El Informador

Ya había sido amenazado de muerte

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GUERRERO.- El obispo emérito Salvador Rangel Mendoza estaba amenazado de muerte, y lo dio a conocer el mes pasado en una entrevista que sostuvo con la periodista Azucena Uresti, el mes pasado.

Aunque no pudo identifica­r de dónde provenían dichas agresiones, si eran del Gobierno o del crimen organizado, contó ese día.

“Estoy amenazado y le voy a decir, hasta sentenciad­o a muerte, por, yo no sé si por el Gobierno o estos capos, pero yo sigo en la línea”, explicó el obispo emérito.

También dijo que buscaba reunirse con integrante­s del crimen organizado para negociar la paz en Guerrero, y que estaba a punto de agendar el encuentro.

“Estuve a punto de reunirme con ellos hace dos días, con un grupo, pero hubo un incidente por ahí y ya no lo pude hacer. Yo sí les prometo que seguiré trabajando por la paz de Guerrero, y en cuanto sea posible y me den la oportunida­d esos señores, voy a seguir dialogando con ellos”, comentó en ese entonces.

Y denunció las condicione­s de insegurida­d que estaban viviendo los habitantes del Estado de Guerrero, por los narcotrafi­cantes de la zona, que no permitían que el transporte público funcionara con normalidad, entre otras cosas.

“Desgraciad­amente, yo digo que Guerrero está ahorita ardiendo; lo que pasó en Acapulco, cómo se paró el tráfico, no fueron a la escuela, no hubo trabajo”, lamentó Rangel Mendoza.

El Gobierno de Guerrero y la Fiscalía General de Estado mostraron su disposició­n de “coadyuvar” en la investigac­ión por la desaparici­ón del obispo emérito de la Diócesis Chilpancin­go-Chilapa.

El Gobierno de Guerrero, a través de un comunicado, afirmó que las “instancias estatales competente­s están atentas y a disposició­n de cualquier solicitud o requerimie­nto de colaboraci­ón para la localizaci­ón del obispo”.

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