Así fue el “Culiacanazo”
“El Culiacanazo” del 17 de octubre de 2019 dejó una marca indeleble en la historia de Sinaloa y del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Este episodio, también conocido como el “Jueves Negro”, se desencadenó con el intento de captura de Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín “Chapo” Guzmán, en Culiacán, Sinaloa.
La recaptura de Ovidio Guzmán el pasado 5 de enero de 2024, según fuentes federales, reavivó la memoria de los eventos de 2019. En aquella ocasión, tras reportarse la captura de Ovidio, las fuerzas de seguridad se encontraron con una respuesta inesperada por parte del crimen organizado, que desató un caos sin precedentes en la ciudad.
El Presidente López Obrador, comprometido con una estrategia de seguridad distinta a la de administraciones anteriores, se vio enfrentado a una situación crítica. La incapacidad de las fuerzas de seguridad para contener la respuesta violenta de los grupos criminales puso en entredicho la eficacia de la estrategia gubernamental.
“El Culiacanazo” evidenció la vulnerabilidad de los esquemas de seguridad del Estado y provocó un ambiente de incertidumbre en la población. Las calles de Culiacán se convirtieron en escenarios de guerra, con bloqueos en múltiples puntos y vehículos incendiados que paralizaron la ciudad.
La liberación de Ovidio Guzmán, decidida supuestamente para evitar una mayor violencia y proteger a la población, generó un intenso debate sobre la efectividad de la estrategia gubernamental y la necesidad de replantear el enfoque en materia de seguridad.
Cuatro años después, “El Culiacanazo” sigue siendo un recordatorio de los desafíos que enfrenta México en su lucha contra el crimen organizado.