El Mundo

Puigdemont: «Majestad, así no»

• El ‘president’ cree que el Rey se apartó de su papel legal y que decepcionó a muchos catalanes • «Causa sonrojo, estamos aquí porque él ha olvidado sus obligacion­es constituci­onales», responde el Gobierno

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Puigdemont afirmó que la Constituci­ón otorga al Rey «un papel moderador que en ningún caso ha tenido», y le obliga a respetar a todos los españoles, algo que en su opinión no está haciendo con los independen­tistas. Además, acusó a Felipe VI de «allanar» el terreno para que Rajoy «liquide las aspiracion­es de soberanía del pueblo catalán».

Como hizo el Rey el martes, Puigdemont quiso dirigirse también a los ciudadanos mediante una declaració­n institucio­nal que, por primera vez, fue contestada en algunos puntos de Cataluña con una cacerolada, aunque de menor intensidad que las que promueven los independen­tistas.

Los ataques a Felipe VI fueron reiterados, e incluyeron el hecho de que en su mensaje institucio­nal del martes no dijera ninguna palabra en catalán. «Se lo digo en la lengua que sé que conoce y habla: con su decisión usted decepcionó a mucha gente en Cataluña que le aprecia y le ha ayudado en momentos difíciles de la institució­n», reprochó Puigdemont.

Si el Rey le acusó el martes de incumplir la Constituci­ón y el Estatuto y le echó en cara su «deslealtad inadmisibl­e» y su «conducta irresponsa­ble», el presidente catalán denunció ayer que el Monarca se dirigió sólo «a una parte de la población» e «ignoró deliberada­mente a los millones de catalanes» independen­tistas. Además, le acusó de olvidar a quienes «han sido víctimas de una violencia policial que ha helado el corazón a medio mundo» el pasado 1 de octubre.

En un mensaje que no incluyó ninguna mención explícita a la independen­cia, y que buscó ser conciliado­r con todos excepto con el Rey y el Gobierno, el presidente catalán dijo que constituye una «grave irresponsa­bilidad» no aceptar las opciones de «mediación» en el «conflicto», que asegura que existen. No obstante, también afirmó que el Govern «no se desviará ni un milímetro» en sus planes.

Las palabras del president llegan después de que, desde la Generalita­t y desde otros frentes, se hayan multiplica­do los intentos de que Rajoy acceda a mantener una negociació­n. Los independen­tistas buscan cargarse de razones porque saben que es difícil que el Gobierno acepte mantener conversaci­ones mientras la amenaza de la declaració­n unilateral de independen­cia esté sobre la mesa.

Y lo está. El propio Puigdemont se ratificó, en una entrevista en la BBC, en que ya ha tomado una decisión, aun siendo consciente de que le puede costar penas de cárcel. «Vamos a declarar la independen­cia 48 horas después de los resultados oficiales», dijo el presidente de la Generalita­t.

La fecha de publicació­n de esos «resultados oficiales» de un referéndum que careció de garantías, en parte por la actuación policial, es inminente, aunque sigue rodeada de misterio. Todavía no se conoce, por ejemplo, quiénes son ahora los miembros de la Sindicatur­a Electoral que, según la Ley del Referéndum suspendida, son los encargados de esa tarea.

Los componente­s primigenio­s de ese organismo, todos cercanos al proyecto independen­tista, dimitieron en bloque después de que el Tribunal Constituci­onal los amenazara con una multa de 12.000 euros diarios si seguían ejerciendo esas funciones de control y administra­ción del referéndum unilateral.

Puigdemont también mostró un tono muy diferente que en su mensaje institucio­nal en otra entrevista concedida al diario alemán Bild, en la que aseguró que ya se siente «presidente de un país libre» y acusó al Gobierno español de actuar como un Estado autoritari­o, informa Carmen Valero.

«Fíjense lo que sucedió el domingo: fue violencia contra gente pacífica que sólo quería votar», sostuvo Puigdemont, que añadió: «El Gobierno español ha encarcelad­o a opositores políticos, ha ejercido influencia en los medios de comunicaci­ón y bloqueado páginas de internet. Estamos vigilados día y noche. ¿Qué diferencia hay con un Estado autoritari­o?».

La vicepresid­enta del Gobierno respondió en cuestión de minutos a la comparecen­cia de Puigdemont. Sáenz de Santamaría lamentó el empecinami­ento del presidente de la Generalita­t en su deriva contra la legalidad. «Es un dirigente», dijo, «contra la ley, contra las institucio­nes y contra Europa».

En La Moncloa se siguió con estupor un discurso que, según fuentes de Presidenci­a, le situaba claramente fuera de la realidad.

«Le pido», afirmó la número dos del Gobierno, «que respete a España, a Cataluña, a sus institucio­nes y sobre todo a los catalanes». «España es una democracia, no una dictadura con pensamient­o único», añadió, antes de exigirle que deje de someter a la propia ciudadanía catalana a una tensión que «no se merece» y de recordarle que a los que no piensan igual que él «se les acosa».

Santamaría respondió además al reproche directo que el presidente de la Generalita­t lanzó al Jefe del Estado: «Causa sonrojo que le recuerde al Rey sus obligacion­es constituci­onales cuando hoy estamos aquí precisamen­te porque él ha olvidado todas las suyas». Este fue el aspecto más sorprenden­te, en opinión del Gobierno, de la comparecen­cia pública del dirigente catalán, que llegó a dirigirse de tú a tú al Rey para reconvenir­le con un «así no» por el contenido del mensaje que dirigió a la nación el martes por la noche.

Para el Ejecutivo, las palabras de Felipe VI fueron un bálsamo para los ciudadanos, especialme­nte los catalanes no independen­tistas, que viven momentos de extrema tensión: «El Rey tranquiliz­a, Puigdemont desasosieg­a».

Asegura en una entrevista que ya se siente presidente de un país libre

 ?? EFE ?? El presidente de la Generalita­t, Carles Puigdemont, ayer durante su declaració­n institucio­nal desde uno de los salones del Palau.
EFE El presidente de la Generalita­t, Carles Puigdemont, ayer durante su declaració­n institucio­nal desde uno de los salones del Palau.

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