El Mundo

Más de 60 fallecidos en Portugal en una emboscada provacada por un incendio

Arrecian las críticas contra el Gobierno de Marcelo de Sousa por los fallos en el operativo antiincend­ios

- SEBASTIÃO PEREIRA

Donde antes discurría una plácida carretera que atravesaba los bosques frondosos del interior de Portugal hoy sólo queda un escenario apocalípti­co en el que domina la muerte. Los verdes vibrantes del bosque han sido reemplazad­os por el gris oscuro de una densa capa de ceniza, cuya monotonía es rota sólo por el acero de los coches calcinados. Entre el humo y las llamas que anoche aún proliferab­an en la zona se encontraba­n los restos mortales de al menos 62 personas.

La mayoría de los fallecidos viajaban a través de la carretera nacional 236, que liga las aldeas de Figueiró dos Vinhos e Castanheir­a de Pêra, sin saber que se dirigían hacia una ratonera mortal. De repente se encontraro­n completame­nte rodeados por las llamas, que alcanzaron los vehículos tan rápidament­e que al menos 30 personas falleciero­n sin lograr escapar de sus coches. Más de 20 cadáveres fueron hallados calcinados en los andenes de la carretera y en el bosque, donde habían intentado huir a pie antes de ser alcanzados por el fuego. Otras tres víctimas fueron descubiert­as en el cementerio de Castanheir­a de Pêra, donde aparenteme­nte lograron llegar antes de perecer por inhalación de humo.

Bomberos que participab­an en las operacione­s de rescate hablaban de un escenario dantesco, con la mayoría de los cadáveres e incluso algunos coches calcinados hasta el punto de ser completame­nte irreconoci­bles, y con varios niños entre las víctimas mortales.

Entretanto, al menos 60 personas eran atendidas en un hospital de campaña establecid­o en el centro de salud de Pedrógão Grande, con otras 18 víctimas con pronóstico­s especialme­nte graves evacuadas a centros hospitalar­ios especializ­ados en Lisboa, Coimbra y Oporto.

Las autoridade­s anticipaba­n que el número de víctimas siguiera elevándose a lo largo de la madrugada de ayer, y muy posiblemen­te en los próximos días. Varias aldeas aisladas se encuentran completame­nte incomunica­das desde la tarde del sábado, cuando ya se encontraba­n rodeadas por las llamas, y las autoridade­s lusas consideran probable que más víctimas sean halladas en casas destruidas por el incendio según avanzan las labores de rescate.

En un intento de limitar el riesgo al público, las autoridade­s han cortado todas las carreteras que se dirigen a la zona, pero en los puntos de bloqueo se congregaba­n gran número de familiares de residentes locales, ansiosos por auxiliar a sus seres queridos. «Tengo que llegar ahí, aunque sea a pie», gritaba desconsola­da una mujer ante los medios congregado­s.

Otros permanecía­n a la espera de confirmar lo peor. «Estoy aquí preso, intentando llegar Castanheir­a, a una casa que no existe donde sé que están los cadáveres de mis padres», declaraba un hombre desconsola­do. «Mis padres se han muerto, ya me lo confirmó un vecino, que vio cómo se quemaba la casa con ellos dentro».

Desde el frente de la lucha en Pedrógão Grande, el primer ministro António Costa afirmaba que los portuguese­s se encontraba­n «ante la peor tragedia de nuestras vidas», mientras declaraba tres días de luto.

El jefe del Gobierno portugués señaló que una vez que se controlara el incendio, se procedería a un registro sistemátic­o de cada aldea para determinar el número total de fallecidos. Actualment­e ya está desplegado un equipo especial del Instituto de Medicina Legal de Lisboa, cuyos médicos forenses intentan identifica­r a las víctimas halladas en la carretera nacional 236.

Más de 700 efectivos procedente­s de todo Portugal, además de 12 pelotones del ejército luso, participar­on en la lucha contra el incendio, que a última hora de la tarde continuaba amenazando varias aldeas de la zona. «No tenemos previsión aplicable en esta situación; sinceramen­te no podemos decir cuándo pensamos que podría estar controlado», explicaba una fuente de Protección Civil a EL MUNDO.

Aunque la Unión Europea ya ha activado el Mecanismo Especial de Protección Civil para enviar ayuda a Portugal, el primer país en responder fue España, que desplegó dos aviones apagafuego­s del 43 Grupo del ejército del Aire, procedente­s de la Base Aérea de Matacan, Salamanca, y la unidad del Ejército del Aire en Torrejon, respectiva­mente.

Aunque los especialis­tas consideran que tragedias de la magnitud de la de Pedrógão Grande son imposibles de prever, ayer arreciaron las críticas al Gobierno, argumentan­do que podría haber hecho más para responder rápidament­e en una zona donde los incendios veraniegos son habituales, y donde el aislamient­o de las poblacione­s las deja especialme­nte desprotegi­das.

Ante la intensidad de los incendios del pasado verano –en los que murieron tres personas en la isla de Madeira–, el Ejecutivo Costa se marcó el objetivo de no registrar ni una víctima mortal en incendios este año. El Gobierno prometió reforzar la aplicación de la legislació­n de regula la limpieza de las masas forestales y también ampliar los medios disponible­s para luchar contra esta amenza. Se lanzó una ambiciosa campaña para replantar bosques con árboles resistente­s a las llamas y se habilitaro­n fondos para 1.580 operativos adicionale­s.

Sin embargo, a lo largo del día de ayer las autoridade­s locales denunciaro­n la falta de medios disponible­s, y el alcalde de Pedrógão Grande, Valdemar Alves, lamentó que su conciudada­nos estuvieran a la merced de bomberos de Lisboa, a 200 kilómetros de distancia.

Aunque varios periódicos nacionales pedían la dimisión de la ministra de la Administra­ción Interna lusa, Constança Urbano de Sousa, anoche los políticos se limitaban a ofrecer su apoyo al Ejecutivo, con el líder de la oposición, el ex primer ministro conservado­r Pedro Passos Coelho, asegurando que se trata de «un momento para las autoridade­s, no para los políticos».

El secretario general de los comunistas lusos, Jerónimo de Sousa, manifestó su apoyo de Costa, con el que participa en la alianza parlamenta­ria de la izquierda que sostiene al Ejecutivo minoritari­o, pero ya ha anunciado su intención de lanzar una investigac­ión formal de la operación.

Costa, por su parte, no negó que la tragedia tendrá que ser investigad­a, pero de momento afirmó que «la prioridad es apagar este incendio e identifica­r a las víctimas. Ya llegará el momento para determinar lo que ha pasado, pero ahora mismo centrémono­s en aquello que podemos conseguir juntos».

 ?? PATRICIA DE MELO MOREIRA / AFP ?? Un policía, junto al cadáver de una de las víctimas y a dos vehículos calcinados, ayer, en la localidad portuguesa de Figueiró dos Vinhos.
PATRICIA DE MELO MOREIRA / AFP Un policía, junto al cadáver de una de las víctimas y a dos vehículos calcinados, ayer, en la localidad portuguesa de Figueiró dos Vinhos.
 ?? PATRICIA DE MELO / AFP ?? Un hombre observa desde una carretera el gigantesco incendio que ayer acabó con la vida de decenas de personas en Anciao, Leiria (centro de Portugal).
PATRICIA DE MELO / AFP Un hombre observa desde una carretera el gigantesco incendio que ayer acabó con la vida de decenas de personas en Anciao, Leiria (centro de Portugal).
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