Con la misma piedra
Al ritmo de otro DOS A CERO, México pierde frente a Estados Unidos
La Selección mexicana sufrió otra humillante derrota en la Final de la Nations League de la Concacaf ante Estados Unidos, que se coronó tricampeón del torneo. México fue barrido por un equipo estadounidense superior en todos los aspectos del juego.
El marcador final de 2-0 se quedó corto ante la aplastante superioridad estadounidense. Guillermo Ochoa cometió errores que contribuyeron a la debacle, mientras que jugadores como Johan Vásquez mostraron falta de compromiso y liderazgo en momentos críticos.
Hace un año, con Diego Cocca se hizo el ridículo; ahora con Jaime Lozano es la misma historia, en un torneo de Concacaf que se le ha negado al Tricolor. Los cambios realizados por el técnico mexicano resultaron infructuosos, aumentando la sensación de desesperación en el equipo tricolor. Desde el inicio del encuentro, Estados Unidos demostró ser infinitamente superior, mientras que México carecía de ideas y dirección tanto en el campo como en el banquillo.
El gol de Tyler Adams en el minuto 44, con un disparo desde larga distancia aprovechando un oso del arquero mexicano Guillermo Ochoa, fue el primer golpe para México. Luego, en el minuto 62, Gio Reyna aumentó la ventaja para Estados Unidos tras una mala actuación de la defensa mexicana.
A pesar del ímpetu de jugadores como Orbelín Pineda, Hirving Lozano y Santiago Giménez, los tímidos acercamientos al área estadounidense se quedaban ahogados.
El encuentro estuvo marcado no sólo por el pobre desempeño de México en el campo, sino también por incidentes fuera de él. El gri
to homofóbico de la afición mexicana en las gradas provocó la intervención del sonido local y la interrupción temporal del partido en dos ocasiones.
Así, fue una noche para el olvido para la Selección mexicana, con un rendimiento lamentable en todas las áreas y una derrota que deja al equipo cuestionado y en búsqueda de
respuestas para futuros desafíos en el futbol internacional.
Ahora, tras el ridículo del Tricolor, la reflexión deberá llegar de cara a la Copa América a disputarse en suelo estadounidenses; antes, un par de partidos ante Uruguay y Brasil, dos juegos bravos que bien podrían continuar con la crisis que se vive en el futbol mexicano.