El viacrucis de Real de Catorce
“La magia de Real de Catorce es algo difícil de describir”, expresa en entrevista Maricarmen Guerrero Esquivel, delegada de Turismo de la región del Altiplano potosino. Visitar este pueblo mágico —considerado años atrás un pueblo fantasma—, en el semidesierto de la Sierra de Catorce, es un viaje místico al pasado.
La bonanza de la industria minera quedó plasmada en las grandes casonas de piedra, algunas de las cuales siguen abandonadas (habitadas por espectros, se cuenta), otorgándole ese toque de misterio al pueblo que, esperemos, nunca pierda.
Muy cerca del pueblo, está uno de los centros ceremoniales más importantes para el pueblo wixárika: el Cerro de El Quemado o la montaña Sagrada de Wirikuta donde, según sus creencias, nació el Sol y, por ende, la vida.
La máxima expresión religiosa de Real de Catorce en Semana Santa es su viacrucis, toda una representación en la que participan entre 150 y 200 habitantes del pueblo, quienes salen a las principales calles para recrear los últimos momentos de la vida de Jesús, hasta la Crucifixión, en una pendiente llamada el Cerro de la Crucifixión.
Maricarmen Guerrero lo califica como una “representación totalmente genuina”, resaltando que la gente que es parte de este evento se prepara hasta con un año de antelación.
Cita Guerrero: “la autenticidad de cómo se celebra Semana Santa consiste en el comportamiento de la gente de la localidad, que no pierde su esencia, no son shows montados (...); los textos bíblicos se cumplen a cabalidad”.
Los callejones empedrados y sus antiguas construcciones se decoran con motivos blancos y morados, flores y algunos altares dedicados a la Virgen de Dolores, principalmente en la Parroquia de la Purísima Concepción —edificada en 1783—, al igual que la Antigua Casa de Moneda, donde se acuñaban monedas a fines del siglo XIX.
Como parte de las actividades, más allá de las procesiones con imágenes religiosas, en las principales plazas y espacios públicos, habrá presentaciones artísticas, especialmente de música jazz y otros géneros, interpretada por talentos locales.
Para aprovechar la estancia en el pueblo mágico de Real de Catorce, Guerrero Esquivel recomienda dos actividades a los viajeros amantes de la aventura y la foto: la primera son las cabalgatas. Una de sus rutas te lleva hacia las ruinas de lo que era una antigua hacienda minera, y que hoy es un verdadero pueblo fantasma; otra más se dirige hacia el Cerro del Quemado y a los antiguos miradores desde donde se observan el Valle de Catorce, el pueblo y la Estación Catorce.