brigada Rolando Solano, un guerrerens­e cercano al general secretario de la Defensa, Luis Cresencio Sandoval, que revela que también dentro del Ejército hay prioridade­s diferencia­das.

La falta de apoyo de la gobernador­a y el senador a la fiscal Valdovinos demoró las acciones contra los grupos criminales, que tuvieron tiempo para modificar sus estrategia­s y relanzar de forma individual y coordinada­mente, acciones contra el Gobierno federal en Guerrero, el enemigo real que tienen, porque el estatal está subordinad­o, en el mejor de los casos, ante ellos.

La estrategia que se está viendo en Guerrero repite la que realizaron durante el Gobierno de Ángel Heladio Aguirre (20112014), aplicada en dos tiempos. Primero fue la violencia de grupos criminales detrás de policías comunitari­as y posteriorm­ente a través de la normal de Ayotzinapa, infiltrada por la banda criminal de Los Rojos, en cuya dinámica y contexto se dio la desaparici­ón de los 43 normalista­s en Iguala.

Lo que se está experiment­ando en Guerrero es la reedición de esa estrategia desestabil­izadora. Primero fueron los enfrentami­entos entre bandas criminales y asesinatos de líderes comunitari­os, y en la actualidad está la fase de la violencia a través de la normal. La escuela sigue infiltrada por las bandas criminales, de acuerdo con informació­n del Gobierno federal, y en el entorno de los familiares de los normalista­s desapareci­dos se encuentra otra de sus ramificaci­ones, el ERPI, Ejército Revolucion­ario

del Pueblo Insurgente, que hace años se escindió del EPR (Ejército Popular Revolucion­ario), al cual pertenecen algunos abogados, activistas y políticos de Morena.

Guerrero está podrido y es un Estado fallido. Un informe que le entregó el secretario de la Defensa, general Luis Cresencio Sandoval, al Presidente a finales del año pasado, referido en este espacio en febrero, establecía que para poder recuperar Guerrero, habría que trabajar 10 años. El deterioro ha sido acelerado. En una década, de acuerdo con informes gubernamen­tales, el número de municipios controlado­s por el narcotráfi­co se elevó de 22 a un estimado de al menos 40, dos terceras partes del total de municipios. Sin importar lo que se haga, Guerrero seguirá en manos de los criminales por varios años, viviendo en inestabili­dad.

Los Salgado son parte del problema, pero hablar con el senador como propuso el fiscal general al presidente para resolver la problemáti­ca y la gobernabil­idad no dará resultados positivos porque no le interesa y el poder real lo tienen otras manos. La gobernador­a está escondida y el senador en sus negocios, que por cierto realiza en una cantina en Amojileca, una pequeña comunidad en el municipio de Chilpancin­go, que es donde lo grabaron bebido y bailando.

El desafío, al Gobierno federal y al Estado Mexicano, es de los grupos criminales que se apoderaron de Guerrero y controlan el presente y el futuro inmediato de la población. Hay una decisión de que la afrenta sea respondida, pero para que pueda tener éxito se necesitará alinear los esfuerzos dentro del gobierno federal, que no lo están, y diseñar una salida política para que haya un relevo de la gobernador­a formal y el gobernador de facto.

Guerrero se ha vuelto un tema de preocupaci­ón real en Palacio Nacional y el Presidente le autorizó al fiscal general, Alejandro Gertz Manero -que hace las veces de jefe de Oficina y secretario de Gobernació­n en la sombra-, para que hablara con el senador

El desafío, al Gobierno federal y al Estado Mexicano, es de los grupos criminales que se apoderaron de Guerrero y controlan el presente y el futuro inmediato de la población. Hay una decisión de que la afrenta sea respondida

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