MADRID Y BARCELONA SALEN A LA CALLE POR LA UNIDAD DE ESPAÑA Y EL DIÁLOGO
Miles de personas se manifiestan en Madrid a favor de la integridad de España, mientras que otras concentraciones sin banderas, frente a los ayuntamientos de varias ciudades, defienden una solución pactada
Miles de personas se concentraron ayer en Madrid en defensa de la unidad de España y para reclamar al Gobierno que tome medidas contra el independentismo. En paralelo a esa manifestación plagada de banderas españolas, a pocos metros y en otras ciudades como Barcelona se celebraban concentraciones marcadas por el color blanco y la ausencia de banderas. Aquí, el mensaje ante el mismo problema era otro: diálogo. En una manifestación se pedía prisión para Puigdemont y en la otra, que el ‘president’ dialogue con Rajoy: «Carles, Mariano, a ver si nos hablamos».
Defender la unidad de España o dialogar para llegar a acuerdos. Dos visiones contrapuestas para solucionar el conflicto en Cataluña recorrieron ayer las calles y plazas de distintas regiones de España. Por un lado, y ataviados con banderas españolas, se manifestaron en la plaza de Colón de Madrid quienes abogan por la unidad del país y exigen al Gobierno central que tome medidas contra el independentismo. Por otro, frente a distintos ayuntamientos y vestidos de blanco y sin banderas, quienes optan por el diálogo e intentar llegar a acuerdos políticos. Un preludio de la gran concentración prevista para hoy en Barcelona, convocada por Societat Civil Catalana, dirigida a la Cataluña «silenciada» y bajo el lema «‘¡Basta! Recuperemos la sensatez». Partidos como PP, Ciudadanos y PSC han animado a asistir a la misma.
En Madrid, varios miles de personas –50.000 según la Delegación del Gobierno– se concentraron en la Plaza de Colón en un acto organizado por la Fundación Denaes y respaldado por distintas asociaciones como Convivencia Cívica Catalana, Hazte Oír o el Foro de Guardias Civiles, y grupos políticos como Vox, donde se llamó a salir a las calles en defensa de «la nación, la Constitución y el Estado de Derecho».
En un ambiente festivo, animado por la música de Manolo Escobar o
Paquito el Chocolatero, los reunidos, entre los que había familias con niños, personas mayores y grupos de jóvenes, pidieron al presidente Mariano Rajoy que «actúe» contra lo que consideran un «desafío a la unidad de España y a la legalidad». Además, se lanzaron mensajes de reconocimiento a la Policía Nacional y la Guardia Civil y de apoyo a los catalanes no independentistas al grito de «No estáis solos».
Los asistentes explicaron estar viviendo con tristeza este proceso y sentirse cansados y decepcionados ante la inactividad del Gobierno. Es el caso de Miguel, un estudiante que reside en Madrid y que fue acompañado por tres amigos. Explica que está viviendo la situación «con tristeza porque Cataluña es una parte de nuestra tierra y no queremos que se vaya». Gonzalo, otro joven, cree importante salir a la calle para «que se escuche la voz de los que no nos han preguntado».
También asistió Pepe, que sostenía en alto una pancarta con un mensaje en inglés que alude a los medios de comunicación europeos: «Vivo en Bélgica y veo que las televisiones europeas están mintiendo, nos están robando la batalla de la comunicación». Considera que «hay que reivindicar que en Cataluña hay discrepancias, que hay que arreglar dentro de los marcos legales», pero que «no es cierto que toda Cataluña sea independiente». Al otro lado de la plaza, e intentando resguardarse del sol bajo la sombra de un árbol, tres amigas jubiladas repiten la consigna: «No queremos diálogo. Rajoy nos ha vendido».
Sobre un escenario montado bajo la bandera de Colón, Francisco Caja, presidente de Convivencia Cívica Catalana, aseguró que «esto no se soluciona con diálogo» y que «eso que se llama presidente de Cataluña tendría que estar en prisión». Santiago Abascal, presidente de Vox cerró el turno de intervenciones: «España no se rompe, no lo vamos a permitir. Juramos que no aceptaremos pactos, diálogos, ni consensos con quienes han perpetrado este golpe contra España», concluyó.
Además de Vox, el único partido que tuvo representación oficial fue el PP. En declaraciones a los medios, su vicesecretario de Comunicación, Pablo Casado, trasladó un mensaje de «tranquilidad» a los catalanes, que «no están solos» porque «Cataluña nunca va a ser independiente». «Vamos a poner todo lo que haga falta para que se cumpla la ley y se restablezca la convivencia», afirmó.
Desde una perspectiva distinta, varios miles de personas se manifestaron en Madrid, Barcelona y otros puntos del país vestidos con ropa blanca y en favor del diálogo. La convocatoria corrió a cargo de la iniciativa ciudadana Parlem? / Hablamos?.
«Es hora de decir que España es un país mejor que sus gobernantes. Han sembrado el odio, nos enfrentan y dividen. La convivencia se genera hablando y las leyes sirven a ese diálogo», afirma su manifiesto.
En Madrid, la concentración tuvo lugar frente al Ayuntamiento, en la plaza de Cibeles –apenas a 600 metros del acto de Colón–, donde miles de personas vestidas de blanco y sin banderas de ningún signo levantaron su voz en favor del diálogo y una salida pactada a la crisis en Cataluña. Lo hicieron con gritos de «Carles, Mariano, a ver si nos hablamos», «Menos odio y más conversación» o «Menos porrazos y más telefonazo». Guillermo Fernández, uno de los promotores, explicó a Europa Press que se pretendía, sobre todo, reclamar «sensatez».
Aunque no había representación oficial de los partidos políticos, tanto el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, como el líder de Podemos, Pablo Iglesias, publicaron en las redes sociales mensajes de apoyo a esta movilización.
En Cataluña, también se produjeron concentraciones multitudinarias secundando el llamamiento de Parlem?. En Barcelona, una ciudad tensionada por la cuenta atrás hasta conocer el siguiente paso de Carles Puigdemont, unas 5.500 personas –según datos de la Guardia Urbana– protagonizaron una situación inédita en los últimos cinco años: la manifestación en la plaza de Sant Jaume no estuvo acompañada de ninguna bandera. Ni la senyera, ni la estelada, ni la española. Únicamente las pancartas proindependencia colocadas de forma permanente en fachadas contiguas al Palau de la Generalitat rompían el monopolio de las banderas y las camisetas blancas.
La plaza, donde también se encuentra el Ayuntamiento, y las calles contiguas se llenaron de personas con pancartas con mensajes a favor del «diálogo». Los mensajes dirigidos a Rajoy y Puigdemont se repitieron con cánticos como «hablen o dimitan» o «hagan su trabajo». También hubo manifestaciones por el diálogo en Valencia, Zaragoza, Palencia o A Coruña.