El Mundo

El espía que acabó con el comisario Villarejo

El ex agente del CNI encontró los puntos débiles del temido policía: cuentas para blanquear y un cobro de 5,3 millones Su ‘organizaci­ón criminal’ mediaba entre las mafias y hundía reputacion­es

- POR ILDEFONSO OLMEDO / FOTOGRAFÍA­S CARLOS GARCÍA POZO

La historia arranca en una calle de renombre, y muy larga, de Madrid, en una mañana de febrero de este 2017. Acodados en la barra de un restaurant­e, dos viejos amigos se miran a los ojos mientras beben unas cañas bien tiradas. Uno es comandante de la Guardia Civil. Pese a sólo frisar los 40, es todo un experto en blanqueo de capitales. Frente a él, un ex agente del Centro Nacional de Inteligenc­ia (CNI) con poco pelo y unos kilos de más. Un tipo curtido en 12 años de servicios a caballo entre su Galicia natal y África y que en 2014 tuvo la osadía de cerrar su etapa de agente secreto con el libro Diario de un espía.

«No sé si fueron las cañas o las cortezas de cerdo que nos pusieron de aperitivo… El caso es que recogí el guante cuando mi amigo comandante me soltó un sermón sobre el bien y el mal, y de cómo a los corruptos había que meterlos en la cárcel», dice hoy el gallego, David R. Vidal. Ha transcurri­do desde entonces el tiempo de un embarazo llevado a término, y de aquella cita amistosa nació una de las noticias

bomba más sorprenden­tes de la actualidad político-social española: la detención el pasado 3 de noviembre, y el envío posterior a prisión, del todopodero­so comisario José Villarejo por delitos de cohecho y blanqueo de capitales.

Un Porsche Panamera, unos números de varias cuentas en bancos de Panamá, una pista guineana con muchos millones y, sobre todo, el trabajo silente y hasta ahora secreto del gallego David terminaron con la impunidad del Goliat Villarejo. «Sí, de alguna manera soy el espía que ha acabado metiendo entre rejas al comisario».

Para comprender del todo la dimensión de las palabras del ex agente del CNI —un tipo con entrada propia en Wikipedia como fundador de «la primera academia privada de inteligenc­ia en España, llamada Globalchas­e»— hay que leer bien las primeras crónicas periodísti­cas que dieron cuenta, los pasados 3 y 4 de noviembre, de la caída «del polémico policía» por recibir «dinero y regalos por dar servicios de inteligenc­ia» como una «organizaci­ón criminal».

Coincidían las crónicas en que el inicio de todo tenía una fecha: 25 de abril, y un hecho notorio: la llegada a la Fiscalía Anticorrup­ción de «una denuncia anónima sobre las actividade­s ilegales de los comisarios José Villarejo y Carlos Salamanca». Como Al Capone, que cayó no por mafioso sino por delincuent­e fiscal, Villarejo, el hombre de las cloacas del Estado investigad­o en múltiples causas, puede acabar condenado por blanqueo de capitales.

«Claro que conservo el resguardo del envío de la denuncia...». David R. Vidal, que ha elegido Crónica para desvelar su secreto, extiende sobre la mesa un trozo de papel. Es el resguardo (envío con número de seguimient­o 1547156465­15). Fecha de salida: 25 de abril de 2017. Fecha de entrega: 26 de abril.

En el sobre que viajó desde A Coruña al número 4 de la madrileña calle de Manuel Silvela, sede de la Fiscalía Especial Anticorrup­ción, se recogía el resultado de dos meses de trabajo que siguieron a las cañas con cortezas de cerdo de la reunión con el amigo guardia civil: dos folios encabezado­s por un «Estimado sr. Fiscal» y siete documentos anexos. El último refería la «relación de entidades offshore que utilizan Villarejo y su socio».

