Puigdemont prepara su estocada a Sánchez
El fugado, que ya amenazó con tumbar el Gobierno tras su OPA al PDeCAT, rechazará los Presupuestos
No hay día en el que Carles Puigdemont no recuerde que el PSOE apoyó al Gobierno del PP para aplicar el artículo 155, cesarlo como president e intervenir la Generalitat. El ex president tiene una cuenta pendiente con Pedro Sánchez, a quien considera tan padre de la «represión» contra el independentismo como Mariano Rajoy y a quien nunca quiso convertir en presidente. Ahora se propone cobrársela.
El prófugo interpreta la petición de penas contra los dirigentes del procés como la ocasión propicia que estaba esperando para intentar tumbar al Ejecutivo socialista. El independentismo al completo ha olvidado temporalmente sus fisuras para censurar con una misma voz los escritos de acusación, desdeñando la cesión de Sánchez para que la Abogacía del Estado haya evitado responsabilizar a la cúpula independentista de rebelión, como sí ha hecho la Fiscalía. De esa unidad provisional quiere valerse Puigdemont para pulsar ya el botón de demolición, impedir que los Presupuestos sean aprobados y poner en serio riesgo la continuidad de la legislatura.
El ex presidente de la Generalitat lleva urdiendo este plan desde el pasado mes de julio, cuando consumó su OPA al PDeCAT, descabezando a Marta Pascal y designando a Míriam Nogueras, su diputada afín en el Congreso, vicepresidenta del partido neoconvergente. Inmediatamente después de asumir el cargo de interlocutora de Puigdemont desde las Cortes, Nogueras advirtió a Sánchez que el PDeCAT abrazaba de nuevo la «unilateralidad» y que, a partir de ese momento, «el Gobierno tendría más difícil contar con su apoyo en el Congreso».
El aviso quedó en barbecho hasta nueva orden, hasta que el presidente vicario de la Generalitat, Quim Torra, lo resucitó hace un mes, cuando lanzó su ultimátum al presidente del Gobierno durante el Debate de Política General del Parlament. Dijo entonces Torra que retiraría su apoyo al Ejecutivo central si en un mes –en noviembre– no había autorizado la celebración de un referéndum de autodeterminación vinculante para Cataluña. A esa exigencia sumó después la necesidad de realizar algún «gesto» hacia los independentistas presos.
Ese gesto acabaría llegando con las presiones del Gobierno a la Abogacía del Estado, pero Torra y Puigdemont ya habían decidido de antemano que el «momentum» para poner en jaque a Sánchez llegaría con la petición de penas. Sólo unas horas después de que Oriol Junqueras y el resto de responsables del 1-O conocieran a cuántos años de cárcel se exponen, Torra tomó la palabra frente a la prisión de Lledoners y anunciaba: «Presidente Sánchez, el pueblo de Cataluña le retira el apoyo. Le decimos que no votaremos los Presupuestos».
La materialización de esa amenaza llegará esta semana, según precisó ayer Míriam Nogueras. La vicepresidenta del PDeCAT comunicó que esta semana se reunirá con Torra para concretar cómo escenifican su portazo al Gobierno y los Presupuestos, quedando únicamente descartado el abandono de los escaños en la Cámara Baja.