Aréchiga Landeros
Pues nada, estimados lectores, con la mala nueva que ya se hizo vieja, de que Enrique Peña Nieto sigue empeñado en demostrarnos que en eso de administrar a nuestro país se pinta solo y sigue siendo un estuche de monerias que nos sorprende a diario, confirmando la frase celebre que acuñó “Toño” Meade en campaña: -”Es un genio”, y sí, estimado lector, creo que usted ya se enteró de la última puntada de Peñita con el aumento de la tarifa en el pago de autopistas de cuota.
Recuerden ustedes que cuando nos aplicó el “gasolinazo”, Peñita nos explicó, ingenua o maliciosamente, que el aumento del precio de combustible solo afectaría a los que tenemos automóvil y que podemos pagar el impuesto, pero muy pronto resentimos todos, los aumentos de precio en las mercancías que consumimos, incluyendo los que se transportan en bicicleta y la gente de a pie.
Lo mismo ocurrirá ahora con el aumento de tarifas en autopistas de cuota, pues ya en el final de su administración vendrán los aumentos a los precios de los alimentos y diversos artículos que son transportados por carretera, que aunado al aumento diario de la gasolina se producirá una mayor inflación que afectará el bolsillo de todos.
Vemos pues, que la imaginación y “sensibilidad” del actual presidente para seguir haciéndonos daño, no tiene límites ni punto de comparación a nivel universal, al seguir demostrando su gran vocación para lograr aparecer en el libro de la Historia de México, como el gobernante mas incompetente que hemos tenido, incluyendo nuestra era precolombina, Nueva España, Independencia, imperios, reforma, dictadura y Revolución.
Pero si lo anterior no bastara para preocuparnos, tenemos el grave presentimiento de que Enrique Peña Nieto va por más y de aquí a Noviembre nos puede seguir sorprendiendo con mas tarugadas, pues como dice AMLO: -”No tiene llenadera”. Creo que Andrés Manuel debería de aprovechar la fuerza del Congreso para reformar la Constitución con el fin de que Peñita salga de la presidencia a mas tardar el próximo primero de octubre, pues estamos en presencia de una verdadera emergencia de llegar a una crisis fuera de control que nos hundiría a todos.
En su locura Enrique Peña Nieto nos reprende porque no le aplaudimos e insiste en inventar logros que los gobernados no vemos, subrayando que las cosas buenas también cuentan y deben contarse.
Sin embargo, la triste realidad nos dice que sus cosas buenas se pueden contar con los dedos de una mano y sobran dedos, y en cuanto a sus errores y fallas garrafales, como la corrupción, impunidad, pobreza, inseguridad y violencia, podamos contarlos con las patas de un ciempiés y debemos apoyarnos a varios animales, pues las metidas de pata sedesbordancadadíayestánfueradecontrol.
Ayudemos por caridad a nuestro actual presidente, sometiéndolo a un tratamiento inmediato, psicológico y psiquiátrico, pues resulta urgente ayudarlo por salud pública, en beneficio de todos, comenzando por él mismo.
Resumo:
Nuestro señor presidente ya padece de locura,/ el cargo de presidencia resultó tarea muy dura,/ le ha resultado muy caro el precio de la aventura,/ le faltó conocimiento, disposición y cultura.
Urge que ya se vaya a la brevedad posible,/ por razones de salud es mejor que se retire,/ el pueblo agradecerá que de inmediato decline,/ para evitar que el sistema se trastorne en su declive.
Lo que se debe evitar es que ya no cause daño,/ pues los males que ha causado alcanzar un gran tamaño,/ en lugar de disculparse, acude a absurdo regaño,/ porque el pueblo no le aplaude lo que resulta un engaño.
Adiós, señor Presidente, ojalá se recupere,/ váyase ya a su casita a disfrutar su fortuna, o el pueblo le cobrará una altísima factura.
Siguiendo la misma idea que repite a cada rato, lo malo también cuenta y debemos de contarlo.