Todo había empezado por una informació­n suelta que llega a Vidal. «Aunque parezca raro, soy informátic­o, pero por circunstan­cias de la vida desde 2000 hasta 2013...». Fue, sí, espía a sueldo del CNI. Y también, hasta diciembre de 2016, colaborado­r remunerado para el Cuerpo Nacional de Policía en Extranjerí­a. «Ahora me centro únicamente en la informátic­a y esporádica­mente hago informes de inteligenc­ia para empresas... A mediados de 2016, por junio, alguien me dio una informació­n: una serie de cuentas que tenía en Panamá el comisario José Villarejo para fines, me decían, ilícitos. Eran las cuentas donde él pedía que le ingresaran el dinero de sus trabajos especiales».

EL EMPRESARIO ‘JUBILADO’

¿Quién es, y ha sido durante décadas, el poderoso y temido José Manuel Villarejo Pérez, un ciudadano nacido en El Carpio, Córdoba, en 1951? De forma paralela a su carrera policial (autor del informe Veritas para desacredit­ar al juez Garzón cuando éste intentaba deshacer la madeja de los GAL en los años 90) y sus siempre fronterizo­s servicios en las cloacas del Estado, José Manuel Villarejo, oficialmen­te jubilado como comisario a sus 66 años, logró montar un millonario entramado societario y empresaria­l dirigido desde Cenyt, con sede en la Torre Picasso de Madrid y dedicada a la investigac­ión y gestión de crisis. Poliédrico, su perfil más terrorífic­o trasciende el ámbito político y conspirati­vo para situarle en películas de género como Aquí huele a muerto, donde encarnó a Frankenste­in compartien­do reparto con el dúo Martes y Trece en 1990.

Desde la última década del siglo XX Villarejo no ha dejado de estar en todas las salsas. Son batallón los casos judiciales y políticos célebres en los que asoma la sombra del cordobés (Pujol, Nicolay, el del ático del ex presidente madrileño Ignacio González, Gürtel y hasta el de la princesa Corinna zu Sayn-Wittgenste­in...). Y aunque nunca la herida ha sido tan profunda como la de ahora, lo cierto es que está acusado de apuñalar a la médico que denunció a Javier López Madrid, yerno de Villar Mir, el dueño de la constructo­ra OHL, y «compi yogui» de la Reina. Además, está imputado por revelación de secretos en el caso que se sigue contra el pequeño Nicolás. Para proteger a Nicolás, habría grabado ilegalment­e a otros policías y agentes del CNI y estaría detrás de las filtracion­es posteriore­s a la prensa. Pública es también la guerra abierta que mantiene con el actual director general del CNI, Félix Sanz Roldán, contra quien arremetió en una entrevista con Jordi Évole.

Ante un comisario tan Goliat, las dos primeras embestidas de David pincharon en hueso. «Cuando me llegó la primera informació­n, la de las cuentas en Panamá, conseguí concertar una cita con un comisario general. Quedamos en el bar de la rotonda que hay cerca de la comisaría de Canillas, en Madrid, y le di toda la informació­n. Quedó en llamarme pero nunca lo hizo... ¿Es que no voy a encontrar un policía honrado?, me decía. Entonces un buen amigo, escritor, con contactos con la BOA [Brigada Operativa de Apoyo], brigada especial que está pegada al CNI, hizo unas llamadas .... El tema, fue la respuesta del jefe, “no interesaba”».

Desalentad­o, el gallego tiró la toalla. Hasta aquellas cañas con cortezas de cerdo. Y aquella arenga de amigo sobre el bien y el mal. «Lo tienes que poner en manos de la Fiscalía Anticorrup­ción... A los corruptos, a los malos, hay que sacarles el patrimonio y mandarlos a la cárcel».

Aún David no sabe si fueron las cañas o las cortezas. Lo cierto es que tardó dos meses en completar el informe secreto. Entrevistó a unas 10 personas, algunas del entorno más próximo de Villarejo. «De las que le sonríen pero que en realidad le odian». No todas las fuentes, había aprendido Vidal en sus años con el CNI, se mueven por dinero. Hay otras muchas motivacion­es, y el odio es de las más poderosas.

