Los barones frenan a Montoro y exigen a Rajoy más iniciativa
Los líderes territoriales del PP descartan las quitas de deuda e imponen desbloquear la financiación Reclaman un impulso político al Gobierno ante el auge de Ciudadanos
La inquietud sobre la falta de iniciativa del Gobierno llevó ayer a los barones del PP a urgir actuaciones en tres asuntos perentorios, como la reforma de la financiación autonómica, el agua y la crisis demográfica. Después de un año a la espera de soluciones, el partido elaborará propuestas políticas sobre los tres temas. El primero reflejará blanco sobre negro la «desautorización» del PP a una quita de deuda, a la que Cristóbal Montoro había abierto la puerta. El ministro verá así más limitado su margen de maniobra en la negociación por el acuerdo interno de su partido. Mariano Rajoy volvió a insistir ayer al PP en que es necesario hacer «pedagogía» y explicar mejor las cosas. Así, señaló, se lo ha transmitido al equipo Gobierno, al que ha instado a abandonar la moqueta de los ministerios y recorrer todos los rincones de España, en un momento de crecimiento electoral de Ciudadanos.
Feijóo sobre la falta de iniciativa: «No hay elecciones en 2018, gobernemos»
Los barones del PP fueron a Génova y hablaron. Y lo hicieron de muchas de las cosas que sostienen en privado: la falta de iniciativa del Gobierno y la necesidad de una reacción política ante el empuje evidente de Ciudadanos, la hegemonía de la crisis catalana en la gestión del Ejecutivo, el enquistamiento de temas como la financiación autonómica y el agua y el surgimiento de problemas nuevos como la despoblación y el desequilibrio demográfico. No sólo dieron su opinión, exigieron soluciones y las consiguieron.
El malestar territorial con el Gobierno se puso ayer claramente de manifiesto en la comida que Mariano Rajoy convocó en Génova y que reunió a los presidentes regionales, la dirección del PP, la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría y el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. Con ánimo constructivo y la advertencia previa de que opinar no es dividir, los barones del PP expresaron sus dudas: Si Montoro valora una quita de deuda autonómica, por qué el agua no es también una cuestión de solidaridad o a qué obedece el retraso de la financiación o cuándo se va a actuar ante el envejecimiento de la población española. Los temas que les atenazan en sus territorios y a los que el Ejecutivo, pese a haberse comprometido a afrontarlos hace un año en la Conferencia de Presidentes, no ha dado una clara respuesta.
Ayer, ante ellos, tuvo que ofrecerla. Sáenz de Santamaría relató qué se ha hecho y qué no. Y lo mismo hizo Montoro sobre la reforma de la financiación autonómica. El PP no quiso ocultar su preocupación sobre la posibilidad de que el Gobierno pueda utilizar esta negociación como bálsamo de la crisis catalana o sobre una quita de deuda a comunidades que han tenido que ser rescatadas. El ministro se vio obligado a dar explicaciones, después de que a finales de enero dijera en el Congreso que se deberá valorar qué hacer «con la deuda de las comunidades autónomas». Ayer en Génova mantuvo que fue una interpretación errónea que los medios de comunicación transmitieran que había abierto la puerta.
Pero, por si acaso, el PP junto a sus barones pondrá blanco sobre negro que no habrá condonaciones de deuda. Tras un «intenso» debate y discusión se llegó al acuerdo de que el partido redactará su propuesta sobre la financiación autonómica. El coordinador general del PP, Fernando Martínez Maíllo, aseguró que se trata de una «encomienda» del presidente Rajoy. En los próximos días se determinará la fórmula para elaborar este documento pero, según señaló Feijóo, estará «en breve». Una vez esté listo se entregará al PSOE.
A la salida de la reunión, que se prolongó durante tres horas y medias, el dirigente gallego aseguró que «ha quedado claro que no habrá quitas de deuda» porque, dijo, «va en contra de cualquier principio moral y económico». En la misma línea el presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, sostuvo que, tras escuchar a Montoro, «se queda mucho más tranquilo».
Este acuerdo interno limitará el margen de actuación del Gobierno en la negociación. En la práctica supone poner coto a Montoro que, a partir de ahora, estará más constreñido por la postura de su propia partido. Es comprensible que el PP intente exhibir una posición común, como probablemente también trate de hacer el PSOE. Los populares ya lo hicieron en la anterior modificación del sistema de financiación. Ahora la diferencia es que son ellos quienes gobiernan.
A efectos del partido, aunque llegar a un pacto de mínimos no vaya a resultar fácil, se conseguirá al menos aplacar el coro de voces de los barones del PP sobre la financiación autonómica. Rajoy así lo reclamó. Fuentes populares aseguran que pidió a los presidentes no insistir en este lío porque es un debate que genera mucho «ruido». También apuntan a que alcanzó el consenso general de que una vez que haya un documento ya no se producirán públicamente disensos.
Ante la inactividad del Gobierno los dirigentes populares forzaron también que se marque posición política en otros dos temas: agua y el problema demográfico. De este modo, todos los barones ven reflejadas sus inquietudes y consiguen situar en la agenda las cuestiones más acuciantes en sus territorios, de cara a las elecciones de 2019. Esto no sucedió en 2015, cuando en ningún momento se les tuvo en cuenta.
El balance del encuentro fue que «se va a tomar la iniciativa», y «a dar la batalla política», según el presidente del partido en Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, y que «se va a gobernar», según Feijóo. «No hay elecciones en 2018, gobernemos», defendió el líder gallego.
En la comida no se habló abiertamente sobre el despegue de Ciudadanos pero sí de manera colateral ya que la impresión de los barones es que el auge de este partido es fruto de la parálisis del Gobierno. Sólo hubo referencias a Cs al aludir a su propuesta de reforma electoral. El consenso interno es que en este punto hay que atacarles. El PP profundizará en los próximos días en que la reforma que proponen no frena a los nacionalismos y buscarán que se comprometan a apoyar la lista más votada.
Únicamente el presidente de Melilla, Juan José Imbroda, mostró su satisfacción porque se haya empezado a «darles caña», en alusión a Cs. Sobre ello Feijóo ya expresó públicamente su desacuerdo. Ayer lo hizo también Herrera. Cómo actuar ante Cs –criticarles más o menos– sigue dividiendo a los barones, que en 2019 se verán obligados a pactar con ellos. La consigna de Génova sigue siendo mano dura.