Felipe VI defiende la Constitución frente al 1-O
«Prevalecerá sobre cualquier quiebra de la convivencia», advierte
«Permítanme que comience mis palabras haciendo referencia a la situación que estamos viviendo en Cataluña». Con estas palabras, el Rey Felipe VI inició ayer las que fueron sus primeras declaraciones sobre la crisis política provocada por la desobediencia de los partidos independentistas catalanes. Declaraciones mucho más explícitas de lo que suele acostumbrar el Monarca y que dejaron clara la intención de Felipe VI de defender el orden constitucional.
El Rey eligió un acto ajeno al contexto catalán –la entrega de los Premios Nacionales de Cultura–, lo que muestra su interés por lanzar su mensaje en su primera intervención pública tras la convocatoria, la semana pasada en el Parlament, de un referéndum en Cataluña.
«Ante quienes se sitúan fuera de la legalidad constitucional y estatutaria y fracturan la sociedad, estoy seguro de que los derechos que pertenecen a todos los españoles serán preservados; de que las libertades de todos los ciudadanos serán garantizadas y protegidas», manifestó Felipe VI. Y añadió con decisión: «Una democracia constitucional como la nuestra sólo es posible si las leyes que la regulan y organizan son atendidas y cumplidas por los ciudadanos y por las instituciones».
Se trata sin duda del mensaje más contundente lanzado por el Rey durante todo el desafío independentista, que cumple ahora cinco años. Ya la semana pasada se le había podido ver muy serio durante la apertura del año judicial, donde pudo conversar con el ministro de Justicia, Rafael Catalá, y el líder de Cs, Albert Rivera, sólo un día antes de que el Parlament se saltara la prohibición del Tribunal Constitucional y aprobara la Ley del Referéndum.
Además de la desobediencia de las autoridades catalanas, en la Diada de este lunes se pudieron volver a ver actos de hostilidad contra la Monarquía. En el acto de la CUP, socio del Gobierno catalán cuya actuación ha sido esencial para que se haya podido convocar el referéndum, incluso se quemaron fotos de Felipe VI.
El Rey había contemplado todas estas imágenes en silencio. De hecho, desde su asistencia a la manifestación por las víctimas de los atentados de Barcelona y Cambrils, donde fue abucheado, no había pronunciado mensajes públicos. Mantuvo su agenda sin cambios para ofrecer una imagen de normalidad y su actividad se reservaba a un discreto segundo plano, manteniendo por ejemplo contactos con Mariano Rajoy y otros dirigentes políticos.
Ayer el Rey quiso mostrar firmeza constitucional y confianza en la derrota de los independentistas: «La Constitución prevalecerá sobre cualquier quiebra de la convivencia en democracia, que es, ha sido y será base de nuestra vida en común en libertad, fundamento de nuestro progreso y pilar esencial de nuestra pertenencia a la Unión Europea».