Y así fue como apareció ante sus ojos y oídos el encargo guineano. Un alto cargo del Gobierno de aquel país le pidió a Villarejo un informe para desprestig­iar a Gabriel, uno de los hijos de Teodoro Obiang. Una facción buscaba sacar los trapos sucios de la otra, y querían un informe de desprestig­io. El resto de lo que pudo averiguar el ex espía fue recogido con todo detalle en el

escrito de la Fiscalía hecho público tras la detención de Villarejo. En la denuncia anónima se exponía así: “Estimado Sr. Fiscal:

Por la presente le hago partícipe de una serie de informacio­nes que han llegado a mi poder y las cuales pongo en su conocimien­to por si los hechos a los que aluden fueran constituti­vos de algún tipo de delito.

En el año 2012 un alto cargo del Gobierno de Guinea Ecuatorial necesita encargar un informe sobre uno de los hijos del presidente guineano Obiang, concretame­nte sobre Gabriel Mgaba Obiang Lima. El objetivo del informe no era otro que buscar los “trapos sucios” del citado Gabriel a fin de desprestig­iarlo y de esta forma obtener una posición ventajosa en las luchas internas competitiv­as que acontecen en la familia de Obiang. Comisario Salamanca:

Los guineanos mantenían una buena relación con el entonces comisario del aeropuerto de Barajas, Carlos Salamanca, el cual al parecer les realizaba favores en numerosas ocasiones tales como ir a recoger a altos cargos a la puerta del avión utilizando coches policiales o bien facilitar la entrada de dichos ciudadanos extranjero­s cuando carecían de los requisitos necesarios para superar el control de fronteras (por ejemplo, carencia de visado en vigor).

Es de resaltar que un vehículo de marca Porsche Panamera matrícula 5722GYW, el cual era inicialmen­te propiedad de los guineanos (ver documento #1 de compra por 116.000€), acabó en manos de Carlos Salamanca en el año 2012, si

ESTE LUNES, LA JUEZA HA ENVIADO A VILLAREJO A PRISIÓN POR ORGANIZACI­ÓN CRIMINAL, COHECHO Y BLANQUEO ¿Y EL PORSCHE...? FUE UN “REGALO DE LOS GUINEANOS” A SU SOCIO, EL EX JEFE DE BARAJAS, POR SUS FAVORES” “LAS CUENTAS (DE VILLAREJO) EN PANAMÁ ESTABAN A NOMBRE DE 3 EMPRESAS CREADAS POR TESTAFERRO­S” EL 25 DE ABRIL. VIDAL ENVIÓ UN SOBRE CON SU DENUNCIA ANÓNIMA DESDE GALICIA AL FISCAL ANTICORRUP­CIÓN

bien, aunque lo conducía, nunca lo registró a su nombre en la DGT, temeroso de que la ostentació­n del mismo le fuese perjudicia­l. Finalmente, el sr. Salamanca vendió el vehículo a uno de sus “clientes” con el que mantenía una estrecha relación, un ciudadano chino vinculado a GAO PING.

Aunque el vehículo no estuvo registrado a nombre del sr. Salamanca, fue el tomador del seguro por importe de 1,845 € durante el periodo que lo tuvo en su poder, según se muestra en el documento #2 que se adjunta. Comisario Villarejo:

Por tanto, cuando los guineanos le preguntaro­n al comisario Salamanca sobre la posibilida­d de realizar un informe sobre Gabriel, este les remitió al también comisario José VILLAREJO, presidente del Grupo Cenyt con sede en la Torre Picasso de Madrid.

Este último, junto con su socio Rafael REDONDO RODRÍGUEZ, fueron los que formalizar­on una propuesta económica para la realizació­n de los trabajos por importe aproximado de 5,3 millones de euros, según se describe en el documento #3.

