Intolerable y bochornoso
No se encuentra explicación alguna para justificar el inmoral, injusto e inaceptable caso del ambulante contenedor pletórico de cadáveres, seguramente de aquellos que enfrascados en la lucha por el control de la venta de drogas perdieron la vida, pero que sin discusión son cuerpos pertenecientes a personas que seguramente tienen familia.
El ir y venir de estos cadáveres han ofrecido un espectáculo que exhibe al Gobierno del estado, en esta área, como un equipo contaminado de locura colectiva, es un ejemplo del triunfo de la errónea aplicación de sistemas gubernamentales que garanticen sobre todo justicia. Resultan ridículas e inaceptables las explicaciones y/o las culpas viajeras de carácter bilioso e inoportuno que algunos funcionarios exponen respecto a sus responsabilidades en este vergonzoso suceso, ya que desde el gobernador pasando por varios funcionarios debieron haber tomado el caso con la importancia que el mismo tiene. Sólo imaginemos por un momento esta nota en diarios de otros países, bendito favor parar el turismo. Vaya, sólo pensemos en el compromiso que significa tener respeto a la sociedad. La ingenuidad, ¿o será descaro? De algunos funcionarios que declaran que la presencia de este contenedor en las zonas urbanas no representan ningún riesgo sanitario excepto los olores, significa un ejemplo del sentido de responsabilidad caduco y ridículo con el que laboran ciertos funcionarios de ciertas dependencias, mismos que trabajan con el fingimiento al límite cumpliendo tareas entre el olvido y la indiferencia.
Indiferencia y dejadez de empleados públicos que empujaron el prestigio del estado por un camino de irresponsabilidad y mentiras hasta llevarlo al dominio público en todo el mundo.