Estigmas y retos legales
Miguel Navarro, destaca que entre los estigmas que hay sobre las personas con Síndrome de Down es la desinformación, “pues lo primero que uno pensaría es que hay capacidades cognitivas limitadas, pero la realidad y lo que hemos visto y conocido con familias en estas circunstancias es que lo que más les preocupa es lo que viene alrededor de una trisomía 21”.
Pues sí hay temas con cardiopatías y otras circunstancias, “pero así hay muchos niños, cuando empiezas a estudiar el Síndrome de Down, te das cuenta que la disminución cognitiva promedio, es poco menor al promedio de una persona regular. Entonces, ese estigma de la capacidad cognitiva limitada, es la primera barrera a la que nos enfrentamos todos como sociedad”, explica.
Sin embargo, los niños regulares con síndromes o discapacidades, todos tienen sus propias habilidades sociales: “Nuestro hijo es líder de su salón y líder de sus primos, él les dice a dónde ir, todo el mundo lo quiere saludar”, expresa Miguel.
Pero sí acota que estos estigmas que la sociedad tiene se van arrastrando a lo largo de la vida. Y aunque en el camino se han encontrado con buenas personas que han colaborado con su hijo también se han enfrentado con aspectos legales que tienen que mejorarse, como el tema educativo.
Si bien su hijo es aceptado y convive con niños en una escuela regular, además de que también está la UAG donde laboran, la cual es completamente abierta e inclusiva al generar las mismas condiciones para todos sus estudiantes, refiere Miguel, quien es de profesión abogado, que la ciencia resalta que los niños con Síndrome de Down deben estar en los mismos ambientes que los niños regulares para que pueda garantizarse su mejor desenvolvimiento y que el esfuerzo extraordinario que tiene que hacer un maestro es menor.
“Hemos encontrado a otros papás a quienes les piden monitores, personas que acompañen (a los niños)”. En ese aspecto jurídico educativo, resalta Miguel, la Secretaría de Educación Pública (SEP) debería de pronunciarse sobre la prohibición de monitores en las escuelas. “A la SEP le hacen falta esfuerzos para garantizar la inclusión de todos en las escuelas públicas y particulares”.
Además, resalta que también falta educar a los profesionales de la educación para que sepan cómo aprenden los niños con Síndrome de Down, “porque en la realidad, nosotros que también somos maestros, sabemos que cada uno de nuestros alumnos aprenden diferente, pues hay unos que van más rápido que otros y lo mismo pasa con los niños con Síndrome de Down, hay quienes aprenden más rápido que otros y falta que exista esa información para que los profesores no sean los primeros en pedir esos monitores”.