El Mundo

El regreso de Marisa Berenson: ¡vuelven los 70!

- TESTIGO IMPERTINEN­TE

co, la Gamba, Jackie Kennedy y Margaret Trudeau. Marisa fue una genuina representa­nte de la jet set original. Un día se dejaba fotografia­r en Studio 54 / (NY) haciendo el ganso con Andy Warhol, y al otro cenando en el parisino Maxim’s con su novio David Rothschild.

En Florida, Berenson charló animadamen­te con Cristina Macaya, otra que tal baila: igual de elegante e igual de flaca. Si hoy tuvieran 30 años menos, las dos serían it girls. Ahora no tengo certeza científica de la edad de cada una, pero sea cual sea, aparentan muchos menos.

El acto fue presentado por Marc Giró y Tamara Falcó: el primero, muy guasón y la segunda, hablando inglés de corrido (español, no tanto). El acto estuvo exento de solemnidad, al revés de tantas presentaci­ones enfáticas y gangosas que imitan a los Premios Princesa de Asturias.

Entre los premiados, Ágatha Ruiz de la Prada (espectacul­ar en un vestido de su cosecha), que recibió el premio de manos de Fran Rivera, el marido de la costurera (ya la conocen: Lourdes Montes, o terror das novias); Lady Kitty Spencer, de los Spencer de toda la vida, una influyente necesitada de muchas influencia­s; Rossy de Palma, premiada como icono nacional, recibió la estatuilla de manos de su hija Mary Luna y soltó un improvisad­o discurso que fue la mejor prueba de su talento.

Laura Ponte brilló entre los invitados; también Simonetta GómezAcebo, Carmen Lomana (la reina de las transparen­cias) y Mónica Cruz, envasada al vacío. La pareja formada por Concha Velasco y Pepe Sacristán, dos monstruos de la escena que fueron discretame­nte fotografia­dos, no han recibido su recompensa en el reparto de cromos. Qué mezquindad, la fama.

 ?? EFE ?? Marisa Berenson (izqda.) conversa con Ágatha Ruiz de la Prada, a su llegada a los Premios Prix de la Moda.
EFE Marisa Berenson (izqda.) conversa con Ágatha Ruiz de la Prada, a su llegada a los Premios Prix de la Moda.

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