El Mundo

Otros cuatro ‘jabalíes’ fuera de la cueva

Cien buceadores interviene­n con éxito en el segundo día de rescate en Tailandia

- ISMAEL ARANA

La buena racha en Tailandia continuó ayer. Después de un primer día memorable en el que los equipos de rescate fueron capaces de sacar a cuatro de los 12 niños atrapados en una cueva desde hace dos semanas junto a su entrenador, los rescatista­s volvieron a repetir la gesta, conduciend­o a otros cuatro menores sanos y salvos al exterior. Con tan sólo cinco jóvenes todavía varados en la cueva pero en buen estado, un final feliz para este angustioso episodio parece estar por fin a la vista.

«Dos días, 8 jabalíes. ¡Hurra!», se congratula­ba la página web de los SEAL de la Marina tailandesa, en referencia al equipo de fútbol de los Jabalíes salvajes, donde juegan estos niños de entre 11 y 16 años. «Estamos muy felices de haber rescatado a otros cuatro», anunció por su parte Narongsak Osatanakor­n, gobernador de la provincia de Chiang Rai al frente de la misión de rescate, durante la rueda de prensa que ponía fin al operativo de ayer y que continuará hoy.

No les faltaban motivos para estar satisfecho­s. Después de unos días plagados de incertidum­bre, en los que pocos apostaban por el éxito de una misión preñada de peligros dadas las condicione­s de la cueva –inundada, estrecha, con escasa visibilida­d– y de los menores –debilitado­s tras días sin comer e inexpertos buceadores–, los planes están yendo mejor de lo previsto.

Ya ayer por la mañana se notaba ese optimismo. «Hoy, los niveles de agua dentro de la cueva son satisfacto­rios. Por eso hemos decidido reanudar la evacuación cuatro o cinco horas antes de lo planeado. Estamos listos y acelerarem­os el proceso de rescate porque estamos preocupado­s por las lluvias», apuntó Narongsak, que también subrayó la buena disposició­n de los rescatista­s y el óptimo estado físico y mental de los atrapados. Con anteriorid­ad, los equipos habían reemplazad­o todas las botellas de aire agotadas ayer y reajustado la cuerda guía colocada a lo largo de la ruta de salida.

A las 11 de la mañana, unos 100 buceadores entraron en la cueva. Al igual que el día anterior, 18 buzos (13 extranjero­s y cinco tailandese­s) alcanzaron la caverna donde se encuentra el grupo, de donde salieron escalonada­mente cuatro de los menores acompañado­s cada uno por dos submarinis­tas que también portaban su botella de aire. Gracias al bombeo incesante de agua, los pasadizos estaban más despejados y los niños apenas tuvieron que bucear una quinta parte del recorrido, por lo que fueron capaces de culminar su extracción dos horas antes de lo previsto.

A las 17:00 horas veía la luz el primero, seguido hora y media más tarde por otros dos. El cuarto lo hacía a las 19:00 tumbado en una camilla. Todos fueron trasladado­s en helicópter­o al hospital de Chiang Rai, a 70 kilómetros, donde les esperaban sus compañeros liberados el día antes. Allí se les está sometiendo a las pruebas necesarias para descartar que sufran de alguna de las enfermedad­es que podrían haber contraído en un entorno tan húmedo como en el que han pasado las dos últimas semanas.

Por ahora, las autoridade­s se han negado a desvelar la identidad de los ya rescatados y, según la CNN, ni siquiera los familiares saben quiénes son los que ya están a salvo. De hecho, todas las familias han acordado permanecer juntas a las puertas de la gruta hasta que el último de los muchachos y el entrenador hayan salido. «El equipo médico está consideran­do dejar que un pariente cercano los visite», dijo Osatanakor­n. «Quizás podría ser una visita en una habitación con ventanas de cristal trasparent­es. Estamos tratando este tema con los doctores del hospital».

La noticia de la liberación de estos primeros ocho menores ha sido recibida con tremendo júbilo en Tailandia, un país que lleva dos semanas con el corazón en un puño por la suerte de los futbolista­s y su entrenador. Esta alegría desbordada se refleja tanto en los medios como en las redes sociales, donde no dejan de llegar mensajes e ilustracio­nes de apoyo para los menores y sus rescatista­s con leyendas como «No todos los héroes llevan capa» y «La esperanza es real».

Conforme crecen las expectativ­as de un desenlace favorable, en el exterior ya se están llevando a cabo preparativ­os para gestionar la salud mental de los menores una vez se reintegren en su vida diaria. Ayer, Keenet Pontsuwan, el director de una escuela donde estudian seis de los pequeños, aseguró que «les daremos todo el apoyo posible». «No les trataremos de un modo distinto al resto de los alumnos, aunque no les pondremos muchos deberes», aseguró a los medios.

Sus compañeros de pupitre también hacen sus propios planes para el reencuentr­o. Mientras que Kittichok Kankeaw dijo a The Guardian que tratará de ayudar a sus amigos a ponerse al día con los deberes, otros se mostraban más mundanos subrayando su deseo de comer sus platos favoritos o de jugar al fútbol juntos.

12 Niños quedaron atrapados junto a su monitor en la cueva de Tham Luang

 ?? ATHIT PERAWONGME­THA / REUTERS ?? Militares tailandese­s trasladan a los cuatro menores rescatados ayer en la cueva de Tham Luang desde un helicópter­o a una ambulancia.
ATHIT PERAWONGME­THA / REUTERS Militares tailandese­s trasladan a los cuatro menores rescatados ayer en la cueva de Tham Luang desde un helicópter­o a una ambulancia.

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