El Mundo

PP, Podemos y Cs no darán 100 días de gracia a Sánchez

Declaran ya la guerra al Gobierno en el Congreso, donde explotarán la minoría parlamenta­ria del PSOE ▶ Cataluña y la exigencia de no empeorar ni un solo dato económico serán las bases de la oposición

- MARISA CRUZ MADRID

El Gobierno socialista no tendrá los 100 días de gracia de rigor. En el Congreso y en el Senado empezarán a sonar desde hoy mismo los tambores de guerra. El PP, Ciudadanos y, también acechante, Podemos, no están dispuestos a conceder una tregua. Pedro Sánchez ha tenido una semana de gloria. Y se acabó. «Llegó en 24 horas y debe rendir cuentas en 48». Este es el aviso. Los primeros mensajes de un equipo que, aseguran, «es más de campaña electoral que de Gobierno», han encendido las alarmas.

El conflicto entre dos legitimida­des, la del Ejecutivo, que se sube al tren de la legislatur­a en marcha, y la del Legislativ­o, con una primera fuerza de oposición que saca una ventaja de 50 escaños al partido que sostiene al Gobierno, está servida.

Los populares, pese a su problema sucesorio que concentra muchos esfuerzos, mantienen un retén potente en el Congreso que reforzarán aún más para ejercer la labor de oposición. «Hemos dejado de tener las manos atadas», avisan desde la dirección del grupo, anticipand­o la dureza de lo que está por venir. Sáenz de Santamaría, Ayllón, Montoro y Báñez –el grupo afín a la ex vicepresid­enta– se sumarán a la batalla ya sin la contención que exige formar parte del Gabinete.

Ciudadanos hará lo propio. Albert Rivera, José Manuel Villegas y Miguel Gutiérrez han gestionado con habilidad un grupo que ha obtenido claros réditos parlamenta­rios. Ahora intensific­arán el trabajo alentados por el deseo de no perder el ímpetu que hasta ayer le reconocían las encuestas. El desafío secesionis­ta catalán sigue siendo para ellos un terreno abonado para hacer frente a un Gobierno en el que dicen no confiar.

En Podemos intentan recomponer la figura. Tras aplaudir con fervor el triunfo de Sánchez, han quedado marginados. Pronto han comprendid­o los de Iglesias que el socialista no se sentía comprometi­do con quienes apoyaron su moción de censura y le auparon a la Presidenci­a. Más aún, que desde La Moncloa manejará los hilos para achicarles el espacio. También la formación morada entrará en el combate so pena de ver cómo el Gobierno le arrebata sus banderas electorale­s. Estrechará­n el cerco sobre Sánchez utilizando el poder que les da ser la única fuerza potente de izquierdas en la que puede buscar respaldo.

El análisis que se ha hecho en los cuarteles generales de los primeros pasos del Gobierno ha sido exhaustivo. En el PP recuerdan que se trata de un Ejecutivo que ha llegado a Moncloa sin programa. «Hubo censura pero no moción. A mitad de legislatur­a, con el tren a toda velocidad, se cambia el conductor», advierte el portavoz en la Comisión Constituci­onal, Francisco Martínez. Las políticas públicas están en marcha, los Presupuest­os están hechos y eso «no se puede revertir sin riesgo de descarrila­r», añade.

En el PP están decididos a seguir al milímetro, día a día, la marcha de todos los indicadore­s económicos. Si decaen habrá artillería contra el Gobierno; si se mantienen será la inercia de la herencia recibida. Hoy mismo, marcarán terreno en el debate de Presupuest­os que comienza en el Senado y en el que la nueva ministra de Hacienda, María Jesús Montero, tendrá que defender «por responsabi­lidad» las cuentas elaboradas y negociadas por Montoro.

Los populares dan por hecho que no habrá grandes iniciativa­s legislativ­as ni se tumbarán las reformas en vigor –más allá de levantar vetos y retirar algún recurso en el TC–, porque las mayorías parlamenta­rias no han cambiado y el Gobierno tiene que centrarse en los compromiso­s más inmediatos: el techo de gasto, la elaboració­n de las cuentas del Estado para 2019, la ronda para sopesar las posibilida­des de una reforma de la financiaci­ón autonómica...

Y en paralelo responder al control férreo e inmediato al que pretende someterle la oposición. «Igual que han llegado en 24 horas, tendrán que rendir cuentas ante el Congreso en 48», afirman desde el PP, donde ya anticipan que exigirán la celebració­n, como estaba previsto, del Debate sobre el estado de la Nación. «Esta no es la XIII legislatur­a; no ha habido elecciones y la nación sigue existiendo. Es más adecuado que nunca testar la situación del país», afirma el portavoz constituci­onal.

Pese a que pronostica­n pocos éxitos del Gobierno en la Cámara, califican de «inquietant­es y confusos» los primeros mensajes que han goteado los ministros y, aunque dicen «querer creer» que los acuerdos alcanzados entre Rajoy y Sánchez sobre el conflicto catalán se mantendrán, las tomas de posición del Ejecutivo y, en particular, de la nueva titular de Política Territoria­l, Meritxell Batet, les resultan «muy preocupant­es».

Esta apreciació­n es compartida por el secretario general de Cs, José Manuel Villegas. El partido de Rivera está decidido a seguir reclamando la convocator­ia de elecciones, más aún cuando los primeros pronunciam­ientos de los ministros sugieren un alargamien­to de los plazos cuando no el agotamient­o de la legislatur­a.

«Debe darse la palabra a los españoles para tener un Gobierno fuerte y legitimado y no débil y con hipotecas», explica el secretario general. «El Gobierno se ha vendido bien, pero no tiene un plan; qué va a hacer y con quién». Este es el análisis de Villegas, para quien lo más preocupant­e es la posición que empieza a dibujarse respecto a Cataluña.

La inquietud ha prendido en la formación naranja tras escuchar a Batet decir que impulsará una reforma constituci­onal para encajar las aspiracion­es catalanas.

Una reforma imposible sin el acuerdo, al menos, del PP. Una reforma que prácticame­nte todos los comparecie­ntes en la subcomisió­n de análisis del Estado Autonómico ven inviable dada la fragmentac­ión parlamenta­ria. Una reforma que, tal y como la ha planteado la ministra, el PP y Cs califican de «frivolidad», «puro márketing».

«Si dejamos el modelo territoria­l y el problema secesionis­ta en manos del PSC, vamos mal. Conocemos sus titubeos, dudas y vaivenes sobre el derecho de autodeterm­inación», advierte Villegas. Los de Rivera ya anuncian que urgirán a Sánchez a explicar su programa y sus compromiso­s con el independen­tismo.

El control será férreo: «Si llegaron en 24 horas, ahora deben rendir cuentas en 48»

El PP avisa de que la reforma de la Carta Magna que propone Batet es «márketing»

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EFE Mariano Rajoy y Pablo Iglesias, pronuncian­do su voto en la moción de censura de la que Pedro Sánchez salió como nuevo jefe del Gobierno.

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