Vázquez Hernández
De acuerdo con la tendencia colectiva, las elecciones pasadas del mes de julio 2018 traerían consigo una serie de problemas en caso de que no se dieran determinadas condiciones, concretamente si se le escatimaba el triunfo a Andrés Manuel López Obrador, o bien, las cuentas de los votos no le fueran favorables o mal contados, sin embargo, la democracia y el hartazgo le favoreció.
Si bien, como dijo el líder soviético Mijail Gorvachov, “la democracia va siempre acompañada de las situaciones más inesperadas”, el caso de México no fue la excepción, pues según analistas, después de haber probado diferentes opciones de gobierno con los partidos tradicionales del PRI y PAN, y mezcla del PRD, el resultado no fue satisfactorio para la mayoría de votantes.
El pueblo de México puso en marcha el ejercicio de una democracia imperfecta que aguanta sorpresas, porque está adaptada a la mexicana, un poco real y otro poco simulada, pero a pesar de los excesos y de los efectos que genera, como la ejecución de varios candidatos a diferentes cargos, de líderes sociales y periodistas en uso de su libertad de expresión, va sobreviviendo.
Se consideraba que podrían resultar más problemáticas de lo que finalmente estuvieron, eso es un indicio de que la independencia y democracia mexicana a pesar de los partidos, ha avanzado con todo y sus imperfecciones y con el triunfo de Morena, legitimó un gobierno del que espera recibir un mejor trato y una aplicación de la justicia y distribución de la riqueza de manera más equitativa.
No sé si podríamos considerar que superó la prueba de fuego que se avecinaba, hasta lo que va del tiempo trascurrido, los indicadores de sus acciones nos dicen que apuntan hacia un nuevo camino entre claros y obscuros, el hecho de que al tiempo actual no haya habido crisis electoral, ni económica, sí aumento de precios, aun así se esperan mejores tiempos. dad desde sus orígenes como es la corrupción y la impunidad, pues en ese caso se requiere de los valores que otorga la religión, que por diferentes causas ha sido relegada de la vida ordinaria de ciudadanos sobre todo hay jóvenes que temen a los compromisos y responsabilidades que acarrea ejercitar los valores fundamentales.
La democracia con todo y sus contrastes debe facilitar los mecanismos que generen la participación directa e indirecta de los ciudadanos con respeto a la dignidad de la persona y a los derechos humanos y siempre será más atractiva a una tiranía que los reprima y ejecute normas para coartarlas y se sienta con derecho de reprimir la libertad y la Independencia de sus gobernados.
Ahora que celebramos la Independencia de México, la cual arrojó innumerables pérdidas humanas y materiales, pensemos en que no podemos permanecer estáticos y siempre será mejor dar un paso hacia adelante con una democracia contrastante, que promueva el conocimiento, la educación y los valores con caminos que orienten hacia una nueva esperanza.
Por ahora solo nos queda confiar y seguir celebrando con gritos y sombrerazos nuestra Independencia, aunque con dependencia hacia muchos apegos que no hemos podido superar, si bien, cada año por este mes de septiembre nos queda el consuelo de celebrar nuestra independencia, con la analogía de la ceremonia del “Grito” de Dolores Hidalgo gracias a la democracia a la mexicana.