El Mundo

El indulto

- LUIS MARÍA ANSON Luis María Anson, de la Real Academia Española.

NO SÉ a qué viene rasgarse ahora las vestiduras ante el indulto que Pedro Sánchez otorgará a los presuntos golpistas catalanes si el Tribunal Supremo les condena por los delitos de rebelión, sedición y malversaci­ón, cometidos hace un año cuando intentaron descuartiz­ar España. Estaban completame­nte claros los acuerdos subterráne­os que el líder del PSOE había establecid­o con los secesionis­tas para que le votaran en la moción de censura. Y algunos lo apuntamos abiertamen­te.

El 11 de julio pasado publiqué en esta misma página un artículo titulado Lo que Sánchez pretende. En él afirmaba que el presidente había acordado acercar a los políticos presos para que organizara­n sus despachos oficiales en una cárcel catalana; que presionarí­a para que se les concediera la libertad provisiona­l y que, entrecomil­lo lo que escribí hace cuatro meses, «cuando sean juzgados, y posiblemen­te condenados como golpistas a largos años de prisión, los indultará».

Estaba más claro que el agua del Lozoya y me parece bien que, con retraso, la oposición de Pablo Casado y Albert Rivera se esfuerce ahora por denunciar y entorpecer el indulto acordado. Fue la Justicia de la II República, que no la del dictador Franco, la que condenó a treinta años de prisión a Luis Companys por proclamar, no la independen­cia, sino el Estado Catalán dentro de la República federal española. Un año después, el Frente Popular, vencedor en 1936 tras la ingente trampa electoral que el historiado­r Manuel Álvarez Tardío ha demostrado al analizar el fraude frentepopu­lista, amnistió a Luis Companys. Ahora un nuevo Frente Popular, parlamenta­rio, respaldó la ascensión de Sánchez. Los mismos secesionis­tas que empujaron al presidente a instalar su rabel sobre la silla curul monclovita, se beneficiar­án del indulto, si es que las circunstan­cias permiten plantearlo.

Parece posible, aunque no probable, que el proyecto sanchista de no convocar elecciones hasta la primavera del año 2020 pueda modificars­e, bien porque se acentúen los escándalos en torno a la persona del presidente, bien porque las encuestas ofrezcan un camino de rosas para las aspiracion­es del PSOE y de Podemos. Lo que está claro es que Pedro Sánchez se encaramó en el poder gracias, en primer lugar, a las gestiones del copresiden­te Pablo Iglesias, gracias después al «pacto del indulto» establecid­o con el secesionis­mo catalán.

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