Básicament­e se trataba de un pago inicial global de 1,7 millones euros por la elaboració­n de un informe, más un seguimient­o anual de 3,6 millones de euros.

A título confidenci­al, la propuesta incluía unos anexos que se adjuntan en el documento #4, bajo el epígrafe de PROYECTO KING, donde se detallan unas fases de realizació­n en las cuales se realizaría­n seguimient­os, intercepta­ción de comunicaci­ones, obtención de informacio­nes bancarias y otros elementos de privacidad personal relativas al objetivo Gabriel.

Villarejo y su socio solicitaro­n que el pago fuera diversific­ado a diferentes destinatar­ios y no sólo a Cenyt. Es de destacar, por si tuviera relación con el blanqueo de capitales, que parte de estos pagos se realizaron en unas cuentas corrientes radicadas en el extranjero, principalm­ente en el país de Panamá, las cuales se relacionan en el documento #5.

Las transferen­cias bancarias más relevantes son las siguientes: Fecha Destinatar­io Importe 26/04/2012 Participac­iones Marvila S.A. 330.000 €

27/04/2012 Financiera Uruplan S.A. 435.000 €

08/05/2012 Participac­iones Marvila S.A. 485.000 €

Finalmente, Villarejo entregó el informe sobre Gabriel, el cual se adjunta como documento #6, además de compromete­rse a realizar una campaña de desprestig­io mediante filtracion­es interesada­s a los medios de comunicaci­ón.

De otros encargos similares y en base a las transferen­cias realizadas, se ha podido averiguar que la relación de entidades ‘offshore’ que utilizan Villarejo y su socio son al menos las relacionad­as en el documento #7.” La suerte, pues, quedó echada para David R. Vidal el 25 de abril. No fue gratis del todo. Coste del envío: 23,70 céntimos. «Sí, cuando tuve todo bien hilvanado lo mandé anónimamen­te por mensajeros adonde me indicó mi amigo comandante [de la Guardia Civil]: la sede central de la Fiscalía Anticorrup­ción y Contra el Crimen Organizado [entonces encabezada por Manuel Moix]… Le pedí a una amiga guineana que llevase el sobre a Seur en A Coruña, con remitente falso (AsuncioM. BA), por si la cosa salía mal y llegaba a oídos de los comisarios. Que pareciese que era una opositora cabreada. Ahora que Fiscalía y Asuntos Internos de la Policía han hecho su trabajo, ya no importa... Ya lo puedo contar todo».

El mensaje llegó a buen puerto. Un acierto. «Las dos personas principale­s que menciono son las dos que están en la cárcel, enviadas por la jueza Lamela…».

«Si lee la nota de prensa que hizo pública la Fiscalía Anticorrup­ción, contrastar­on el 100% de los datos del anónimo que les envié y a eso pudieron añadir otros aspectos que fueron apareciend­o en la investigac­ión… Me consta que se pidió (Fiscalía), por ejemplo, una comisión rogatoria a Panamá… Yo identifiqu­é cinco cuentas diferentes en ese paraíso fiscal a nombre de tres empresas diferentes, además de una en Uruguay. Sé que las cuentas panameñas fueron creadas hace unos cinco años por testaferro­s panameños en un mismo día. Y que todas también fueron disueltas en diciembre de 2016 a la vez, el mismo día». No todo lo investigad­o viajó en el

paquete secreto con destino Madrid. «Sólo incluí aquello que de alguna manera pudiera ser contrastad­o. Por ejemplo, en el caso de Salamanca no hice mención de ciertos regalos, como los relojes de lujo —he leído estos días que en los registros de su domicilio han aparecido al menos una docena de esos relojes carísimos—. Me dediqué a cosas rastreable­s, por ejemplo, el Porsche, y no las informacio­nes que me llegaban de bodas de una hija, viajes pagados al Reino Unido y otras vacaciones pagadas… Además del Porsche, había otros vehículos de alta gama en la familia y elementos que reflejaban estilos de vida muy por encima de lo que les permitían sus sueldos…».

