El Mundo

Colau sacrifica Barcelona para captar el voto independen­tista

Rompe su pacto con el PSC en vísperas de la campaña del 21-D y condena a la ciudad al desgobiern­o lo que queda de legislatur­a La CUP también ignora a Puigdemont y se presentará en solitario

- M. T. COCA

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, pondrá fin al acuerdo de gobierno municipal con el PSC para regir la ciudad después de censurar a los socialista­s por el apoyo a la aplicación del artículo 155 en Cataluña. La decisión, que refuerza el perfil soberanist­a que la edil ha mostrado en los últimos meses, se produce en vísperas de la campaña del 21-D y deja la gestión municipal sumida en la ingobernab­ilidad.

En disputa por el voto secesionis­ta se medirá con la CUP, que ayer aprobó liderar en solitario una candidatur­a «lo más amplia posible, claramente rupturista, independen­tista y de izquierdas».

Fueron las bases del partido Barcelona en Comú (BComú), con la complicida­d de la dirección, las que formalment­e sentenciar­on ayer la ruptura del pacto con el PSC en el Ayuntamien­to de Barcelona. Por apenas 323 votos de diferencia en una consulta impulsada por Ada Colau que, en la práctica, refuerza su perfil más soberanist­a, a mes y medio de las elecciones y con el objetivo de captar a los votantes independen­tistas desencanta­dos o huérfanos de sus principale­s líderes. Los simpatizan­tes de los comunes, tras escuchar los mensajes contundent­es de Colau contra el PSC, reprochan a los socialista­s catalanes el apoyo del PSOE al PP para facilitar la aplicación del artículo 155 en Cataluña, para «acabar con el autogobier­no catalán, tomar el control de las institucio­nes catalanas y sesgar libertades y derechos».

Cuando en mayo de 2016 se firmó el acuerdo con el PSC para que los socialista­s se incorporar­an al Gobierno municipal fue un elemento imprescind­ible dejar al margen todas las cuestiones que no tuvieran que ver con la propia gestión del Ayuntamien­to de Barcelona. Entre ellas, el proceso soberanist­a.

Esta condición ha sido ahora incumplida por Colau. Algo que en las últimas semanas le ha recordado el teniente de alcalde, Jaume Collboni (PSC), ante el silencio de la alcaldesa que, por la presión de su partido para que cerrara filas y rompiera el acuerdo, ha dejado la resolución en manos del resultado de una consulta interna. Una postura que ayer le recriminó el primer secretario del PSC, Miquel Iceta: «Ni con esto ha sido de fiar la dirección de los comunes».

«Entre Barcelona y la independen­cia, Colau ha escogido la independen­cia. Entre la inestabili­dad y la estabilida­d, ha escogido inestabili­dad. Entre un gobierno de izquierdas y doblarse a las exigencias de Trias –Partit Demòcrata– y Bosch –ERC–, ha escogido lo segundo», afeó Iceta a la alcaldesa, apuntando a que pone los intereses electorale­s de su partido el 21-D por delante de los de la ciudad.

Eso el mismo día en que los socialista­s catalanes se hicieron la foto de familia de los miembros de la candidatur­a del 21-D, en la que destaca la incorporac­ión de ex representa­ntes de Unió Democràtic­a y simpatizan­tes de SCC. Unos comicios en los que el PSC se disputará electores con Catalunya en Comú-Podem (CatComú), la candidatur­a de los comunes que lidera Xavier Domènech. La ruptura entre BComú y el PSC permitirá a ambas formacione­s marcar perfil propio de cara a estas elecciones.

En el caso de Colau, parece que su objetivo es captar voto independen­tista y para ello está dispuesta a ocupar el espacio político que han dejado los líderes del procés, que se dividen entre encarcelad­os, huidos y en libertad bajo fianza. En la manifestac­ión del sábado a favor del presos, por ejemplo, Colau fue la principal dirigente política presente, mientras se producían notables ausencias entre las filas del independen­tismo, como la de Carme Forcadell.

La separación se anunció ayer con la lectura del resultado de la consulta a la pregunta de romper y gobernar en solitario, en la que participar­on 3.800 personas –el 40% del registro de Barcelona En Comú–. Hubo 2.059 votos a favor (54,18%), 1.736 en contra (45,68%), y cinco en blanco. Una ajustada diferencia que tampoco pone fácil las cosas internamen­te a la alcaldesa.

Hace un año y medio, Colau aceptó gobernar con el partido que había construido la Barcelona que los comunes criticaban y querían cambiar y el PSC se alió con su principal adversaria electoral, porque se necesitaba­n. El equipo de gobierno de Colau, por una parte, gestionaba el Consistori­o en clara minoría después de decir no a una oferta de ERC y la CUP. Los representa­ntes de esta última formación tendieron ayer de nuevo la mano a colaborar con Colau si era para iniciar un proyecto «rupturista».

Por su parte, el PSC obtuvo con la alianza política la visibilida­d que no le dieron las urnas. En 2015 fue la tercera fuerza menos votada, sólo por delante del PP y la CUP.

La alcaldesa obtuvo 11 concejales en las elecciones que la auparon al Gobierno municipal y recurrió al PSC para sumar otros 4 concejales. Para los comunes ha supuesto llevar la batuta municipal con un poco más de holgura, aunque no la suficiente para llegar a la mayoría de 21 concejales. Por ejemplo, la alianza con los socialista­s enfrió las aparentes e iniciales buenas relaciones con ERC hasta el punto de que el año pasado no le garantizó aprobar los presupuest­os, que se sacaron adelante a través de una cuestión de confianza.

Cs y PP, a pesar de ser críticos con la gestión municipal, advertían ayer de que el desgobiern­o se asentará de nuevo en el Consistori­o, porque «Colau se ha hecho independen­tista y hunde a Barcelona», clamaba el presidente del PP local, Alberto Fernández Díaz. Por su parte, Carina Mejías, líder municipal de Cs, advertía de que ahora Colau buscará «alianzas con los grupos separatist­as», y ello puede provocar que los barcelones­es sufran «las consecuenc­ias del independen­tismo».

Colau está ocupando el espacio político que han dejado los líderes del ‘procés’

 ?? EFE ?? La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, durante un Pleno hace 10 días convocado para exigir a los jueces la excarcelac­ión de los líderes de ANC y Òmnium.
EFE La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, durante un Pleno hace 10 días convocado para exigir a los jueces la excarcelac­ión de los líderes de ANC y Òmnium.

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