El Gobierno elige fiscal general a una progresista compañera de la ministra Delgado
María José Segarra coincidió con Delgado en la lista electoral de los fiscales progresistas
La fiscal jefe de Sevilla, María José Segarra Crespo, será la nueva fiscal general del Estado, según confirmaron ayer fuentes de su entorno. Está previsto que la ministra de Justicia, Dolores Delgado, proponga su nombramiento al Consejo de Ministros, posiblemente este viernes. Se convertiría así en la segunda mujer que ocupa este puesto, después de Consuelo Madrigal.
Segarra, madrileña de 55 años, sustituirá en el puesto a Julián Sánchez Melgar, que vuelve a su puesto en la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo. La nueva fiscal general, cuyo nombramiento aún no ha sido confirmado oficialmente, había sido elegida recientemente para el Consejo Fiscal, órgano representativo de la carrera elegido por votación directa de los fiscales. Fue en la lista de la Unión Progresista de Fiscales (UPF), al igual que la nueva ministra de Justicia, que como ella resultó elegida.
De hecho, fue en esa reciente campaña para el Consejo Fiscal, en la que los candidatos de la asociación recorrieron España visitando sedes de la Fiscalía, donde Delgado y Segarra se aproximaron más. La amistad, sin embargo, venía de lejos, ya que ambas fueron compañeras y amigas cuando estudiaban Derecho en la Autónoma de Madrid.
Al ser fiscal de carrera, Segarra no necesitará tanto tiempo como sus dos antecesores (Melgar y José Manuel Maza eran magistrados) para conocer a fondo el Ministerio Público. El hecho de que la legislatura ya esté medio agotada era una circunstancia que pesaba en favor de nombrar a alguien de la carrera.
La objeción que fuentes del Ministerio Público hacían a su nombramiento desde que hace días se supo que era la principal candidata es que su categoría en la carrera fiscal es inferior a la de gran parte de quienes la van a rodear. El mejor ejemplo de ello es el caso del 1-O, el asunto más delicado que deberá afrontar. Los cuatro fiscales del Supremo encargados del caso son fiscales de Sala y por tanto tienen la máxima categoría. Ella sólo era hasta ahora fiscal jefe provincial. Esa circunstancia podría pesar en caso de que haya alguna discrepancia sobre qué acusaciones hay que sostener y qué penas hay que reclamar. El anterior fiscal general ya comprobó que no era fácil marcar el paso a los fiscales del caso. El que tuvo que respaldar en contra de su propio criterio que Joaquim Forn podía quedar libre con fianza advirtió al tribunal de que lo hacía porque se lo habían ordenado.
El pasado 6 de junio Segarra suscribió el comunicado unánime del Consejo Fiscal en el que criticaba a la juez Mercedes Alaya, instructora del caso ERE, por poner en duda la autonomía de los fiscales. «Suponen un absoluto desconocimiento de nuestra Institución y ponen en entredicho, con el menosprecio que las mismas lleva implícito, la objetividad e imparcialidad del Ministerio Fiscal y sus integrantes»
Antes de ser nombrada fiscal jefe de Sevilla, Segarra ejerció en Barcelona. La jefatura de la capital andaluza la obtuvo en 2004 con Cándido Conde-Pumpido como fiscal general, aunque su última renovación fue con Madrigal. Segarra deberá esperar aún algunas semanas hasta ser nombrada oficialmente. Su candidatura será examinada por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), un mero trámite para dar fe de que cumple los únicos requisitos legales para el puesto: ser escogida «entre juristas españoles de reconocido prestigio» y contar «con más de quince años de ejercicio efectivo de su profesión».
A continuación, Segarra deberá comparecer ante la Comisión de Justicia del Congreso para responder a las preguntas de sus miembros. Tampoco este trámite podría impedir su nombramiento.