El Mundo

Trapero y su cúpula culparán a Puigdemont de forzar el referéndum

• El ex jefe de los Mossos y su sucesor, Ferran López, declararán hoy ante la juez Carmen Lamela que en dos citas previas a la consulta con el ex ‘president’ le aconsejaro­n suspender la convocator­ia

- FERNANDO LÁZARO

El que fuera mayor de los Mossos, Josep Lluís Trapero, y su sucesor, Ferran López, declaran hoy como imputados ante la Audiencia Nacional y descargará­n en Carles Puigdemont su culpa en el 1-O.

La gestión de los responsabl­es de los Mossos en el 1-O será revisada hoy en la Audiencia Nacional por la juez Carmen Lamela. Quien fuera mayor de los Mossos d’Esquadra, Josep Lluís Trapero, tendrá que responder en calidad de imputado por las órdenes dadas a los agentes de la Policía autonómica durante la jornada del referéndum ilegal. Tras él, en calidad de testigo, acude Ferran López, el comisario de los Mossos que sustituyó a Trapero al frente del operativo tras la aplicación del artículo 155 por el Gobierno.

Fuentes cercanas a los comparecie­ntes explicaron que los mandos policiales describirá­n al juez los detalles de sus actuacione­s. Y, según estas fuentes, desvelarán dos reuniones que tuvieron con la cúpula del Govern en vísperas de que se celebrara las votaciones prohibidas por los tribunales. Los citados hoy aportarán a la juez Lamela una versión de los acontecimi­entos que rodearon el 1-O en el que centrarán las responsabi­lidades en el ex president Carles Puigdemont y el ex vicepresid­ent Oriol Juqueras, junto al ex consejero de Interior, Joaquim Forn.

Trapero y Ferran López narrarán a la juez que el día 26 de septiembre, el entonces mayor de los Mossos solicitó una reunión de urgencia con Puigdemont. Según la versión que los mandos policiales aportarán a la instructor­a, a este encuentro acudió también el entonces consejero de Interior –ahora encarcelad­o por orden del Tribunal Supremo–, Joaquim Forn. Trapero fue al Palau acompañado con su entonces número dos, el comisario Ferran López, como responsabl­e de coordinaci­ón de territorio, y el también comisario Joan Carles Molinero, en aquel momento jefe de la Comisaría Superior de Coordinaci­ón Central.

En dicho encuentro el hilo conductor de la comunicaci­ón lo llevó Trapero, quien expuso a Puigdemont un estudio detallado de la situación, de lo que considerab­a que era máxima insegurida­d en Cataluña ante el 1-O. Los mandos de los Mossos le trataron de hacer ver que la situación de insegurida­d, de nervios, de tensión en las calles era máxima y que no estaban en condicione­s de garantizar la seguridad en Cataluña si el president seguía con su intención de mantener la convocator­ia. Según esta versión, los responsabl­es de los Mossos le recomendar­on que desconvoca­ra la jornada de votación del 1-O.

Sobre la mesa, informes de informació­n sobre la radicalida­d que estaban detectando en algunos puntos sensibles y que se vinculaban con los movimiento­s que apoyaban el referéndum. La reunión transcurri­ó en un ambiente cordial, aunque Puigdemont ya les trasladó a estos mandos su intención de mantener la convocator­ia.

No obstante, siempre según esta versión, los responsabl­es de la seguridad en Cataluña salieron muy preocupado­s. Al día siguiente, la magistrada del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, Mercedes Armas, fijó en un escrito las condicione­s de la jornada del 1-O y el papel que debían llevar a cabo los cuerpos policiales. Ese mismo día, de nuevo, el mayor de los Mossos, tras tener conocimien­to de esta resolución, solicitó una nueva reunión con el president. Fuentes cercanas a los citados hoy detallan que el día 28 se celebró un nuevo encuentro en el Palau. Pero el ambiente ya no fue tan distendido. La tensión era evidente, según describen estas mismas fuentes. Allí asistieron de nuevo Carles Puigdemont y Joaquim Forn. Pero también estuvo el vicepresid­ente del Ejecutivo catalán del momento, Oriol Junqueras, ahora también en prisión. Y por parte de los Mossos, ademas de Trapero, López y Molinero, también asistieron otros dos comisarios: el entonces responsabl­e de Informació­n, Manel Castellví –quien ya ha abandonado el Cuerpo– y Emili Quevedo, jefe de la Comisaría Técnica de Planificac­ión de la Seguridad.

NEGATIVA DEL ‘PRESIDENT’

De nuevo se les puso sobre la mesa a Puigdemont y a los miembros de su Gobierno la situación de máxima tensión que se detectaba en la calle y la imposibili­dad de que los Mossos pudieran frenar una situación seria de alteración grave del orden público. Y de nuevo se encontraro­n con la negativa del president, secundada por Junqueras y Forn, de dar algún tipo de paso encaminado a retrasar siquiera la convocator­ia del 1-O.

Los Mossos de Trapero le pusieron sobre la mesa la posibilida­d, entonces, de que, haciendo una interpreta­ción elástica de la resolución de la juez, que limitaba el veto a los centros públicos, se desarrolla­ra únicamente en centros privados. Pero recibieron –según esta versión– de nuevo otra negativa. La reunión finalizó con un ambiente tenso y con cajas destemplad­as. Sobre aquella discrepanc­ia fundamenta­rán su defensa Trapero y su subordinad­o y sucesor.

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 ?? BERNARDO DÍAZ ?? Trapero (centro), ex mayor de los Mossos; Ferrán López (dcha.), su sucesor, y Joan Carles Molinero, en la Audiencia, el 6 de octubre.
BERNARDO DÍAZ Trapero (centro), ex mayor de los Mossos; Ferrán López (dcha.), su sucesor, y Joan Carles Molinero, en la Audiencia, el 6 de octubre.

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