Apuestan con Dos Bocas
El economista, académico del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente, Ignacio Román, explicó que la última refinería, antes de Dos Bocas, se construyó hacia los años 80, cuando el número de vehículos era mucho menor al que se tiene en la actualidad y, por lo tanto, se le pide combustible de más.
Además, dijo que las refinerías con las que se cuenta en el país no tienen las misma capacidad para procesar el combustible que se tiene en México, el cual no es de la misma calidad respecto de los combustibles que son importados desde el extranjero.
“Si metemos petróleo de muy difícil refinación en las refinerías viejas que se tienen, las cuales no tienen la capacidad de generar los procesos químicos de transición, de transformación del petróleo que permitan una gasolina de buena calidad y poco contaminante, pues ¿qué es lo que ocurre? que producimos combustóleo, y que la inmensa mayoría de la gasolina entonces que utilizan los automóviles es importada”, explicó el especialista, explicando el porqué de los precios considerados como altos.
En este sentido, señaló, es que se ha impulsado la terminación de la refinería de Dos Bocas, en Tabasco, con el objetivo de que se generen nuevos procesos de transformación de petróleo con el que cuenta el país, y añadió, tiene que impulsarse la inversión para que el resto de las refinerías con las que cuenta el país “refinen mejor los combustibles que sí tenemos”.
Si nos ponemos a ver las proyecciones de la Organización Mundial de Energía para el 2030, la inmensa mayoría de la energía que se va a consumir en el mundo dentro de 10 o 20 años seguirán siendo combustibles fósiles