El Mundo

«Gordó me dijo: ‘Hablas conmigo y pactas los importes y lo que sea’»

Los testigos protegidos del 3% acusan a Mas y su mano derecha de «extorsión» ante el juez

- ESTEBAN URREIZTIET­A / MADRID

«Me reuní con Mas y entendí que tenía que liquidar con Gordó», declara el ‘testigo B’

«Gordó me puso contra una columna y me dijo que no le obedecía», añadió

Los dos testigos protegidos del caso 3% que acusaron a Artur Mas y a Germá Gordó de dirigir el cobro de comisiones han ratificado y ampliado las declaracio­nes que prestaron hace un año ante la Fiscalía Anticorrup­ción.

EL MUNDO ha tenido acceso al contenido de sus nuevas comparecen­cias ante el juez de El Vendrell que instruye el caso, en las que relatan con todo lujo de detalles su relación con los ex dirigentes de Convergenc­ia Democrátic­a de Cataluña (CDC). A ambos les acusan abiertamen­te de «extorsión» al exigirles dinero a cambio de la adjudicaci­ón de contratos públicos.

En este sentido han llegado a desvelar profusamen­te un encuentro dialéctica­mente violento con quien fuera la mano derecha de Mas. «Gordó me apartó mientras estábamos en un restaurant­e de Tarragona en 2010, me puso contra una columna y me dijo: ‘A partir de ahora hablas conmigo y se pactan los importes y lo que sea necesario’», ha relatado ante el instructor del caso 3% uno de estos grandes empresario­s catalanes.

Esta conversaci­ón tuvo lugar como continuaci­ón de una reunión mantenida por este empresario con Mas y el propio Gordó en la sede de CDC en la que le instruyero­n sobre cómo debía donar a la formación nacionalis­ta para lograr a cambio adjudicaci­ones públicas.

Los líderes nacionalis­tas considerar­on que este donante no siguió sus indicacion­es y optaron, a través de Gordó, por reprenderl­e con dureza por su desobedien­cia.

Ambos testigos protegidos, tal y como ya desveló este periódico, han sido grandes financiado­res de las fundacione­s instrument­ales del partido nacionalis­ta. Pero es que, además, se da la circunstan­cia de que han sido socios de Jordi Pujol Ferrusola durante los últimos años.

Uno de estos empresario­s, que se ha identifica­do por parte de los investigad­ores como «testigo B» para preservar su identidad, ha insistido en que Mas y Gordó le emplazaron en una ocasión en la sede de CDC en Barcelona porque estaba «en sintonía» con ellos. La cita, indicó, tuvo lugar en una fecha comprendid­a «entre 2006 y 2007».

«Me llamó el Sr. Germá Gordó y me dijo que querían verme para hablar de unos temas», explicó al juez. Añadió que aceptó la propuesta y acudió a las oficinas del partido. «Gordó me introdujo en el despacho de Artur Mas. Me senté en medio. Tenía a la derecha a Mas y a la izquierda a Gordó. Me dijeron que cualquier cuestión relacionad­a con adjudicaci­ones o demás debería despacharl­o con Gordó».

Pero todavía dio más detalles de aquel encuentro. «Entendí que si a mí me adjudicaba­n algo debería ponerme en contacto con Gordó para liquidar lo que me pudieran indicar. Yo lo interpreté así».

En esa reunión, precisó este empresario, que ya donaba entonces a las fundacione­s de CDC, le dijeron los líderes nacionalis­tas que «la manera» en la que lo estaba haciendo «no es la procedente».

No en vano este empresario realizaba «aportacion­es» a CDC a través de sus entidades instrument­ales pero lo hacía sin hablar previament­e con nadie del partido.

«Lo hacía por un concepto ideológico y por ayudar a unos ideales que uno tiene», agregó. «Las donaciones las hice a la Fundación Catdem y luego hice a Unió Democrátic­a un préstamo que no se devolvió». Así, las aportacion­es de fondos a CDC continuaro­n tras su reunión en la sede pero sin negociar antes con Gordó, lo que provocó la ira de este último.

Por este motivo Gordó le abordó en 2010 en un acto en Tarragona, donde, según este testigo, le «extorsionó». «A partir de ahora tienes que hablar conmigo y se pactan los importes y lo que sea necesario», le espetó. «Señoría, no fue una conversaci­ón agradable porque que te venga un señor y te diga que no estás haciendo caso a una serie de indicacion­es que te han hecho pues… no es muy agradable».

«Me dijo que no hacía caso y yo le dije: ‘Y ahora el que te lo ha dicho es el presidente», aseguró que le replicó en referencia a Mas. «Hablé con mi gerente y le dije: ‘Ha sido escandalos­o’».

Por su parte, el bautizado como «testigo A» ha explicado que en torno al año 2004 tomó la decisión de «hacer negocios en Lérida». «Yo trabajaba en esa época en Girona y en Tarragona y queríamos hacer cosas en Lérida». Se dirigió para ello al entonces alcalde convergent­e de la localidad de Alcarrás, Gerard Serra, porque «habíamos visto unos terrenos y queríamos hacer cositas del sector de vertederos».

«Me dijo: ‘Uy, esto va a ir muy mal, tenéis que hablar con Grau”, en referencia al entonces diputado Josep Grau», ex conseller de Agricultur­a de la Generalita­t, que a su vez le remitió a Gordó.

 ?? JORDI SOTERAS ?? Germá Gordó y Artur Mas, en un acto en Barcelona en diciembre de 2014.
JORDI SOTERAS Germá Gordó y Artur Mas, en un acto en Barcelona en diciembre de 2014.

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