El narco de La Línea huyó en moto acuática y se curó en Tetuán
El traficante fugado llegó a un complejo turístico al sur de Ceuta y pasó dos días en un hospital privado
En la jerga de los señores del oro negro (hachís) le conocen como Samuelito. Y no le busquen en su tierra, en La Línea de la Concepción (Cádiz), porque se ha mimetizado como nadie en su papel de narco fugado. Su historia es de esas donde el tópico de que la realidad supera a la ficción se cumple a pie de guion: la del narcotraficante de segundo rango que tiene un accidente de moto mientras le persigue la Policía por el barrio de El Zabal.
Tras el incidente fue llevado en ambulancia, custodiada por los agentes, al hospital de La Línea. Diez minutos después 20 hombres encapuchados irrumpieron a la fuerza en el centro.
La historia del treintañero al que sus chicos rescatan a la fuerza del hospital poco después del accidente. La del fugitivo al que, malherido, le sientan de copiloto en una moto de agua rumbo a Marruecos. Samuel Crespo Domínguez llegó en la madrugada del pasado miércoles 7 de febrero a la playa de Marina Smir, un complejo turístico a mitad de camino entre las ciudades marroquíes de Castillejos y Rincón, a 20 kilómetros de la frontera con Ceuta.
En una moto de agua se tarda poco más de 35 minutos en cruzar el Mediterráneo desde la playa de La Línea hasta la de Marina Smir. Es la misma ruta a la inversa que hacen los pilotos de las gomas del hachís cada semana.
La Policía gaditana ya barajaba desde hace unos días la posibilidad de que el narco fugado hubiera cruzado a Marruecos. Una información que confirmaron a EL MUNDO varias fuentes del norte del reino alauí. «Sí, está aquí. No es el primer narcotraficante buscado por la Policía española que huye a Marruecos. Hay una larga lista de nombres. Aquí tienen todo el chiringuito montado, y con dinero se compra fácil la protección y el silencio», aseguran.
Samuel Crespo es el jefe de un grupo formado por una veintena de personas que se encargan de desembarcar el hachís que llega a las costas andaluzas. Por encima de él están los hermanos Antonio y Francisco Tejón, conocidos como Los Castañitas, en busca y captura al igual que Samuel, que dirigen la mayor organización de narcotráfico en el sur de España, con una gran infraestructura montada en las dos orillas.
Lo último conocido del paradero de Samuel es que hace un par de días ingresó en una clínica privada en la ciudad de Tetuán, a 23 kilómetros de la playa donde le dejó la moto de agua pilotada por uno de sus empleados. Samuel aún tenía una herida tan profunda en la pierna que se le veía hasta el fémur y una contusión en la mandíbula que arrastraba desde el pasado martes, cuando se cayó de su Scooter en una rotonda mientras le perseguían un par de patrullas de la Policía Nacional.
En Tetuán, además del Hospital Provincial, hay cuatro clínicas privadas que están repartidas por la ciudad. En todas niegan haber atendido a un joven español estos últimos días. «Si fuera así, tampoco te lo dirían», advirtió un taxista.
«Aquí también hay varios apartamentos particulares que funcionan como consultas, que lo gestionan médicos privados que se sacan más dinero que trabajando en un hospital. Muchos no tienen licencias y hacen intervenciones quirúrgicas clandestinas cuando hay algún tiroteo, a personas que tienen algún problema con las autoridades marroquíes y que no pueden ir a ningún centro registrado», añadió la misma persona.
Otro taxista cuenta que los capos de la droga controlan muchos de los barrios de las ciudades y los pueblos a lo largo de la región de Tetuán, que tienen infinidad de pisos y naves donde pueden esconder sin problemas a un fugitivo como Samuel. «Tienen comprados a agentes tanto de Marruecos como de España. Es peligroso pasearse por algunos barrios, porque no dudan en sacar la pistola y meterte un tiro si haces muchas preguntas», precisó con contundencia.
Detrás del operativo de la huida a Marruecos de Samuel están los capos del Estrecho para los que trabaja. Fuentes policiales apuntaron a este diario que los hermanos Tejón, los jefes de la organización de Los Castañitas, manejan un imperio de la droga desde La Línea de la Concepción y controlan la entrada del 60% del hachís que llega desde Marruecos a las costas andaluzas. «Samuel es uno de sus lugartenientes», afirmaron los agentes a este diario.