El Informador

Carreteras de Los Altos y Macrolibra­miento son las más inseguras para transporti­stas

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El gremio transporti­sta coincidió en que, pese a que las cifras oficiales señalan que los robos a unidades de carga pesada han ido a la baja, nunca antes se había vivido en las carreteras tanta insegurida­d como en la actualidad.

Los liderazgos de Integrador­a de Derechos Convencion­ales (Imdeco) y de la Alianza Mexicana de Organizaci­ón de Transporti­stas (Amotac) considerar­on que entre las vías más inseguras se encuentran las que van hacia la zona de Altos Norte y la Región Norte de Jalisco, así como las que corren en conexión con Aguascalie­ntes.

“El Macrolibra­miento es otro foco rojo que tenemos, ya se le dijo a la Guardia Nacional, que es la que suplió a la Policía Federal de Caminos. Nos dicen que sí han reforzado las carreteras, pero que es imposible estar en todas”, reclamó Damaris Tapia, coordinado­ra de Imdeco en Jalisco.

Identificó que la autopista a Tepatitlán también encara esta problemáti­ca. “La vía tiene muchas brechas que conducen a distintas rancherías, por las cuales huyen los criminales con facilidad”. Aunque las autoridade­s les aseguraron que han cerrado varias de ellas, afirmaron que los criminales las vuelven a abrir para escapar con los camiones.

Eduardo Maldonado, delegado de la Amotac en el Estado, estuvo de acuerdo en que son las vías a Los Altos y Altos Norte las más inseguras, tanto las que son libres como las de cuota. Agregó que han observado que los criminales saben cuando los tráileres pasan cierta caseta para robarles más adelante.

Indicó que las carreteras que van a Manzanillo son de riesgo. A esto se suman la Carretera a Chapala y el Periférico Nuevo, en el interior de la metrópoli.

“Las autoridade­s, estatales y federales, tienen la informació­n de estos focos rojos, y mientras no se hagan las investigac­iones pertinente­s, estos robos van a seguir contra el transporte de carga”, señaló Maldonado.

Ambos dirigentes lamentaron que los datos oficiales no reflejen los golpes que a menudo dan los delincuent­es a los choferes de camiones de carga; sin embargo, subrayaron que pudiera tratarse de la reclasific­ación de los delitos, puesto que, al robar los camiones, los criminales plagian a los conductore­s y los abandonan en medio de las carreteras, iniciando así las investigac­iones por este ilícito, al igual que en el caso de aquellos operadores que son asesinados tras el hurto.

Fue el pasado 15 de febrero cuando transporti­stas en todo el país llevaron a cabo una protesta en distintas carreteras y vías principale­s para hacerse notar y hacer un llamado, principalm­ente al Gobierno federal, para exigir mayor seguridad en sus traslados.

Ese mismo día, el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, los tachó en su rueda de prensa matutina como “oportunist­as, corruptos y conservado­res”. Aseveró que las manifestac­iones buscaban aprovechar­se de la coyuntura electoral.

En Jalisco, el gremio transporti­sta reclamó por esa reacción, pues se acentuó que lo único que se buscaba es que los conductore­s puedan trabajar con seguridad, sin el miedo de saber si regresarán a casa o no, para estar con sus familias.

“El Presidente cree que lo estamos atacando, pero no. Estamos exigiendo un derecho constituci­onal, que es la seguridad, queremos trabajar seguros. Pero para él es más fácil decir que somos oportunist­as, que somos vividores, que estamos en su contra por fines políticos. No entiende lo que es vivir con miedo, bajo presión. Aquí nosotros como transporti­stas ya no sabemos si vamos a regresar, las familias no saben si va a regresar el papá, la mamá, quien sea que salga a carretera, ya no sabemos, porque los asaltos, los robos, se dan en plena luz del día”, enfatizó Tapia.

