La UE defiende «el uso proporcional de la fuerza»
Merkel y la Comisión recuerdan que «a veces» es necesaria en democracia / La Eurocámara rechaza la declaración de independencia
Tras 72 horas nefastas, el Gobierno de España se apuntó ayer tres tantos de altísima importancia en su batalla por la imagen pública y el respaldo de la comunidad internacional. Varios gobiernos habían arrancado la semana insistiendo en la defensa de la legalidad, que es un factor esencial, pero no suficiente. Lo que Europa pone en duda no es la consulta, que todos saben ilegal, no vinculante y sin garantías. Ni la imposibilidad de una declaración unilateral de independencia. Sino el uso de la fuerza. Y el mensaje que llegó ayer desde Estrasburgo y desde Berlín es que ésta, a veces, es un mal necesario para la defensa de las leyes.
La canciller alemana, Angela Merkel, volvió a pronunciarse a través de sus portavoces para indicar que tiene «un gran interés en la estabilidad de España y por tanto es importante que se respete el Estado de Derecho». Pero sobre todo, para decir que «es el deber de todo Gobierno mantener el orden constitucional». Ese matiz, ese detalle, es la clave. Es el que afecta a la realpolitik, a los Estados, a quienes toman las decisiones. Y en la UE, coincidieron.
«La violencia no arregla nada en política, nunca es una respuesta ni una solución. No puede ser usada como arma o instrumento. Sin embargo, es el deber de todo Gobierno mantener el Estado de Derecho y eso a veces requiere el uso proporcionado de la fuerza». La frase más clara y también la más difícil, la que nadie quería decir aunque todos los gobiernos lo pensaran y la hayan aplicado en algún momento. Se atrevió a ello, en nombre de Juncker, su vicepresidente en la Comisión Europea, Frans Timmermans. Y lo hizo ante el Pleno del Parlamento Europeo, bajo la atenta mirada de muchos ciudadanos a los que el discurso oficial del procés ha convencido durante mucho tiempo de las amplias simpatías en la comunidad internacional por su causa.
«El respeto al Estado de Derecho no es una opción. Si la ley dice lo que no te gusta, te puedes oponer, puedes intentar cambiarla, pero no puedes ignorarla. El Gobierno catalán decidió ignorar la ley al celebrar el referéndum» dijo Timmermans, la voz de la UE en lo que a leyes y derechos se refiere.
La Comisión pidió, de nuevo, que «los actores pasen de la confrontación al diálogo». Para el holandés
«no hay duda de que España es un Estado de Derecho y las instituciones son independientes», pero «eso no cambia las tristes imágenes que todos vimos», puntualizó.
Por eso mismo, con Moncloa en la cabeza, reiteró que «no hay obstáculo para que el diálogo empiece inmediatamente. Sólo hace falta voluntad política».
Los mensajes de los líderes de la Cámara fueron potentes y todos o casi todos con tres líneas muy perfiladas: el referéndum era ilegal, la violencia inaceptable y es necesario que haya diálogo y que Moncloa y la Generalitat se sienten a hablar.
«Un Gobierno irresponsable está sangrando el país. Nadie puede saltarse la ley. Los derechos de todos los ciudadanos deben ser respetados. El referéndum no es válido. Cambiaron la ley electoral 45 minutos antes. No es creíble», dijo el popular Manfred Weber.
El líder socialista, Gianni Pittella, fue un paso más allá y tras criticar la gestión de Moncloa hizo una petición directa a todas las partes implicadas: «No declaren unilateralmente la independencia, llevaría a nuevos desastres. Echaría gasolina al fuego tras el inútil referéndum del domingo. Un Gobierno que representa a menos del 50% no puede decidir el futuro de todo un pueblo», dijo a la Generalitat. «Señor Rajoy, dialogue con todas sus fuerzas porque España necesita su integridad y unidad», pidió al presidente.
Ayer, el foco del debate cambió de golpe hacia el terreno que pedía desesperadamente España. «Lo que está en juego es la integridad de un Estado miembro», avisó Weber. «A todos nos duelen las imágenes del domingo, pero no se queden ahí cuando quedan 48 horas para que mi país se pueda romper», imploró Esteban González Pons.
La intervención más completa fue quizás la del primer espada de los liberales, Guy Verhofstadt, quien empezó su discurso condenando la «deplorable violencia» incluso si «se hace
Guy Verhofstadt.
El liberal advirtió de que «declarar la independencia sobre el resultado de un referéndum engañoso es totalmente irresponsable para Cataluña. Causaría una fractura fatal en la sociedad, quizás imposible de curar».
Manfred Weber.
El popular europeo afirmó que «los derechos de todos los ciudadanos deben ser respetados. El referéndum no es válido. Cambiaron la ley electoral 45 minutos antes, por favor. No es creíble».
Ska Keller.
La líder de Los Verdes se dirigió al Gobierno central: «Mariano Rajoy es el responsable de esta escalada. Alimentó el conflicto, pero su estrategia fracasó y ha rechazado cualquier diálogo».
Raymond Finch.
El integrante del grupo Europa de la Libertad preguntó: «¿Por qué no les dejó votar? Todo el mundo sabía que ni era un referéndum legal ni reconocible. Le ha dado a los secesionistas de toda Europa una plantilla para crear disturbios». bajo la orden de un tribunal». La primera parte se la dedicó el belga a Rajoy como el ex primer ministro de un país dividido en comunidades lingüísticas, un fuerte separatismo que desde hace décadas es regido siempre en coalición. «Es verdad que no se puede ir contra la ley. Pero es todavía más cierto que no se puede resolver una división tan profunda sólo con la ley. Hay que escuchar, entender al otro, dialogar», espetó. Acto seguido, el mensaje fue para Puigdemont. «No va en el interés perseguir el separatismo a cualquier precio. El referéndum carecía de legitimidad democrática. Sabíais bien por adelantado que la mayoría de los catalanes no participarían, pues la mayoría se opone a la separación. Declarar la independencia sobre el resultado de un referéndum engañoso es totalmente irresponsable. Causaría una fractura fatal en la sociedad, quizás imposible de curar», concluyó.