MANIFESTACIÓN INDEPENDENTISTA SIN FORCADELL, PERO CON COLAU
Forcadell no va a la manifestación de Òmnium y ANC tras acatar la Constitución ante el juez
El independentismo volvió a echarse ayer a la calle para intentar mantener viva la tensión social ante la acción de la Justicia y de la huida de Puigdemont a Bélgica. La ausencia de los líderes de ERC y del PDeCAT fue aprovechada por Ada Colau para erigirse de nuevo en la figura institucional que alza la bandera contra los presos y el 155 al lado de los separatistas. Todo lo contrario que Carme Forcadell, que no fue a la marcha tras haber acatado la Constitución ante el Tribunal Supremo.
En plena precampaña electoral y con los partidos soberanistas más pendientes de ir en una lista única o cada uno por su cuenta, las entidades independentistas, Òmnium Cultural y Asamblea Nacional Catalana, necesitaban reivindicar su papel como catalizadoras de la organización de la calle en el procés. Ayer demostraron que son capaces de movilizar a miles de personas y lo hicieron para reclamar la libertad de los miembros del Govern –Oriol Junqueras, Jordi Turull, Joaquim Forn, Mertixell Borràs, Carles Mundó, Josep Rull, Dolors Bassa y Raül Romeva– y los líderes de la ANC y Òmnium –Jordi Sànchez y Jordi Cuixart–, encarcelados por los delitos de rebelión y sedición por orden de la Audiencia Nacional.
La máxima autoridad que participó en la protesta fue la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, quien acudió una vez más a manifestarse con los independentistas y a erigirse ante ellos como el máximo cargo institucional catalán que abandera la protesta contra el 155 y la exigencia de libertad para los políticos investigados. Y lo hizo pese a que unas horas antes había instado al Govern destituido a que diera «la cara» por haber hecho «promesas falsas» y haber «engañado a su propia gente» durante su intervención en la asamblea de Catalunya en Comú.
Sin embargo, la alcaldesa expresó después durante la marcha que la población debía movilizarse de forma permanente hasta que los presos saliesen a la calle y consideró «inadmisible en términos democráticos» que «medio Govern esté en la cárcel por motivos políticos».
Para la alcaldesa, las elecciones convocadas para el próximo 21 de diciembre se producen dentro de «un estado de excepción» por lo que cualquier fuerza democrática debe llevar en su programa la amnistía de los presos y acabar con la aplicación del artículo 155 en Cataluña.
Colau fue uno de los representantes políticos que acudieron a la marcha junto a dirigentes de varios partidos como ERC, Roger Torrent o Marta Rovira; PDeCAT, como Josep Lluís Cleries y Neus Munté; la CUP, como Benet Salellas y David Fernàndez); Catalunya en Comú como Elisenda Alamany; PNV como Andoni Ortuzar (PNV) o ex cargos como la ex consejera Irene Rigau o el ex presidente del Parlament Joan Rigol.
También estuvo Joan Josep Nuet, miembro de la Mesa del Parlament acusado de sedición y rebelión en la causa en el Tribunal Supremo, pero no acudieron ninguno de los otros representantes investigados que quedaron en libertad con fianza tras declarar el jueves, ni la presidenta Carme Forcadell, por consejo de sus abogados. Aunque siempre ha participado activamente en estas convocatorias, incluso haciendo arengas, la presidenta del Parlament optó por quedarse en casa y no poner en riesgo su libertad bajo fianza. Y es que prometió ante el juez acatar la Constitución y poner fin a su desafío al Estado de Derecho. Lo que podría entrar en contradicción si, tras decir que la declaración de independencia fue «simbólica», se sitúa dos días después en la cabecera de una marcha bajo el lema Som república.
En la protesta también estuvieron presentes abogados de los presos como Jordi Pina o el de Carles Puigdemont, Jaume Alonso-Cuevillas.
La ANC y Òmnium se propusieron el reto de llenar un espacio poco habitual en Barcelona para hacer manifestaciones como es la calle Marina, y consiguieron reunir a unas 750.000 personas, según la Guardia Urbana, que lanzaron varias proclamas como «Las calles serán siempre nuestras, «Independencia» o «President Puigdemont».
Los familiares de los presos encabezaban una protesta en la que se pudieron ver numerosas estelades y carteles repartidos por voluntarios con el lema «libertad». Además, también se aprovechó para recaudar dinero para la Caja de Resistencia de las organizaciones soberanistas que debe contribuir a pagar multas y fianzas impuestas por la Justicia a los dirigentes investigados.
La marcha finalizó con un acto en el que familiares y amigos de los consellers y del vicepresidente encarcelados expresaron su agradecimiento por este acto y reclamaron unidad al soberanismo. Oriol Junqueras aseguró que son «cabezas de turco» por no acatar la sumisión al Estado y «la semilla de la república». «Si perseveramos saldremos adelante», apostilló. Rull sostuvo que eran «el gobierno legítimo porque lo decidieron los catalanes», mientras que Romeva instó a no caer ante «el odio o la venganza».
El ex presidente Carles Puigdemont y el resto de ex consellers huidos a Bruselas enviaron un vídeo de apoyo. Puigdemont pidió no dejarse «atenazar, por aquellos que querrían imponer la ley del 155, para recortar nuestras libertades y aniquilar» las instituciones y llamó a la fuerza de la calle para continuar al desafío.