Violan norma tácita de no interferir en elecciones de países aliados
WASHINGTON.- Los republicanos y funcionarios israelíes se apresuraron a expresar su indignación después de que Chuck Schumer, líder de la mayoría del Senado, criticara duramente el manejo de la guerra en Gaza por parte del primer ministro Benjamín Netanyahu y pidiera que Israel celebrara nuevas elecciones. Acusaron al líder demócrata de violar la regla tácita de no interferir en la política electoral de un aliado cercano.
El líder republicano en el Senado, Mitch McConnell, reaccionó ante Schumer y expresó que era “hipócrita que los estadounidenses que hiperventilan sobre la interferencia en nuestra propia democracia pidan la destitución de un líder elegido democráticamente”.
Mike Johnson, presidente de la Cámara de Representantes, destacó que el llamado de Schumer a nuevas elecciones era “inapropiado”. Incluso Benny Gantz, rival político de Netanyahu y miembro del gabinete de guerra de Israel, manifestó que los comentarios de Schumer eran “contraproducentes”.
La aguda reprimenda de Schumer a Netanyahu —el senador dijo que el líder israelí había “perdido el rumbo” y era un obstáculo para la paz— fue ciertamente provocadora, pero difícilmente violó las normas. Los líderes y los aliados estadounidenses se entrometen cada vez más en la política electoral más allá de sus fronteras.
Basta mirar la estrecha e históricamente complicada relación que los presidentes y los líderes del Congreso estadounidenses han negociado con los dirigentes de Israel durante los últimos 75 años.
“Es una leyenda urbana que no intervenimos en la política israelí y que ellos no intentan intervenir en la nuestra”, dijo Aaron David Miller, miembro de la Fundación Carnegie por la Paz Internacional, quien trabajó como negociador en Oriente Medio bajo gobiernos tanto republicanos como demócratas. AP