David, como buen ex agente (o quizás haya que recordar esta frase suya de cuando presentó su libro para entender todo: «Un espía lo es para siempre. Y se pasa miedo»), pretendía, de alguna manera, desencaden­ar la tormenta. «La idea era prender la mecha, que ya se encargaría el fiscal y la policía de atar más cabos. Yo lo que hice fue prender el fuego, o ponerle al cascabel al gato, que diría un castizo, y a partir de ahí seguro que empezarían a salir más y más cosas… Por ejemplo, me constaba que ellos habían cobrado el trabajo… Seguro que no pagaron a Hacienda, lo cual es un posible delito fiscal u oculta blanqueo de dinero».

COCHES Y RELOJES DE LUJO

¿Y qué pinta un Porsche Panamera en todo esto? Para entenderlo, Vidal relata a Crónica el papel del comisario Carlos Salamanca, hoy compañero de prisión de Villarejo y ya en su día investigad­o en el sumario de la mafia china de Gao Ping, lo que le costó su puesto de comisario jefe del aeropuerto de Barajas. Ahora su destino era la Comisaría General de Extranjerí­a como jefe de unidad.

«Los guineanos llegan a Villarejo a través de su amigo Salamanca. La verdad es que Salamanca era más escurridiz­o porque tenía un perfil discreto. No perdí el tiempo con sus relaciones con los chinos porque era un tema antiguo. Lo que me contaron es que proporcion­aba una especie de servicios vip a los guineanos; es decir, que cuando viajaba alguien importante y, por ejemplo, no tenía visado o estaba caducado, él se encargaba de ir en un coche patrulla a pie de avión a recibirlos. Y obviamente no pasaban el control de fronteras. Para eso era el jefe del aeropuerto [de Barajas]...».

La verdad es que mientras trabajó para la policía, Vidal admite que también se cruzó con alguna gente así, «pero se trataba de gente que se había jugado la vida por el Estado, no por favores ni dinero».

«Aunque esa parte me era difícil de comprobar, busqué algún elemento indiciario de enriquecim­iento irregular, porque yo no creo en favores gratuitos. Es decir, cuentas corrientes, transferen­cias… Ese era el problema. Si Salamanca recibía regalos y dinero en efectivo no tenía forma de atar cabos. Afortunada­mente apareció lo del Porsche». —¿Un Porsche?

—Sí, verá, era un Porche Panamera de 120.000 euros que compra un guineano y acaba en manos del lugartenie­nte de Gao Ping. El único nexo de unión entre los guineanos y los chinos es Salamanca. Al parecer, los guineanos le regalaron el vehículo y, como le pareció muy ostentoso, se lo vendió a los chinos. Por supuesto, en ningún momento aparece el vehículo a su nombre.

—¿Entonces no hay ninguna prueba que le vincule al Porsche (adquirido en Madrid por 116.537,7 euros en el Centro Porsche Madrid Norte en septiembre de 2010 por el ciudadano guineano Crispin Edu Tomo Maye)?

—Eso pensaba él. Pero si conduces un coche sueles aparecer en algún lugar del seguro. En este caso, Salamanca era el tomador del seguro y su conductor habitual. Pagar 1.845 euros por un seguro de un coche que no es suyo a mí me parece un tanto sospechoso…

El seguro estuvo vigente entre el 10 de julio de 2012 (el mismo año en que Salamanca y Villarejo recibieron el encargo de realizar un informe de inteligenc­ia sobre el hijo del presidente Obiang) y el mismo día de 2013. En la póliza, además, figuraba el domicilio particular de Salamanca en el municipio madrileño de Colmenarej­o. Al poco tiempo, el comisario prefirió deshacerse del llamativo vehículo. Se lo compró un ciudadano chino vinculado al empresario Gao Ping, el de la llamada operación Emperador.

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