Sánchez pone a 6 ministros a trabajar en la recepción de los migrantes del ‘Aquarius’
Feijóo se desmarca de las críticas del PP y aplaude la decisión de Pedro Sánchez
Pedro Sánchez ha decidido volcarse en el rescate y la acogida de los 629 inmigrantes del Aquarius. Hasta seis ministerios están trabajando en el viaje de los extranjeros a Valencia y en su posterior acogida en España. Los 123 menores se quedarán probablemente en la Comunidad Valenciana, como explicaron desde el Gobierno. El resto serán distribuidos por toda España, ya que más de 12 comunidades autonómas se han ofrecido para ello.
La intención inicial del Gobierno es otorgar a todos la condición de refugiados, según confirmó ayer la vicepresidenta de la Generalitat valenciana, Mònica Oltra, tras reunirse con representantes de la Delegación del Gobierno. Esta decisión se ha tomado porque la situación es «de emergencia y excepcionalidad», al margen de la condición personal de cada uno de ellos, explicó Oltra.
Los ministros de la Presidencia, Carmen Calvo; Asuntos Exteriores, Josep Borrell; Defensa, Margarita Robles; Fomento, José Luis Ábalos; Interior, Fernando Grande-Marlaska, y Trabajo y Migraciones, Magdalena Valerio, están trabajando de una u otra forma en el rescate o lo harán en cuanto lleguen los inmigrantes.
El presidente viene hablando desde el domingo con la vicepresidenta, Carmen Calvo, para buscar una solución para estas 629 personas, entre ellas 11 bebés y siete mujeres embarazadas. Cuando el Gobierno constató el lunes por la mañana que tanto Italia como Malta se negaban en redondo a acogerlos, Sánchez decidió anunciar que España lo haría y puso en marcha este amplio operativo que coordina Carmen Calvo. El anuncio provocó el aplauso inmediato de la Comisión Europea, del Consejo de Europa, de la ONU y de multitud de ONG y organizaciones internacionales.
Los inmigrantes comenzaron ayer a viajar hacia Valencia en el propio barco –el Aquarius– y en dos fragatas que ha puesto a disposición de España la Armada italiana con una condición: que no pisen ese país.
El Gobierno quiere cumplir dos objetivos con esta decisión. El primero ha sido responder a una «crisis humanitaria» porque «no podíamos permanecer impasibles» ante un drama humano al que España podía contribuir a paliar, como aseguran en Moncloa.
El segundo es lanzar una llamada de atención y un mensaje muy potente a la comunidad internacional, y especialmente a la Comisión Europea, para que se coordine una actuación conjunta de toda la UE en materia de inmigración.
Como ha explicado el ministro de Exteriores, Josep Borrell, la intención del presidente es llevar al próximo Consejo Europeo de finales de junio una propuesta para que se armonice la política de inmigración, ya que los inmigrantes, aseguran desde el Ejecutivo, no son de Grecia, de Italia o de España, sino de toda la Unión Europea.
En el Ejecutivo ha causado estupor la actitud de Italia y, sobre todo, las manifestaciones del ministro del Interior, que consideró una «victoria» la decisión de España. La ministra de Justicia, la fiscal Dolores Delgado, advirtió ayer incluso de que este país puede haber incurrido en responsabilidades internacionales por negarse a permitir el desembarco del Aquarius en un puerto italiano.
«La situación de estas 629 personas en una embarcación al límite es una situación crítica y tenemos asumido todos los estados que hemos suscrito tratados internacionales que no es una cuestión de buenismo o generosidad, sino de responsabilidad internacional», explicó la titular de Justicia en declaraciones a la Ser recogidas por Europa Press.
Todos los gobiernos autonómicos del PSOE –y algunos del PP– aplaudieron la iniciativa. El Ejecutivo de Susana Díaz elogió ayer la actuación de Sánchez y reclamó a la Unión Europea que tome nota del «gesto» de España para darle «un giro a su política de inmigración». Su portavoz, Juan Carlos Blanco, recordó que Andalucía atiende a cientos de personas todas las semanas. Sin ir más lejos, desde el jueves hasta ayer habían sido más de 500 las personas asistidas por los servicios de vigilancia costeros y por las ONG en Andalucía, la mayoría de ellos rescatados en alta mar y llevados hasta algún puerto andaluz en duras condiciones, informa Teresa López Pavón.
La decisión del Gobierno contó ayer con el respaldo de varias comunidades gobernadas por el PP, pese a el mensaje oficial que trasladó el partido fue muy crítico con el Ejecutivo. Galicia, Castilla y León y La Rioja se ofrecieron para acoger a inmigrantes aunque los populares, según aseguró el portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando, mantienen que esta acto del Gobierno es sólo un gesto «con fines propagandísticos».
La lógica colaboración de las administraciones autonómicas con el Ejecutivo central pone ahora al PP en la tesitura de que sus barones pueden mantener posiciones distintas a las que fije el partido como jefe de la oposición. Ayer este conflicto de intereses fue revelador. Y más aún, en un momento en que el PP carece de liderazgo, a la espera de sustituir a Mariano Rajoy.
Fue precisamente uno de los posibles aspirantes a la presidencia del PP, Alberto Núñez Feijóo, quien marcó su propia posición en este asunto al margen de los reproches lanzados a Sánchez desde el grupo parlamentario. Como presidente de la Xunta, se ofreció a acoger a parte de las personas que viajan en el buque. Su consejero de Política Social, José Manuel Rey, reveló ayer que Feijóo activó «a primerísima hora de la mañana» los mecanismos de coordinación con el Ejecutivo central.
Según el vicepresidente de la Xunta, «se ha hecho lo que se tenía que hacer». Es «un acierto» atender una petición humanitaria como ésta que «no admite ninguna discusión».
La postura manifestada en el Congreso por el PP fue diametralmente distinta. Para el portavoz parlamentario, Rafael Hernando, la actuación del Ejecutivo de Sánchez son «gestos de publicidad y propaganda». Hernando valoró de manera «positiva» todas las acciones humanitarias que pueda realizar el Gobierno, pero en esta ocasión, alertó, lo hace «con objetivos propagandísticos».