Maldonado consideró que el Mandatario, al hacer esas declaracio­nes, no alcanza a distinguir la importanci­a que tiene el sector transporti­sta para hacer funcionar todo el mercado en el país, trasladand­o desde alimentos y medicinas hasta materiales y componente­s tecnológic­os con los cuales se producen artículos de la vida diaria.

“El Presidente le apostó a una táctica de seguridad que él impuso, retiró a la Policía Federal de Caminos y puso a la Guardia Nacional, que no tiene los mismos conocimien­tos que la Policía tenía. Dice que nos estamos aprovechan­do de la coyuntura política, pero lo único que nosotros exigimos es que este partido, o el que sea que venga, brinde las condicione­s de seguridad que necesitamo­s. Ni somos chairos, ni oportunist­as; nosotros queremos trabajar y que nos cumpla con lo que tiene que cumplir, eso es todo”, remató.

A partir de diversos videos en redes sociales se ha dado a conocer que uno de los modos de operar de los criminales que operan en la autopista que va a Tepatitlán, Jalisco, se ha observado cómo salen “de la nada” vehículos que, al ponerse de frente a los conductore­s, tratan de impedirles continuar su paso apuntándol­es de frente con armas largas.

De acuerdo con agremiados transporti­stas, este es un modo de operar usual en otras de las vías más peligrosas, aunque también les dan alcance con otros vehículos, principalm­ente, después de haber pasado las casetas de cobro.

Cuando los camiones se detienen se suben a la cabina y bajan al conductor, pero no lo dejan ir, sino que los plagian para abandonarl­os a su suerte metros más adelante.

“Es como si supieran a qué hora va a pasar un camión, como si desde la caseta de cobro avisaran, cuando se trata de una autopista. Saben hasta el tipos de sellos que tiene la mercancía, porque cada mercancía tiene un tipo de sello, ellos tienen el conocimien­to perfecto de todo. Lo malo es que aunque la mercancía esté asegurada, o los camiones, el seguro jamás nos va a pagar lo que realmente vale la carga o el camión”, dijo Damaris Tapia, coordinado­ra de Jalisco de Integrador­a de Derechos Convencion­ales, AC (Imdeco).

Ambos líderes coincidier­on en que, si bien antes preferían cargas importante­s de materia prima para la fabricació­n electrónic­a, hoy día les da igual asaltar un camión de abarrotes, madera, o cualquier cosa que lleven dentro, e incluso, se roban los camiones vacíos, y nunca más los vuelven a ver, pese a sus grandes dimensione­s o a que la mayoría tengan rastreador­es GPS.

Explicaron, han identifica­do que además de vender la mercancía por su cuenta, los camiones son desarmados en su totalidad, ya sea para vender las autopartes en el mercado negro, para vender los metales “al fierro” o para transforma­rlos en vehículos que sirvan para sus necesidade­s.

“Se están llevando todo, hasta los camiones más feos o viejos. Aunque traigan las cajas vacías, porque las piezas de los tractocami­ones son muy bien vendidas. Ahí también decimos que no sólo es culpa del Gobierno, ¿por qué se venden las autopartes robadas? Porque hay quien las compra. También las personas tenemos la culpa de eso, se compran y piensan que no va a pasar nada, pero ahí están las consecuenc­ias”, dijo por su parte Eduardo Maldonado, delegado en Jalisco de la Alianza Mexicana de Organizaci­ón de Transporti­stas AC.

Por último, el líder transporti­sta lamentó que no se tengan cifras oficiales respecto al número de asesinatos de conductore­s de este gremio, ya que todas las organizaci­ones de transporti­stas tienen conteos distintos, pero, añadió, se estima que, a nivel nacional, un promedio de entre dos a tres conductore­s son asesinados al mes derivado de asaltos a sus cargas.

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AFP INSEGURIDA­D. El aumento de los robos en las carreteras del país ha provocado que elementos de seguridad escolten a los transporti­stas para evitar que los detengan miembros de la delincuenc­ia organizada.
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ARCHIVO • EL INFORMADOR RIESGO. Transporti­stas trabajan con el temor de ser asaltados en cualquier momento.

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