El Mundo

España gana con solvencia a Albania (3-0) y se clasifica para Rusia 2018

La selección solventa el trámite con Albania y se clasifica matemática­mente para el Mundial gracias al empate de Italia ante Macedonia / Julen Lopetegui sorprende otra vez con la alineación y obtiene dos noticias extraordin­arias: Odriozola y Saúl

- EDUARDO J. CASTELAO ALICANTE ENVIADO ESPECIAL

El lateral de la Real Sociedad fue un martirio; Saúl tiene cara de Xabi Alonso

Lo primero es lo primero. Sí, hubo pitos a Piqué. Y sí, hubo aplausos a Piqué. Vamos, que cada vez que Piqué tocaba el balón se armaba la marimorena en el Rico Pérez. Fueron pocos segundos contados en total, pues el balón pasó pocas veces por el central y las pocas que pasó se marchó rápido. Por cierto, vio una amarilla y no jugará en Israel, así que fin del debate (de momento). Por si hubiera que elegir, que no es fácil, lo más cercano a la verdad es que hubo muchos pitos y bastantes aplausos, que es algo demasiado inconcreto, pero es que difícilmen­te se puede calibrar con algo irrefutabl­e estas cosas de los pitos y los aplausos.

Bien, saciada la curiosidad de un tema recurrente, es obligado decir que España estará en el Mundial de Rusia el próximo verano. Será el undécimo consecutiv­o –no falla desde el de Alemania en 1974– y se puede asegurar gracias a las matemática­s. Porque Italia, que sólo podía agarrarse a ganar ayer y a ganar el lunes a Albania para luego esperar a que España perdiera el avión o el autobús que los llevaba al campo en Jerusalén, empató. Y con ese empate en casa ante Macedonia permite al equipo de Julen Lopetegui celebrar a voz en grito, sin preocupars­e siquiera de perder por 18 goles en Israel.

El equipo de Lopetegui. La frase no es una frase hecha. Porque el técnico, invicto tras 13 partidos, permite decir que este equipo es suyo. Dejó al personal boquiabier­to con la alineación y eso en estos tiempos no es fácil. Eran muchas las bajas, cierto, pero incluso así el once que dispuso fue algo realmente inesperado. Sin Carvajal, el lateral derecho fue Odriozola (ni Nacho ni Azpilicuet­a). Sin Busquets, el pivote fue Saúl (ni Illarramen­di ni Koke). Sin Iniesta, uno de los interiores fue Thiago (no Asensio). Sin Diego Costa ni Morata, el delantero fue Rodrigo (ni Aspas ni Aduriz). ¿Y cómo jugaron los nuevos? Pues francament­e bien, la verdad, especialme­nte en los casos de Odriozola y Saúl.

El futbolista de la Real Sociedad fue un cuchillo por la banda derecha, hasta donde caía Silva para hacerle un lío al lateral y despejar el camino del jovencísim­o debutante, protagonis­ta de dos de los tres goles de la primera parte. Tras el primero de Rodrigo en un movimiento extraordin­ario de nueve puro, para el segundo la jugada se vistió de largo. La agarró Silva en el medio, jugó con Odriozola y el chico hizo un sombrero para devolvérse­la a Silva. Silva jugó con Koke y el pase filtrado del rojiblanco lo agarró Isco, que solventó la escena con un disparo seco. Odriozola, la sensación de la noche, también le puso el tercero a Thiago.

El caso es que Lopetegui, que por ahí iba la cosa, se equivocará. Segurament­e. Pero ya ha dejado claro varias veces que con él las sorpresas no están descartada­s. Metió otra vez la mano en el equipo –como los tres centrales en Albania, como la ausencia de delantero centro ante Italia– y de ahí salieron noticias buenas para el equipo, que abrumó a Albania en la primera parte y se dedicó a pasar el rato en la segunda. A pasar el rato y a fijarse en Saúl, un futbolista descomunal. Al margen de llevar el mismo número, el 14, al futbolista del Atlético se le puso ayer cara de Xabi Alonso, quién sabe si va a volver una pareja de mediocentr­os como la que inventó Del Bosque. Tan relajada estaba la cosa tras el descanso que España permitió el segundo remate a los palos de Albania, ambos de Llullaku. Y permitió también una parada de De Gea. Visto con perspectiv­a, Albania mereció un gol, igual que Silva mereció la amarilla que también le dejará sin jugar en Israel.

España, pues, jugará el Mundial de Rusia y lo hará con una sonrisa, la que provocan los nuevos aires de Lopetegui y la buena respuesta de esos nuevos aires. Una selección joven con cimientos sólidos (Ramos, Piqué, Busquets) en los que asentar el crecimient­o de tipos como Isco, Saúl, Asensio y Odriozola. España invita a sonreír. Al fin y al cabo, mejor unas sonrisas que unos silbidos.

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EFE Los jugadores de la selección española celebran la consecució­n del segundo gol en el estadio Rico Pérez.

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